Los hechos y las palabras

0

Por Fernando Reyes Baños


La semana pasada, en uno de los foros que el Gobierno del Estado de Guerrero ha organizado para consultar a la ciudadanía en torno al plan de desarrollo de los próximos años (2015 - 2021), ocurrió un hecho interesante. Una compañera de trabajo, con la que otros más y un servidor acudimos al Crown Plaza para hacer acto de presencia en dicho evento, salió un momento del salón donde se realizaban las ponencias para ir al tocador; después de un rato, nuestra compañera regresó y nos compartió la siguiente experiencia:

Resulta que cuando regresó del tocador y pretendió entrar por una puerta diferente a la que usamos para entrar al foro la primera vez, un hombre se interpuso en su camino y le indicó que no podía entrar por ahí. Cuando ella le preguntó por qué éste, simplemente, le contestó que esa puerta estaba reservada para los regidores solamente. La compañera se sintió indignada, claro, porque consideró injusto que hubiera entradas para regidores (o algún otro “privilegiado”) y entradas para todos los demás, pero aunque expresó su inconformidad ante la persona que le restringió el paso, éste no desistió de su postura, por lo que nuestra compañera tuvo que caminar más, dando una vuelta que en términos prácticos resultaba obviamente innecesaria, para entrar finalmente por la puerta destinada para todos los que no contamos con un puesto público de importancia.

Parecería un hecho trivial. Una experiencia breve, pero incómoda, que se recuerda lo suficiente como para compartirla durante la siguiente hora con algún conocido, pero que después de un día se olvidará, quedando en su lugar solamente la noción de haber asistido a un evento multitudinario. Cualquiera estaría tentado a decir que la discrepancia anteriormente descrita no tiene razón de ser dada la existencia de protocolos, consignas y reglas preestablecidas para la realización de eventos así y que la realización de un foro ideado supuestamente para que la ciudadanía exprese lo que quiere (y lo que no quiere) para su Estado en los próximos años no es, obviamente, la excepción. Pero si este incidente, por pequeño que sea (después de todo, dicen que “para muestra un botón”), lo consideramos a la luz de la desigualdad que impera cada vez más en nuestra sociedad, quizá, no parezca tan trivial. Con esta perspectiva, cabría sospechar entonces que, de inicio, lo que viene no parece ser tan diferente a lo que hemos vivido antes, es decir, si desde los hechos (y no emotivos discursos) que revelan la planeación de lo que se prospecta para el futuro de nuestra sociedad, se entronizan accesos y espacios exclusivos para privilegiados, inalcanzables en cualquier sentido para aquellos que no pertenecen (o no son “amigos”) de ese gremio, entonces lo que vendrá, lo que resulte en esta ocasión de ese esfuerzo en conjunto (porque la ciudadanía, en algún sentido, también forma parte del show), seguirá manifestando, en los protocolos, consignas y reglas que se sigan, los mismos problemas que hemos vivido hasta ahora como sociedad: desigualdad, discriminación, impunidad y un largo etcétera.

No se confunda. Lo anterior no es privativo del evento descrito (ni tampoco significa que el formato usado pueda caracterizarse, en su totalidad, por su desigualdad). Éste solo es un reflejo de la realidad (compleja y complicada) que vivimos como país y como parte de un mundo globalizado que afronta problemas que no ha podido resolver (otro botón de muestra, digamos). Al respecto, solo citaré las ideas de tres autores que han estudiado el complejo fenómeno de la desigualdad: en el año 2004, Schemelkes comentó que: "Los países ricos, y los ricos en esos países, son cada vez más ricos y proporcionalmente cada vez menos. Lo contrario sucede con los pobres: son cada vez más los pobres y cada vez más pobres, los pobres" (p. 10). Diez años más tarde, en su libro Mirreynato, Ricardo Raphael, catedrático del CIDE, comentó que: “(…) 7 de cada 10 seres humanos viven en países donde la desigualdad se ha multiplicado. Cita Oxfam (organización sin fines de lucro fundada por Cecil Jackson-Cole) un documento de Credit Suisse donde se argumenta que, mientras 10 % de la población mundial controla alrededor del 86 % de la riqueza, el 70 % menos aventajado se las tiene que arreglar con solo 3 % de la producción social” (p. 158). No en balde, dicha ONG reporta justo ahora que "En lugar de tener una economía que trabaja para la prosperidad de todos, para las generaciones futuras y para el planeta, hemos creado una economía para el 1%". (Reuben, 2016).

En suma, las tareas a resolver no son sencillas, ni los desafíos pequeños. Hacer coincidir hechos con palabras no resultará fácil mientras no se acepte que en nuestra sociedad impera la desigualdad y, en consecuencia, la discriminación. Es urgente atender tales aspectos porque no se puede esperar que hombres y mujeres vivamos en igualdad cuando la desigualdad, en múltiples sentidos, define qué puertas estarán abiertas para permitirnos pasar. Tengo un sueño: que las puertas permanezcan abiertas y quienes pasen no sean el amigo o el Sr. X, sino seres humanos y ya. Así sea.


Referencias

- Reuben, A. (18 de enero de 2016). El 1% más rico del planeta "ya tiene tanto como el otro 99%", asegura Oxfam. BBC Mundo. Recuperado de: http://www.bbc.com/mundo/noticias/2016/01/160118_1_por_ciento_mas_rico_pobreza_desigualdad_economia_mr?ocid=socialflow_facebook
- Raphael, R. (2014). Mirreynato. México: Editorial Planeta.
- Schemelkes, S. (2004). La educación intercultural: un campo en proceso de consolidación. Revista Mexicana de Investigación Educativa, 9(20). Recuperado de: http://www.redalyc.org/pdf/140/14002002.pdf



El contenido plasmado en este blog es producto de la reflexión de su autor, de sus colaboradores y de los pensadores que en él se citan. Cualquier semejanza con la realidad o alguna ficcón literaria, televisiva, psicótica paranoide o de cualquier otra índole es mera coincidencia

Periplos en red busca crear espacios intelectuales donde los universitarios y académicos expresen sus inquietudes en torno a diferentes temas, motivo por el cual, las opiniones e ideas que expresan los autores no reflejan necesariamente las de Periplos en red , porque son responsabilidad de quienes colaboran para el blog escribiendo sus artículos.



Periplos en Red

Grab this Headline Animator

 
Ir Abajo Ir Arriba