De la idiotez total...

Por Rodrigo Juárez Ortiz


Gracias al control remoto, ahora se puede cambiar de canal en el receptor de la televisión tan rápido se lo permitan sus deseos y en ese accionar se pueden conseguir infinidad de canales y escoger alguno que pudiera ser de su interés.

Estando en ese juego y viendo un programa de preguntas, conocimientos generales, estrategia y suerte el sábado por la noche, mientras pasaban los comerciales, entré al canal, llamado de las estrellas, que presentaba uno mas de tantos programas con pretensiones de comicidad, con un formato que evidenciaba una imitación grotesca de los programas gringos, con un escenario en donde aparecía en grande el título del mismo, Adal show, enmarcado en focos rutilantes como marquesina de teatro de burlesque y de pronto apareció un tío verdaderamente pesado, un verdadero plomo, un aspirante a cómico ( ahora les llaman comediantes) pretendiendo hacer reír a base de sandeces, idioteces, aderezadas con albures, frases con doble sentido y acompañadas de escenas prosaicas extremadamente vulgares, corrientes, tanto, que hasta daban toques.

Este sujeto de marras, en las escenas que pude captar, hacía uso en burda copia de todas las argucias que hacen reír a los gringos simplones como el extremo de llegar al pedestre pastelazo victimizando a una comparsa o patiño a bordo de una montaña rusa en movimiento, escanciando a su vez una botella de vino con el consabido derrame sobre las ropas.

Pretendiendo, tal vez, enriquecer su bodrio televisivo, invitó a personas conocidas de la farándula para escenificar dizque cuadros cómicos carentes totalmente de creatividad, pero repletos de vulgaridad y pésimo gusto.

El sumum de la estupidez (por llamarla de alguna manera) de este sujeto, parodia de débil mental, de baboso crónico e idiota irreversible es que hizo mofa de nuestros héroes nacionales, de Don Benito Juárez, por ejemplo, uno de los mas grandes próceres de nuestra historia patria, de quien trató de narrar en forma por demás burda, de cómo gestó su apotegma universal de “ Entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz” y entre otras alusiones bobas dijo, palabras mas, palabras menos que le dijeron a Juárez que ya no se peinara con limón, porque su pelo se veía muy lamido. No contento con esto siguió diciendo que el heroico cadete militar que se lanzó envuelto en nuestra bandera (en la batalla de Chapultepec cuando nos invadieron los gringos) estuvo mirando al vacío mientras se tomaba un “selfie” para ver hasta dónde iba a caer. Obviamente ya no se pudo seguir viendo ni escuchando tanta idiotez y tanta falta de respeto, en una completa ignorancia de educación cívica. Por cierto materia escindida de los planes de estudio en nuestras escuelas de educación básica, cuando el gringo Zedillo fue secretario de Educación Pública.

Nosotros siempre hemos sido defensores a ultranza de la libertad de expresión y enemigos acérrimos de la censura previa, sin embargo estamos conscientes de que hay y debe de haber límites en el ejercicio de este derecho para no afectar derechos de tercero y al margen del bodrio televisivo comentado, se exige un respeto pleno y total a los héroes que nos dieron Patria y Libertad que ningún cretino como el comentado ni volviendo a nacer lo podría hacer. Y en esa tesitura ¿En dónde está el IFETEL? ¿ En dónde la indignación colectiva? ¿ En dónde el espíritu patrio? Espero que no en los gritos eufóricos aderezados por los oxidrilos etílicos de las fiestas septembrinas. Pero si esto es grave, lo que nos pareció gravísimo es que el público espectador, totalmente cautivo, aplaudía a rabiar (obviamente dirigido) en cada una de las gracejadas del cretino de marras.

El problema, sin embargo, no está solo en eso, sino lo más grave es que los contenidos de nuestra televisión comercial están repletos de estulticia, de programas, entre otros, en donde varios protagonistas se arrebatan la palabra, a gritos, y en donde no se entiende nada a nadie. Todo de lo más estulto. Y a eso le llaman entretenimiento. Recordemos entonces lo que dijo alguna vez el dueño anterior de Televisa: “Nosotros estamos en el negocio de entretenimiento y de la información y podemos educar pero fundamentalmente entretener. México es un país de una clase modesta muy jodida que no va a salir de jodida; para la televisión es una obligación llevar diversión y sacarla de su triste realidad y de su futuro difícil”. Si esta es la divisa ¿nuestro sino será seguirlo soportando o debemos solidariamente defender nuestra capacidad crítica y nuestro deseo de superar esos niveles? O usted, indignado lector, ¿qué opina?