De la actualidad...

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Por Rodrigo Juárez Ortiz


A fuerza de ser congruentes con la realidad, creemos que el ver lo que está pasando en el mundo, en nuestro país y en nuestro estado, implica atender, con una perspectiva de la mayor objetividad posible, los problemas locales o globales que estamos viviendo. Esto puede tomarse desde una perspectiva personal o desde otra mas generalizada que lleve implícitos no solo los planteamientos o la crítica sino las posibles soluciones, discutibles, por cierto, según la óptica con que se les quieratomar.

Ello viene a colación, toda vez que recién, el retropróximo día 5 de los corrientes se celebró un aniversario mas de la promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917, que reforma la de 5 de Febrero de 1857, documentos fundamentales de nuestra estructura jurídico política que como nación adoptamos, para darle rumbo y destino a una República representativa, democrática, federal, compuesta de Estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su régimen interior; pero unidos en una federación establecida según los principios de esta ley fundamental.

Es obvio que en un estado de derecho, es la Constitución la máxima ley del país, jerárquicamente hablando, y que comprende, en nuestro caso la parte dogmática, que contempla los derechos fundamentales de toda persona que esté en nuestro país, y la parte orgánica que se refiere a la estructura, integración y funcionamiento del aparato gubernamental.

De esta suerte, las entidades federativas que comprenden a la república, también tienen la prerrogativa de crear sus propias Constituciones y sus leyes secundarias, pero sin contradecir a la norma fundamental federal y así, se entiende que funciona la relación jurídica entre gobernantes y gobernados, bajo el principio elemental del respeto absoluto, de ambas partes, a lo dispuesto por esta normatividad.

Sin embargo, habida cuenta de los sucesos, muy lamentables que, por lo pronto, están sucediendo en nuestros lares y que acusan con aumentar cada vez mas, nos encontramos en una situación, como gobernados, en un estado total de indefensión en donde no nos es dable encontrar una solución pronta y efectiva ante el acoso de la delincuencia, organizada o no, y por otro lado la omisión gubernamental para detener, acabar o por lo menos menguar este ataque brutal a nuestros derechos fundamentales consagrados, precisamente, en nuestra Carta Magna.

Ya es vox populi que el gobierno tiene los instrumentos jurídicos para detener esta ola de violencia, así como la obligación formal de brindar seguridad a la población en general, sin embargo, en la especie, como gobernados estamos siendo vilipendiados en nuestros derechos mas sagrados, en nuestras garantíasindividuales por aquellos que protestan, (independientemente de la legitimidad de sus reclamos) y que nos convierten en rehenes de sus excesos y conductas incluso delictivas, pero cuando se exige de las autoridades el que brinden protección a nuestros congéneres , no se trata de que actúen con violencia masacrando a los revoltosos, pues para ello hay protocolos, a nivel internacional, consagrados en tratados de los cuales nuestro país es signatario, pero que son obligatorios para poner orden y brindar la seguridad menester para tener una convivencia pacífica y productiva.

Pero lejos de ello se nos dice que de ninguna manera se va a actuar que no sea privilegiando el diálogo, con lo cual se está de acuerdo, pero esto solo es posible entre dos o mas interlocutores que estén dispuestos a hacerlo, pero lamentablemente, una de las partes no está dispuesta a dialogar, ya que ha evidenciado una falta total de respeto a las instituciones y al no encontrar quien los detenga, ya ensoberbecidos y conscientes de la impunidad correspondiente, partiendo del seguimiento a sus consignas, es obvio que no se van a sentar en una mesa para el diálogo, sacando cada vez mas, ventajas para su posición intransigente que incluso llega a amenazar el que no van a permitir el que se celebren las elecciones jurídicamente programadas.

Se trata, dicen las autoridades, de que no es oportuno usar la fuerza pública y no lo van a hacer para evitar confrontaciones que pudieran agravar la situación, lo cual es una posición sensata y prudente, sin embargo si no se echan a andar otras alternativas que dicen instrumentarán, entonces la población se mantiene en un estado de indefensión total y a expensas del padecimiento de todos los contratiempos y contrariedades que incluso están afectando al turismo, del cual vivimos en este destino y la pregunta es ¿ Hasta cuando? Y como dicen los clásicos, no hay mal que dure cien años, ni tarugo que los aguante. ¿Y luego?

Es obvio que ya hay que actuar, dentro de la ley, con irrestricto respeto a los derechos fundamentales de las partes, pero ya.

O usted, fastidiado lector, ¿qué opina?



El contenido plasmado en este blog es producto de la reflexión de su autor, de sus colaboradores y de los pensadores que en él se citan. Cualquier semejanza con la realidad o alguna ficcón literaria, televisiva, psicótica paranoide o de cualquier otra índole es mera coincidencia

Periplos en red busca crear espacios intelectuales donde los universitarios y académicos expresen sus inquietudes en torno a diferentes temas, motivo por el cual, las opiniones e ideas que expresan los autores no reflejan necesariamente las de Periplos en red , porque son responsabilidad de quienes colaboran para el blog escribiendo sus artículos.



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