Por Rodrigo Juárez Ortiz
Polémico, como todos los genios del “demos” de la historia, Don Miguel de Cervantes Saavedra, sin ninguna duda, es considerado como el padre del género de la novela, en el sentido moderno, uno de los mas creativos escritores de todos los tiempos e, incluso, se han tratado de hacer paralelismos entre él y el también genio, pero de la literatura inglesa: William Shakespeare.
Y decimos polémico en tanto que personas , se dice eruditas, han creado y desecho mitos sobre su vida y su obra, así se dice que en realidad ni murieron el mismo día, ni se conocieron , ni Cervantes leyó a Shakespeare aunque se dice que éste sí leyó al llamado “manco de Lepanto”.
En fin, entre tantos estudios, opiniones, aciertos y equivocaciones, hay quienes sostienen que ambos murieron el mismo día y otros sostienen lo contrario pues se dice que Cervantes murió un 22 de Abril de 1616, aunque fue sepultado al día siguiente, 23 y que el escritor inglés murió en Mayo, pero del calendario que usaban los ingleses.
Al margen de estas situaciones, en términos generales se celebran en la actualidad los 400 años desde su muerte, acaecida en Madrid ya que nació en Alcalá de Henares en un 29 de Septiembre de 1547.
Obviamente que las comparaciones que se hacen en relación con estos genios de la literatura, nacen por la idea de algunas similitudes que se dan entre ambos, ya que ambos vivieron durante la época del Renacimiento y obviamente abrevaron en las mismas o parecidas fuentes de pensamiento, sin embargo no hay que olvidar que Shakespeare básicamente es un dramaturgo, en cambio Cervantes es básicamente un novelista, díganlo si no sus llamadas Novelas Ejemplares que en número de 14 publicó y además su obra cumbre, El Quijote de la Mancha, obra que ya sabemos se escribió en dos partes, siendo la primera en 1605, la cual tuvo un gran éxito, pero no lo suficiente en su mejoría económica, y la segunda, quince años después, en 1615, un año antes de su muerte, pero además escribió teatro ( 8 comedias, 8 entremeses) y también escribió poesía.( No olvidemos, sin embargo, que las piezas teatrales del genio inglés las escribió en verso).
Pero al margen de todo ello, recordando al Quijote, en lo personal es una obra que yo escogería si se me preguntara que estando en una situación extrema y tuviera la oportunidad de salvar un libro, a todas luces escogería El Quijote y ello en virtud de haberlo ya leído en varias ocasiones y en diferentes etapas y años de mi vida, lo cual me ha permitido encontrarle, en cada lectura, ángulos y facetas cada vez diferentes .
En efecto, estando cursando la Secundaria, era una lectura obligada en la clase de Literatura española y en esa edad, las puntadas, lo rústico y lo contrastante de Sancho Panza frente al Quijote eran verdaderamente hilarantes, de risa loca, lo cual me divertía enormemente.
Estando ya cursando la Preparatoria, volví a leerlo, motu proprio, y me pareció fascinante el idealismo del personaje “desfacedor de entuertos”, en una edad en que uno es idealista y soñador en grado extremo, en una edad en que decíamos que “ se me hace chico el mar para echarme un buche de agua” como dicen en mi pueblo, una edad en que todo sueño es posible y no hay límites para ello, habida cuenta de que al no tener experiencia suficiente en la vida, no para uno mientes en emprender la acción que sea sin pensar ni en las consecuencias y memos en los fracasos.
Posteriormente ya estando estudiando en la licenciatura, y aún lleno de idealismo, ya se asoma el rasgo pragmático del libro y sus enseñanzas son muy enriquecedoras para hacernos volver a una realidad a la que la vida cotidiana nos empuja y nos enfrenta a situaciones y vivencias sobre la realidad de los seres humanos con todas sus virtudes y todas sus bajezas. Posteriormente lo he vuelto a leer en varias ocasiones y lo maravilloso es que cada vez que lo hago, le encuentro facetas, ángulos, ópticas y perspectivas diferentes, como si estuviera en cada ocasión leyendo una obra diferente, por lo cual resulta evidente que acorde con mi evolución como ser humano, con mis vivencias y experiencias múltiples, le voy encontrando esas facetas extraordinarias lo cual coloca a Cervantes como un conocedor profundo de los bípedos implumes, un psicólogo nato del ser humano, por las vivencias que tuvo y que, concomitantemente con nuestra evolución personal, lo vamos descubriendo profundamente. Hay que leer al Quijote. O usted, asiduo lector ¿qué opina?
Polémico, como todos los genios del “demos” de la historia, Don Miguel de Cervantes Saavedra, sin ninguna duda, es considerado como el padre del género de la novela, en el sentido moderno, uno de los mas creativos escritores de todos los tiempos e, incluso, se han tratado de hacer paralelismos entre él y el también genio, pero de la literatura inglesa: William Shakespeare.
Y decimos polémico en tanto que personas , se dice eruditas, han creado y desecho mitos sobre su vida y su obra, así se dice que en realidad ni murieron el mismo día, ni se conocieron , ni Cervantes leyó a Shakespeare aunque se dice que éste sí leyó al llamado “manco de Lepanto”.
En fin, entre tantos estudios, opiniones, aciertos y equivocaciones, hay quienes sostienen que ambos murieron el mismo día y otros sostienen lo contrario pues se dice que Cervantes murió un 22 de Abril de 1616, aunque fue sepultado al día siguiente, 23 y que el escritor inglés murió en Mayo, pero del calendario que usaban los ingleses.
Al margen de estas situaciones, en términos generales se celebran en la actualidad los 400 años desde su muerte, acaecida en Madrid ya que nació en Alcalá de Henares en un 29 de Septiembre de 1547.
Obviamente que las comparaciones que se hacen en relación con estos genios de la literatura, nacen por la idea de algunas similitudes que se dan entre ambos, ya que ambos vivieron durante la época del Renacimiento y obviamente abrevaron en las mismas o parecidas fuentes de pensamiento, sin embargo no hay que olvidar que Shakespeare básicamente es un dramaturgo, en cambio Cervantes es básicamente un novelista, díganlo si no sus llamadas Novelas Ejemplares que en número de 14 publicó y además su obra cumbre, El Quijote de la Mancha, obra que ya sabemos se escribió en dos partes, siendo la primera en 1605, la cual tuvo un gran éxito, pero no lo suficiente en su mejoría económica, y la segunda, quince años después, en 1615, un año antes de su muerte, pero además escribió teatro ( 8 comedias, 8 entremeses) y también escribió poesía.( No olvidemos, sin embargo, que las piezas teatrales del genio inglés las escribió en verso).
Pero al margen de todo ello, recordando al Quijote, en lo personal es una obra que yo escogería si se me preguntara que estando en una situación extrema y tuviera la oportunidad de salvar un libro, a todas luces escogería El Quijote y ello en virtud de haberlo ya leído en varias ocasiones y en diferentes etapas y años de mi vida, lo cual me ha permitido encontrarle, en cada lectura, ángulos y facetas cada vez diferentes .
En efecto, estando cursando la Secundaria, era una lectura obligada en la clase de Literatura española y en esa edad, las puntadas, lo rústico y lo contrastante de Sancho Panza frente al Quijote eran verdaderamente hilarantes, de risa loca, lo cual me divertía enormemente.
Estando ya cursando la Preparatoria, volví a leerlo, motu proprio, y me pareció fascinante el idealismo del personaje “desfacedor de entuertos”, en una edad en que uno es idealista y soñador en grado extremo, en una edad en que decíamos que “ se me hace chico el mar para echarme un buche de agua” como dicen en mi pueblo, una edad en que todo sueño es posible y no hay límites para ello, habida cuenta de que al no tener experiencia suficiente en la vida, no para uno mientes en emprender la acción que sea sin pensar ni en las consecuencias y memos en los fracasos.
Posteriormente ya estando estudiando en la licenciatura, y aún lleno de idealismo, ya se asoma el rasgo pragmático del libro y sus enseñanzas son muy enriquecedoras para hacernos volver a una realidad a la que la vida cotidiana nos empuja y nos enfrenta a situaciones y vivencias sobre la realidad de los seres humanos con todas sus virtudes y todas sus bajezas. Posteriormente lo he vuelto a leer en varias ocasiones y lo maravilloso es que cada vez que lo hago, le encuentro facetas, ángulos, ópticas y perspectivas diferentes, como si estuviera en cada ocasión leyendo una obra diferente, por lo cual resulta evidente que acorde con mi evolución como ser humano, con mis vivencias y experiencias múltiples, le voy encontrando esas facetas extraordinarias lo cual coloca a Cervantes como un conocedor profundo de los bípedos implumes, un psicólogo nato del ser humano, por las vivencias que tuvo y que, concomitantemente con nuestra evolución personal, lo vamos descubriendo profundamente. Hay que leer al Quijote. O usted, asiduo lector ¿qué opina?
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