Del optimismo...

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Por Rodrigo Juárez Ortiz


Si entendemos por optimismo la “actitud de los que afirman la bondad fundamental del mundo, o que el conjunto del bien supera al del mal” estaríamos en lo correcto, sin embargo creemos mas realista el concepto de “ tendencia a tomarse las cosas en su aspecto mas favorable, a confiar en el porvenir” según nos lo indica el diccionario de la lengua española.

Aplicado esto a nuestra realidad cotidiana estamos en la posición de que debemos ser optimistas y dejar de lamentarse ante la avalancha de situaciones extremas que nos han quitado la paz y la tranquilidad en nuestro entorno.

Es cotidiano ya, en el encuentro con las personas, el escuchar comentarios sobre los hechos violentos del día anterior; sobre los asaltos con violencia para el robo de automóviles; el descubrimiento de fosas clandestinas; la aparición de cadáveres degollados y desmembrados; el asesinato de jóvenes trabajadores en diferentes áreas, ya sea en molinos de nixtamal, en sitios de automóviles o en sus rutas, o de operadores de camiones urbanos del servicio público; de asesinados en su domicilio; de víctimas de disparos de armas de fuego de alto poder durante el traslado en sus vehículos; y como si fuera poco, el asesinato de mujeres que ahora se ha visto incrementado; todo ello sin perjuicio de las protestas proletarias exigiendo servicios públicos elementales como el del agua potable, puentes, caminos de acceso a sus lugares en donde habitan; y sin perjuicio de aquellos que siguen clamando ayuda por sus pérdidas totales en ocasión de los meteoros “ Ïngrid” y “ Manuel” que hasta la fecha no ha sido satisfecha, a pesar de las declaraciones en contra; así como las múltiples manifestaciones pidiendo solución a problemas propios de ciudades cuyo crecimiento fue anárquico, como el caso muy obvio de nuestro puerto que se llenó de “ paracaidistas”, invasores de terrenos que encabezados por“líderes” corruptos se asentaron en donde quisieron y pudieron, y también en terrenos no urbanizados, tampoco registrados en el Catastro municipal y, obviamente sin el pago correspondiente de sus contribuciones e impuestos. Y sigue la mata dando.

No podemos soslayarnos ante verdad tan inconcusa, tan obvia, evidente y apodíctica, solo que en vez de lamentarnos, de padecer el martirologio de la pena y el padecimiento de tantos, lo que consideramos adecuado para estos momentos es echar abajo el pesimismo, actuar en consecuencia y que cada quien en la esfera de sus actividades haga lo propio tanto en el actuar con positividad y honradez, como con un gran sentido de solidaridad social.

Así y solo así, podremos remontar esta montaña de dificultades, unidos todos en un solo propósito: el de luchar por reivindicar a nuestra ciudad y puerto. Y eso lo podremos lograr cuando cada quien haga lo que le corresponda en lo personal, en lo social y en lo legal. Evitando la lacra de la corrupción no haciéndonos cómplices de los corruptos, ya sean gobernantes o gobernados; no siendo apáticos dejando de hacer lo que corresponde al aquí y al ahora, para “mañana”; promoviendo, y esto es fundamental, el respeto irrestricto a la ley, para lo cual debemos exigir que ésta se acate, tanto por parte de quienes tienen el deber de actuar conforme a dichas normas, pues así lo prometieron cuando protestaron desempeñar su cargo con apego a la Constitución y a las leyes emanadas de ella, como por parte del resto de los mortales, de los ciudadanos de a pie.

Es cierto que son muchos y muy variados los problemas que actualmente padecemos en el mundo; problemas laborales, de seguridad, de oportunidades, de dinero, de cultura, de educación, de capacitación para el desempeño de labores no solo productivas sino también constructivas, pero aunado a ello también nos aqueja como gravísimo problema : la falta de la consecución de los valores, axiológicamente considerados que ya no se dan en el seno familiar y no se difunden en el medio social, y menos en el escolar que es en donde debe acentuarse su difusión, habida cuenta de la deificación que se ha hecho sobre el vellocino de oro, sobre el materialismo execrable de la lucha por el dinero, creyendo que con tenerlo se compra todo. Craso error. Si es cierto que el dinero ayuda, pero no lo es todo en la vida y curiosamente las cosas más valiosas de la existencia son gratis. No cuestan nada, pero la gente superficial las desdeña, porque ya están inmersos en el materialismo salvaje, y a eso hay quienes lo unen al poder, al poder político, con lo cual ya se sienten realizados y por su falta de estructura personal, es cuando al solo subirse a la altura de un ladrillo se marean, se sienten estadistas y creen que van a salvar al mundo. Lo importante es lo que hagamos cada uno de nosotros, con optimismo, en beneficio de los demás. O usted, optimista lector, ¿qué opina?



El contenido plasmado en este blog es producto de la reflexión de su autor, de sus colaboradores y de los pensadores que en él se citan. Cualquier semejanza con la realidad o alguna ficcón literaria, televisiva, psicótica paranoide o de cualquier otra índole es mera coincidencia

Periplos en red busca crear espacios intelectuales donde los universitarios y académicos expresen sus inquietudes en torno a diferentes temas, motivo por el cual, las opiniones e ideas que expresan los autores no reflejan necesariamente las de Periplos en red , porque son responsabilidad de quienes colaboran para el blog escribiendo sus artículos.



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