De Juan R. Escudero...

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Por Rodrigo Juárez Ortiz


Es muy lamentable, y a la vezda pena ajena constatar, una vez mas, que los seres humanos tengamos grandes dosis de amnesia histórica en virtud de la cual, por generaciones y a veces en la misma se ignoran o, en su caso, se olvidan todos aquellos actos y el nombre de aquellos quienes lucharon ofrendando su vida, sus bienes, si integridad física y su libertad por entregarse de lleno a las causas de auténtica solidaridad social en beneficio de sus coetáneos, así como de las generaciones que le sucedieron. Sin el ánimo de cansar ni mucho menos de ofender ( no hay por qué), he de ser insistente en reclamar, a quien corresponda, la reivindicación del nombre de Juan R. Escudero, que fue simple y llanamente quitado de la nomenclatura de las calles del centro de la ciudad, sin un aparente aviso o autorización de las autoridades competentes del Ayuntamiento de Acapulco de Juárez, cuenta habida de que se trata, ni mas ni menos de un héroe epónimo e ínclito personaje de la historia de Acapulco, en especial y del estado de Guerrero , en lo general.

En efecto, en entrega anterior mencionamos este hecho y recibimos muestras de solidaridad con la moción de mérito, sin embargo también nos hemos percatado, no sin la pena y preocupación correspondientes, de que una gran proporción de gente y en especial los jóvenes no tienen la menor idea de quién fue tanpreclaro personaje y mucho menos saben qué fue lo que hizo en beneficio de Acapulco y su pueblo. Al respecto vuelvo a invitar, una vez mas, a que lean su biografía e invito a quien corresponda que se avoquen a publicar, inclusive en fascículos ilustrados, la vida de tan insigne personaje acapulqueño para que todos se enteren de su grandeza, de sus sacrificios y, sobre todo, de sus grandes, (monumentales diría yo)logros en beneficio nuestro.

No contamos con el espacio suficiente para narrar su historia, de ahí la invitación para que la lean, sin embargo a guisa de recordatorio mencionamos que ante el monopolio abierto y descarado de un grupo de comerciantes y caciques españoles enseñoreado en las dos costas y en especial en Acapulco, los cuales tenían el control absoluto de autoridades locales y federales ellos manejaban, ordenaban, vamos controlaban toda lo relativo a la producción del agro e inclusive,lograron instalar algunos sitios industriales, pero controlaban y decidían los precios de compra y venta de los productos llegando al extremo de mandar matar a quienes pretendían sacar sus mercancías motu proprio por la única carretera muy precaria que salía de aquí hacia la ciudad de México y fue precisamente Escudero quien acabó con ese monopolio, precisamente por sus gestiones para terminar esa carretera, sin perjuicio de sus obras en pro de la ciudadanía cuando fue presidente municipal, cargo obtenido por el verdadero voto mayoritario de la población a la cual siempre ayudó, orientó y estimuló en el conocimiento y ejercicio de sus derechos constitucionalmente consagrados. No puede negarse la extraordinaria labor que realizó para mejorar las condiciones laborales de los trabajadores, en especial la de los estibadores que realizaban sus labores en lanchones, en el agua, en la carga y descarga de los grandes buques de pasajeros que fondeaban en la bahía de Acapulco, pues no atracaban por no existir un muelle ad hoc para ello.

Es penoso que su nombre solo se lleva en un municipio cuya cabecera es Tierra Colorada ( y tal vez en alguna otra población); que tiene un pequeño monumento en el Malecón enfrente de la CROM y un pequeño busto en el salón de sesiones del Cabildo acapulqueño el cual lleva su nombre, cuando que por sus innegables méritos su nombre debería estar señalando la principal o una de las principales avenidas del puerto.

De ahí que sería muy enriquecedor que los sindicatos, como la CROM( por ser los herederos de sus logros), los cronistas colegiados de Acapulco, vamos, la ciudadanía en general se unieran en la petición a las autoridades municipales para que se vuelva a poner el nombre de Juan R. Escudero en las calles del centro de donde no se sabe quién o quiénes lo quitaron ( de parte de quién), o aprovechar el viaje y ponerle su nombre a una de las principales avenidas del puerto. Eso sería lo justo. No existen razones para escatimarle ese real y auténtico mérito, ganado a pulso en beneficio del pueblo acapulqueño.

No sigamos abonando a la amnesia histórica. Démosle el justo reconocimiento a quienes sí lucharon denodadamente en beneficio nuestro, sin mezquindades ni egoísmos, sin oportunismos ni sueños mesiánicos. Solo es lo justo. O usted, convencido lector, ¿qué opina?



El contenido plasmado en este blog es producto de la reflexión de su autor, de sus colaboradores y de los pensadores que en él se citan. Cualquier semejanza con la realidad o alguna ficcón literaria, televisiva, psicótica paranoide o de cualquier otra índole es mera coincidencia

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