De lo injustificable...

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Por Rodrigo Juárez Ortiz


En atención a los sucesos acaecidos a finales del retropróximo mes de Septiembre en nuestra entidad federativa y específicamente en la ciudad de Iguala, Guerrero, los cuales ya adquirieron una atención mediática, no solo local y nacional, sino también a nivel internacional, por la trascendental importancia que éstos conllevan, es que no podemos soslayarlos, toda vez que se trata de la muerte y de la desaparición de seres humanos, de jóvenes, de personas que estaban y están, en su caso, empezando a desarrollarse, a proyectarse en la vida para realizar su fines inherentes a su condición humana.

Los medios, al respecto, han dado una cobertura muy amplia sobre los detalles de los hechos que se comentan y donde aparecen versiones de los diferentes ángulos en que se está tratando tan impactante tragedia.

Han declarado o informado de estas diferentes versiones, tanto de parte de los sobrevivientes, de testigos presenciales, como de los policías detenidos y sujetos a proceso que se dice estuvieron en el lugar de tan siniestros eventos.

Así, se dice que un grupo de normalistas estaban solicitando una cooperación voluntaria a los automovilistas que transitaban por la carretera de Iguala a Chilpancingo, para ir a la reunión tradicional del 2 de Octubre en la ciudad de México que recuerda la matanza de Tlatelolco de 1968; que también se apoderaron de tres autobuses de una línea comercial que transita hacia este puerto (entre otros destinos), y que un grupo de supuestos policías, sin el equipo convencional, los rodeó y empezaron a disparar en contra de ellos, pero que después llegaron unos policías, uniformados, con guantes, chalecos antibalas, cascos, espinilleras y todo aquello que refleja la imagen de los policías antimotines, quienes también dispararon y luego los bajaron de los autobuses y se los llevaron en camionetas o patrullas, diciendo en sus entrevistas los números económicos de las mismas y que, hasta el momento no han aparecido, lo que ha causado una profunda preocupación y angustia a sus familiares y a todo el mundo quienes estamos conscientes de la relevancia que ello conlleva.

Este grave problema ha repercutido en todo el orbe. Los tres órdenes de gobierno se han visto sacudidos por esto. El gobierno federal ha manifestado su interés en la solución del caso, ordenando la localización de los desaparecidos, así como la aprehensión y castigo de los responsables, sin perjuicio de lo ordenado por el gobernador en el mismo sentido, solo que el presunto responsable de lo sucedido ( el presidente municipal de Iguala, con licencia), al que se adjudica haber dado las órdenes del caso, está prófugo, y se está procesando su desafuero en el Congreso local, para facilitar su aprehensión , y ahora se está sabiendo de sus presuntos nexos con el crimen organizado, de quienes se dice que fueron quienes ordenaron y ejecutaron los disparos y la detención de los jóvenes que se encuentran desaparecidos .

Esto ha motivado que el dirigente nacional del partido que postuló al presidente municipal de Iguala (ahora con licencia) pidiera perdón por no haber sido muy estrictos en la selección de dicho candidato y pidió a los demás partidos que hagan lo propio para evitar casos similares. Sin embargo el asunto ya está politizándose, habida cuenta que el próximo año hay elecciones en el Estado y se dice que se está tratando de poner en evidencia al partido en el poder aquí, para debilitarlo en los próximos comicios, sin perjuicio de que es vox populi que uno de los grandes y profundos problemas que padecemos en México es el de la corrupción, lo que propicia el deterioro del imperio de la ley y la consecuente impunidad, y por ello el crimen organizado o no, han permeado las esferas gubernamentales lo cual les permite actuar a sus anchas con la consabida inseguridad que estamos padeciendo en el país a merced de la delincuencia toda.

De los excesos que han cometido los jóvenes en sus manifestaciones ( porque no se les atiende en el fondo de las mismas) se esté de acuerdo o no con ellas, se entiende, se comprende, se explica, pero no se justifican, y aumentado a su máxima expresión este caso, muchísimo menos se justifica el balacearlos, matarlos o desaparecerlos, por ser una verdadera ignominia, de lesa humanidad. Ha habido mucha tolerancia, o disimulo, o miedo o corrupción en la proliferación, tamaño y fuerza adquiridos por la delincuencia, por lo que gobernantes y gobernados debemos participar, responsablemente, cada quien en su esfera de competencia, en no ser cómplices y ajustarnos al imperio del Derecho, para evitar el pánico que produce la inseguridad. O usted, equilibrado lector, ¿qué opina?



El contenido plasmado en este blog es producto de la reflexión de su autor, de sus colaboradores y de los pensadores que en él se citan. Cualquier semejanza con la realidad o alguna ficcón literaria, televisiva, psicótica paranoide o de cualquier otra índole es mera coincidencia

Periplos en red busca crear espacios intelectuales donde los universitarios y académicos expresen sus inquietudes en torno a diferentes temas, motivo por el cual, las opiniones e ideas que expresan los autores no reflejan necesariamente las de Periplos en red , porque son responsabilidad de quienes colaboran para el blog escribiendo sus artículos.



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