De las madres...

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Por Rodrigo Juárez Ortiz


Uno de los seres mas celebrados, mas queridos y además, intensamente recordados en la mayoría de los países del mundo es, sin duda, la madre.

Y todo comienza con su etimología latina, matrem, que significa mujer o hembra que ha tenido uno o mas hijos, especialmente respecto a éstos.

Es así que naturalmente, de una manera biológica, es la madre a quien corresponde el mantener en el claustro materno el tiempo que dure la gestación del producto creado por el intercurso sexual de una pareja (hombre- mujer), tiempo en el cual se dan una serie impresionante de cambios de todo tipo en su cuerpo, su mente, sus emociones y sentimientos en aras de la excelencia en la obtención óptima del producto, del fruto de su amor, en el mejor de los casos.

De esta guisa, se entiende, se comprende, se explica e, incluso se justifica, la adhesión sentimental y de todo tipo de una madre hacia su hijo. Así, tanto en el ser humano como en los mamíferos superiores se dan casos extremos de sacrificios sin par, aun a costa de la propia vida, de una madre por su(s) hijo(s) o su(s) cachorro(s),en su caso.

De ahí lo universal que resulta el que celebremos a nuestras madres y les demos el reconocimiento que se han ganado a pulso por sus sacrificios, su desinterés a la mezquindad, su apasionada entrega en aras de la felicidad y bienestar de su progenie. ¡Enhorabuena!

Sin embargo no todo es miel sobre hojuelas.

Lamentable, muy tristemente, existen miles de mujeres en el mundo que no han manifestado esa entrega total a la maternidad, por lo cual hay quienes sostienen que no debe alabarse una mera condición biológica, totalmente connatural a las hembras del mundo de los mamíferos, a un acto meramente instintivo, lo cual carece de mérito personal.

Así, se cuentan por cientos de miles las mujeres quienes suspenden su embarazo para no traer al mundo hijos no deseados, los cuales solo vendrían a sufrir y padecer la inequidad humana, el abandono de sus padres, la presión social en la lucha por la supervivencia o el futuro incierto de un mundo cada vez mas desquiciado y violento.

Se sabe de casos dramáticos de fetos y bebés, en su caso, abandonados en botes de basura, retretes de baños públicos, calles y caminos, quicios de puertas y toda suerte de sitios a cual mas siniestro, por parte de madres a quienes el instinto de maternidad no se les desarrolló, así como al contrario de padres muy entregados a estos menesteres, los padres adoptivos e inclusive en parejas del mismo sexo.

Nadie desconoce los casos de mujeres verdaderamente irresponsables, carentes del mas mínimo instinto maternal, que explotan a sus hijo(a)s sexual, laboral, y económicamente, para satisfacer su gustos y placeres, así como sus adicciones en su caso, sin dejar de mencionar a aquellas mujeres frívolas, superficiales, vacuas que abandonan o dejan de atender a su progenie en aras de saraos, viajes, y todo aquello relativo al placer y la diversión, sin ocuparse de la formación y estructura de sus hijos y solo viven para el qué dirán, o para sí mismas sin prodigar, en lo mas mínimo el tiempo, la atención y el amor que todo ser humano necesita para su óptimo desarrollo.

Sin embargo, a partir de la malhadada práctica de no considerar a la mujer en el plano de equidad que le corresponde en relación con el varón, y atendiendo a la costumbre, por razón de practicidad, de encargarla de los trabajos domésticos que cuando no se hacen se notan y no al revés, la mayoría de los regalos de que son objeto en su día son electrodomésticos para “ aligerar” su carga de trabajo hogareño, en lugar de viajes, cursos para aprender artes u oficios, lecturas productivas, pertenencia a grupos deportivos, círculos de lectura, etc.

De ahí que si bien por instinto las madres son las deificadoras y protectoras de su progenie, muchas superan esta condición para que volitivamentese entreguen plenamente a la buena maternidad, también las hay irresponsables, siniestras y fatales que solo perjudican a sus hijos con sus omisiones a sus deberes y que no deberían llamarse madres.

Me congratulo (y aun cuando mi madre se nos adelantó en el camino de la vida cuando ella tenía 98 años), por su recuerdo que será inmarcesible y sus bondades, amor y calidez imperecederas en nuestra mente y nuestro corazón.

Ergo, para todas aquellas madres que realmente lo fueron y lo son, mi reconocimiento eterno. O usted, convencido lector, ¿Qué opina?



El contenido plasmado en este blog es producto de la reflexión de su autor, de sus colaboradores y de los pensadores que en él se citan. Cualquier semejanza con la realidad o alguna ficcón literaria, televisiva, psicótica paranoide o de cualquier otra índole es mera coincidencia

Periplos en red busca crear espacios intelectuales donde los universitarios y académicos expresen sus inquietudes en torno a diferentes temas, motivo por el cual, las opiniones e ideas que expresan los autores no reflejan necesariamente las de Periplos en red , porque son responsabilidad de quienes colaboran para el blog escribiendo sus artículos.



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