Por Rodrigo Juárez Ortiz
En otra entrega tratamos un ángulo del sempiterno problema de los curas pedófilos o pederastas, lo cual no pierde actualidad a partir del hecho de que últimamente se ha ido destapando la cloaca de la prática (que se ha hecho una lamentable y execrable costumbre) de abusos sexuales, entre otros, de los curas católicos en contra de menores.
También dimos cuenta de las cifras que maneja la ONU por casos en diferentes países del mundo y las cantidades que por concepto de indemnizaciones y gastos varios causados por tales casos en los EUA.
Entonces nos referimos al reconocimiento (por la obviedad) que hizo la Iglesia católica al respecto.
Ahora, es de sorprender favorablemente la actitud del papa Francisco al actuar en relación con este gravísimo problema que afecta no solo a la institución eclesiástica que representa, sino a miles de feligreses quienes en aras de su buena fe religiosa entregan a sus menores hijos a la guarda, custodia, enseñanza, en su caso, en manos de personas que, ocultas en el manto hipócrita de una supuesta bondad, piedad, generosidad y ayuda al prójimo, se aprovechan para desahogar sus instintos naturales de sexo, abusando de estas inocentes víctimas de su pederastia.
Es el caso que tradicionalmente y habida cuenta del poder eclesiástico en las sociedades en donde tiene hegemonía, estos caso s de pederastia no se denunciaban por el hecho de que no se les daba seguimiento alguno y menos solución a los mismos. Y las autoridades del fuero común, al no haber denuncias y aun habiéndolas, no hacían mayor cosa al respecto, ello sin perjuicio de que las autoridades eclesiásticas no solo desoían estas quejas, como es público y notorio, sino que cuando era muy trascendental el asunto, simplemente cambiaban de adscripción al sujeto acusado y ahí terminaba todo.
Pero ahora, con los vientos renovadores que Francisco está llevando al Vaticano, dándole transparencia al llamado Banco Vaticano, entre otros (por los escándalos de manejos discutibles), con el nuevo nombramiento del titular de esta institución , está sorprendiendo al mundo al recibir a 6 víctimas de abusos sexuales a quienes dijo que la Iglesia “ llora” y “pide humildemente perdón” por los abusos sexuales cometidos por parte del clero.
Esta es la segunda vez que lo hace manifestando su “dolor” e invocando el perdón de las víctimas de estos gravísimos crímenes, así como por los “pecados de omisión por parte de líderes de la Iglesia que no han respondido adecuadamente a las denuncias de abuso presentadas por familiares y por quienes fueron víctimas de abuso; esto llevó a un sufrimiento adicional para quienes habían sido abusados y puso en peligro a otros menores que estaban en situación de riesgo”. Reiterando que “ en la Iglesia no hay lugar para quienes cometen estos abusos”, y se comprometió “ a no tolerar el daño infligido a un menor por parte de nadie, independientemente de su estado clerical” Y lo novedoso de su llamado, además, consistió en que instó a “ todos los obispos a ejercer su función de pastores con sumo cuidado para salvaguardar la protección de menores” haciendo la precisión, respecto a los obispos, “que rendirán cuentas de esa responsabilidad”, lo cual resulta, a todas luces, un cambio saludable en la postura de la Iglesia, habida cuenta de que hay algunos jerarcas que se dedican a participar en política dando indicaciones de cómo se debe de llevar la cosa pública, al margen de su responsabilidad de sus funciones ( marcadas por la ley), meramente eclesiásticas.
Debemos de admitir que antes de estos aires que vemos edificantes, la postura eclesiástica ante las denuncias de abuso sexual de menores, por parte de sus miembros, era de ocultamiento para salvaguardar su imagen, pero ahora, al parecer, al pedir perdón públicamente a las víctimas de estos abusos y aceptar las denuncias, implica el someter a los curas pederastas a la jurisdicción penal de los estados en donde cometan estos crímenes, como es el caso del obispo de S. Luis Potosí, quien siendo prófugo de la justicia, ya fue detenido y está sujeto a proceso por su pederastia denunciada
Pero seguimos creyendo que la causa de estas conductas reprobables no es otra que la práctica del celibato, del antinatural voto de castidad de la clerecía, totalmente aberrante por las consecuencias que produce.Y que debe de modificarse por la salvación de todos. O usted, crítico lector, ¿qué opina?
En otra entrega tratamos un ángulo del sempiterno problema de los curas pedófilos o pederastas, lo cual no pierde actualidad a partir del hecho de que últimamente se ha ido destapando la cloaca de la prática (que se ha hecho una lamentable y execrable costumbre) de abusos sexuales, entre otros, de los curas católicos en contra de menores.
También dimos cuenta de las cifras que maneja la ONU por casos en diferentes países del mundo y las cantidades que por concepto de indemnizaciones y gastos varios causados por tales casos en los EUA.
Entonces nos referimos al reconocimiento (por la obviedad) que hizo la Iglesia católica al respecto.
Ahora, es de sorprender favorablemente la actitud del papa Francisco al actuar en relación con este gravísimo problema que afecta no solo a la institución eclesiástica que representa, sino a miles de feligreses quienes en aras de su buena fe religiosa entregan a sus menores hijos a la guarda, custodia, enseñanza, en su caso, en manos de personas que, ocultas en el manto hipócrita de una supuesta bondad, piedad, generosidad y ayuda al prójimo, se aprovechan para desahogar sus instintos naturales de sexo, abusando de estas inocentes víctimas de su pederastia.
Es el caso que tradicionalmente y habida cuenta del poder eclesiástico en las sociedades en donde tiene hegemonía, estos caso s de pederastia no se denunciaban por el hecho de que no se les daba seguimiento alguno y menos solución a los mismos. Y las autoridades del fuero común, al no haber denuncias y aun habiéndolas, no hacían mayor cosa al respecto, ello sin perjuicio de que las autoridades eclesiásticas no solo desoían estas quejas, como es público y notorio, sino que cuando era muy trascendental el asunto, simplemente cambiaban de adscripción al sujeto acusado y ahí terminaba todo.
Pero ahora, con los vientos renovadores que Francisco está llevando al Vaticano, dándole transparencia al llamado Banco Vaticano, entre otros (por los escándalos de manejos discutibles), con el nuevo nombramiento del titular de esta institución , está sorprendiendo al mundo al recibir a 6 víctimas de abusos sexuales a quienes dijo que la Iglesia “ llora” y “pide humildemente perdón” por los abusos sexuales cometidos por parte del clero.
Esta es la segunda vez que lo hace manifestando su “dolor” e invocando el perdón de las víctimas de estos gravísimos crímenes, así como por los “pecados de omisión por parte de líderes de la Iglesia que no han respondido adecuadamente a las denuncias de abuso presentadas por familiares y por quienes fueron víctimas de abuso; esto llevó a un sufrimiento adicional para quienes habían sido abusados y puso en peligro a otros menores que estaban en situación de riesgo”. Reiterando que “ en la Iglesia no hay lugar para quienes cometen estos abusos”, y se comprometió “ a no tolerar el daño infligido a un menor por parte de nadie, independientemente de su estado clerical” Y lo novedoso de su llamado, además, consistió en que instó a “ todos los obispos a ejercer su función de pastores con sumo cuidado para salvaguardar la protección de menores” haciendo la precisión, respecto a los obispos, “que rendirán cuentas de esa responsabilidad”, lo cual resulta, a todas luces, un cambio saludable en la postura de la Iglesia, habida cuenta de que hay algunos jerarcas que se dedican a participar en política dando indicaciones de cómo se debe de llevar la cosa pública, al margen de su responsabilidad de sus funciones ( marcadas por la ley), meramente eclesiásticas.
Debemos de admitir que antes de estos aires que vemos edificantes, la postura eclesiástica ante las denuncias de abuso sexual de menores, por parte de sus miembros, era de ocultamiento para salvaguardar su imagen, pero ahora, al parecer, al pedir perdón públicamente a las víctimas de estos abusos y aceptar las denuncias, implica el someter a los curas pederastas a la jurisdicción penal de los estados en donde cometan estos crímenes, como es el caso del obispo de S. Luis Potosí, quien siendo prófugo de la justicia, ya fue detenido y está sujeto a proceso por su pederastia denunciada
Pero seguimos creyendo que la causa de estas conductas reprobables no es otra que la práctica del celibato, del antinatural voto de castidad de la clerecía, totalmente aberrante por las consecuencias que produce.Y que debe de modificarse por la salvación de todos. O usted, crítico lector, ¿qué opina?
Periplos en red busca crear espacios intelectuales donde los universitarios y académicos expresen sus inquietudes en torno a diferentes temas, motivo por el cual, las opiniones e ideas que expresan los autores no reflejan necesariamente las de Periplos en red , porque son responsabilidad de quienes colaboran para el blog escribiendo sus artículos.
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