Del domingo siete...

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Por Rodrigo Juárez Ortiz


Salió con su domingo siete o bien, salió con su batea de babas, son dichos populares que aunque con connotaciones diversas, tienen rasgos comunes, es decir, ambos se refieren a situaciones fallidas, inesperadas, no deseadas y que han creado patente de corso en la lengua popular.

Curiosamente dentro de tres días, es decir, el próximo domingo cae en día siete, es domingo siete pero en este caso no lo comentamos para darle la connotación del dicho popular, sino que es la fecha en que se celebrarán las llamadas elecciones intermedias en donde se elegirán a gobernadores, diputados federales, diputados locales y ayuntamientos en algunas entidades federativas, no en todo el país.

Es así que en nuestro estado, también tendremos la oportunidad de ejercer el derecho de votar, ya elevado a rango constitucional desde hace ya muchos años.

En efecto, nuestro pueblo ha tenido próceres, verdaderos héroes que han ofrendado su vida, su libertad, sus bienes, su familia, su paz, su tranquilidad y toda suerte de elementos que le dan sentido a la vida humana para lograr conquistar y hacer del nuestro un país de leyes, de libertades, basados en una norma fundamental que se llama, en nuestro caso, Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la ley suprema de la Nación y que rige todo lo concerniente a los derechos fundamentales del hombre, así como a la forma y requisitos de las instituciones para el gobierno de la República. Entre estos derechos está el que la ciudadanía tenga el derecho a votar y a ser votado, cosa totalmente normal en nuestros días,atento a lo dispuesto por el artículo 35 fracciones I y II, del Capítulo IV De los Ciudadanos Mexicanos, no así durante los trescientos años que duró la dominación peninsular en nuestra Patria, cuando la ignominiosa realidad, no permitía tales derechos, habida cuenta de la institucionalidad de la mas execrable tiranía humana como lo es la esclavitud, de ahí el surgimiento de tantas luchas fratricidas, inclusive, tendentes a la determinación del tipo de gobierno y de país que queremos.

Muchos años han pasado ya desde entonces. El país ha entrado en una época de paz y de tranquilidad, paz y tranquilidad, sin embargo, que se han visto agredidas, zarandeadas, conculcadas, disminuidas, vilipendiadas, por hechos inéditos de violencia, de crímenes fríamente calculados y ejecutados, por un crecimiento desmesurado e insólito de la delincuencia, organizada o no, en donde resaltan el narcotráfico, la trata de personas, el tráfico de armas, aunado al aumento del uso, por parte de nuestros jóvenes y niños, especialmente, de narcóticos y todo tipo de drogas de uso ilegal.

Esta violencia desmesurada se vio desatada en los años recientes, en el marco de la llamada guerra de las drogas, en la cual las instituciones de seguridad desplegaron un combate en contra de la delincuencia, pero cuyo resultado se calcula entre cien y ciento cincuenta ml personas entre muertos y desaparecidos.

Aunado a lo anterior, es de escándalo percatarse ahora, de manera mas pública, de la gran, enorme, execrable corrupción que corroe al país y concomitantemente de la impunidad que rodea y cubre a tan siniestra práctica, en la cual participan tanto gobernantes como gobernados, sin perjuicio de que los mas notorios son los de la clase política por ser los obligados a actuar en la función pública, con estricto apego a derecho.

Es decir, la clase política es la que está en entredicho ante la opinión pública, de ahí la inédita forma extrema en que se han dado algunas campañas políticas.

Es el caso que ahora todo el país está pendiente del proceso electoral y ver cuáles son las tendencias del voto del electorado que señalará los perfiles para cuando llegue la elección presidencial.

Todo ello como marco de referencia para que este domingo siete los ciudadanos vayan a ejercer su derecho y obligación de ir a votar. De escoger entre la proliferación de candidatos y de partidos, a aquellos que tengan un plan de trabajo coherente, factible, realista y tendente a satisfacer las demandas del electorado. Pero con efectividad.

Es el momento de decidir tanto por el perfil de los candidatos, sus antecedentes, sus experiencia en el sector público y sobre todo, los verdaderos resultados de su quehacer político, el de verdad, no el que se adjudican algunos, como por la plataforma ideológica de los partidos que los postulan

Existe también el temor que consideran fundado, entre la ciudadanía, de que las promesas de campaña no se cumplan, por ser éstas demagogia pura, nacida al calor de la campaña y como consecuencia de experiencias anteriores que se han repetido ad nauseam.

Pero todas estas especulaciones no deben entorpecer el proceso democrático al que llegamos después de muchas vicisitudes.

Pugnamos por un país democrático, y es en las urnas en donde vamos a determinar su logro o su efectividad. Y si la gobernabilidad no se da, acorde a lo esperado, entonces, una vez mas, es a través del voto como lo vamos a corregir y a lograr. Pacíficamente. En el marco del Derecho.

La democracia no significa el voto de las mayorías, per se, sino que implica la participación responsable de las mayorías. Ergo, hay que votar y hacerlo responsablemente. O usted, democrático lector, ¿qué opina?



El contenido plasmado en este blog es producto de la reflexión de su autor, de sus colaboradores y de los pensadores que en él se citan. Cualquier semejanza con la realidad o alguna ficcón literaria, televisiva, psicótica paranoide o de cualquier otra índole es mera coincidencia

Periplos en red busca crear espacios intelectuales donde los universitarios y académicos expresen sus inquietudes en torno a diferentes temas, motivo por el cual, las opiniones e ideas que expresan los autores no reflejan necesariamente las de Periplos en red , porque son responsabilidad de quienes colaboran para el blog escribiendo sus artículos.



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