Del poder del Derecho...

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Por Rodrigo Juárez Ortiz


Si bien es cierto se nos ha dicho, ad nauseam, que vivimos en un Estado de Derecho, son contadas las personas que saben, bien a bien, lo que esto significa, habida cuenta de que “es imposible sostener que Estado y Derecho sean cosas diferentes y que aquél, como realidad natural, sea el supuesto y garantía del Derecho como deber  (autocracia política) ; y tampoco, que el Derecho sea   el supuesto del Estado, en el sentido de que éste solo es tal cuando tiene un contenido específico  (democracia política o Estado de Derecho en sentido técnico); porque para el conocimiento normativo todo Estado es Estado de derecho en sentido teorético” nos dice el Maestro Vallado Berrón.


De ahí que aceptar el absurdo de concebir al Estado como una realidad natural, y que sea el supuesto o garantía del Derecho como deber, implicaría entender al Estado de Derecho como una vacua tautología semántica, toda vez que cabría preguntarse si es que hay un Estado que no sea de Derecho


Aunado a lo anterior, también se nos inculca la idea de que vivimos en una democracia, instituida por nuestra propia Constitución Política, y además participativa, etc., y siendo conscientes de ello, y también consecuentes (lamentablemente no todos) con dichos principios es que realizamos nuestros actos cotidianos en nuestro entorno habitual.


En suma vivimos en un lugar democrático en donde se respeta y acata el Derecho, se respeta y se impone la Ley, vamos, vivimos en el entorno del imperio de la Ley.


Pero resulta que la realidad, la triste realidad, nos refleja una cara muy distinta a la descrita, lo cual nos recuerda que existen situaciones de hecho y situaciones de Derecho.


En efecto, en los últimos tiempos hemos estado viviendo, en el todo el planeta, situaciones de violencia, de descontento social, de pobreza, de hambre, de guerras, y un sinnúmero de situaciones a cualmas, tristes, graves, intimidantes y desoladoras. Y nuestro entorno local no está exento de ello.


Atento a lo anterior, los medios nos dan cuenta de estos casos, en nuestros lares,  pero pocas veces se informa de los resultados efectivos, positivos de las acciones gubernamentales, al respecto.


De ahí que muchos se preguntan por qué, si vivimos en un Estado de Derecho, se siguen cometiendo atrocidades de toda índole ( como el caso insólito del ataque a balazos a la agencia de la Policía Investigadora Ministerial de la Garita, caso grave de falta de respeto a la autoridad y a la Ley)y no solo no se castiga a los culpables, sino que tampoco se les atrapa, menos se les sujeta a juicio y tampoco se les condena (en la mayoría de los casos), a pesar de todas las fuerzas y recursos disponibles para esos efectos. Y no se está hablando de venganza social, solo del cumplimiento de la Ley.


Es el caso que nos relatan los medios que en la caseta de La Venta, en días pasados, miembros de la CETEG, la sitiaron pero aun estando la policía federal presente, bajaron de los autobuses a los  pasajeros, y se llevaron a aquellas unidades. Increíble. También se informa que arribaron a Chilpancingo, en anterior ocasión, a bordo de autobuses “secuestrados” Y por 5 horas sitiaron la Autopista, ante la presencia, solo de observadores de mas de 200 policías federales y un centenar de estatales.


A pesar de todos los actos delictivos de estos manifestantes, el gobierno sigue privilegiando el diálogo, pero también se informa que no se ha despedido a aquellos maestros que dejaron de asistir a sus labores por mas de cuatro ocasiones en un mes, y también que ya se les pagó su salario que no devengaron, con la salvedad de quienes sí justificaron su ausencia y la autoridad educativa manifiesta que ello se debe a un acuerdo con  Gobernación, lo cual es mas que grave pues ello implicaría que la aplicación de la Leysería  negociable, por eso en la Cámara de Diputados se está llamando a cuentas a los secretarios de Gobernación y de Educación por la liberación de los líderes de la CNTE, acusados de diferentes delitos en Oaxaca.


En fin son múltiples los casos, evidenciados ante la opinión pública, en que no se aplica la Ley como ésta ordena, dándole “ solución política” a cuestiones de carácter jurídico. Y si la norma no abarca el asunto en su magnitud, se puede reformar, adaptándola a las necesidades colectivas, pero sin dejar de cumplirla. O usted, responsable lector, ¿qué opina?



El contenido plasmado en este blog es producto de la reflexión de su autor, de sus colaboradores y de los pensadores que en él se citan. Cualquier semejanza con la realidad o alguna ficcón literaria, televisiva, psicótica paranoide o de cualquier otra índole es mera coincidencia

Periplos en red busca crear espacios intelectuales donde los universitarios y académicos expresen sus inquietudes en torno a diferentes temas, motivo por el cual, las opiniones e ideas que expresan los autores no reflejan necesariamente las de Periplos en red , porque son responsabilidad de quienes colaboran para el blog escribiendo sus artículos.



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