Historia breve sobre las formas adoptadas por nuestro ícono identificatorio
El logo con el que pretendemos identificar de manera asociativa a nuestro blog acompañó a éste mucho tiempo después de que lo creáramos y su integración, como elemento acompañante del resto del diseño con que presentamos nuestros contenidos, podríamos caracterizarlo, por su accidentalidad, como un continuo vaivén.
De hecho, al principio no se tenía la intención de que un logo figurara como parte permanente e integral del blog, particularmente, cuando el primer modelo consistía tan sólo en la unión de tres imágenes prediseñadas, con las cuales se intentaba representar simbólicamente, lo que a nuestro juicio debía significar leer y expresarse de manera escrita ante el mundo, es decir, viajar mentalmente (por eso el globo y el individuo que viaja en él) a un mundo más allá de la experiencia cotidiana (de ahí la razón del dragón que, como ser mitológico, es producto de la imaginación del hombre) a través de la lectura y el escribir (los libros como base de este proceso). Este primer modelo, aunque nunca fue puesto en línea en el blog, sentó un precedente en la inevitable búsqueda por encontrar una imagen que pudiera darnos una identidad.

Esta imagen, que adolece de cualquier modificación salvo la unión de las tres imágenes prediseñadas que la conforman, fue utilizada mucho antes de presentarla en el blog como parte del diseño de los folletos que se hacían circular en la universidad con la que el blog está relacionado para la difusión de sus contenidos en línea con el propósito de distinguirla de otras publicaciones similares; luego (y por obvias razones), se pensó que una imagen emblemática era mucho más importante en Internet.
Tiempo después este mismo modelo fue puesto por primera vez en línea, pero no como logo del blog sino como imagen de fondo del mismo; para ello, se alteraron algunas propiedades de la imagen: se presentó en blanco y negro y su tamaño se redujo de tal modo que ésta apareciera, una debajo de la otra de manera sucesiva, hasta formar columnas laterales al espacio (content) donde se hacía (y, afortunadamente, se sigue haciendo) la publicación de los artículos del blog. Este diseño, aún carente de la presentación formal de un logo que identificara al blog, también fue efímero.

Si hablamos de un blog en Internet y no de una publicación impresa, ¿Por qué se siguió manteniendo en esta imagen, ya puesta en la red, la imagen de los libros? La razón, que en ese momento se tuvo como justificación, fue la siguiente: todavía existen muchas personas que piensan que el Internet no puede tomarse en serio para considerarlo como una fuente de información confiable. Es muy probable que esas personas tengan razón, pero el Internet, metafóricamente hablando, es como muchas cosas hechas por el hombre: depende de nosotros que éste sea confiable, trascendente y serio o que sea lo contrario (aún suponiendo que puedan concebirse los contenidos de Internet, sobretodo los publicados a través de los blogs, de manera tan simplista). Si los libros se erigían como modelos a alcanzar es porque considerábamos que nuestros contenidos podían aspirar a ser merecedores de la misma confianza que los contenidos publicados por las grandes editoriales para su lectura y análisis. Actualmente, con menos ingenuidad espero, pensamos simplemente que las cosas son mucho más complejas de lo que creíamos y que la consideración del lector para con lo que lee puede responder, en cada caso (y especialmente tratándose de Internet), a un vasto conjunto de aristas.
Los tres modelos que siguieron a continuación podrían ser concebidos como una escalada desde la primera imagen que fue creada con fines emblemáticos para los suplementos impresos con los que se difundía localmente el blog hasta una imagen bastante parecida a la que presentamos actualmente en éste. Lo interesante de estas imágenes, aparte de acercarnos cada vez más a lo que sería nuestro logo, son los aspectos técnicos que colateralmente tuvimos que implementar con el propósito de personalizar una imagen que, por tener asignada la función de identificarnos ante los demás, debía de distinguirse de otras imágenes prediseñadas por algo más que la pura agrupación estratégica de unos cuantos elementos. Tales alteraciones fueron posibles gracias a los muchos recursos que actualmente se encuentran disponibles en la red, la mayoría de ellos, de manera gratuita para cualquier usuario.



Un adelanto significativo que tuvo lugar durante la evolución gráfica anteriormente descrita fue la ubicación del logo, ya no como imagen de fondo del blog (y en segundo plano con relación al resto del contenido), sino como una parte única de éste, visible como primer elemento de la sidebar, antes incluso de un elemento tan importante para la consulta de los artículos como son las etiquetas (categorías en nuestro caso).
Como resultará evidente, la última imagen presentada anteriormente es muy similar a la imagen que actualmente presentamos como nuestro logo:

La diferencia puede parecer minúscula para el experto en diseño de imágenes por computadora (quizá no tanto para el neófito en ello), pero más allá del trabajo técnico implicado en la última imagen (trabajo directo con cada uno de los fotogramas que componen los gifs involucrados haciendo uso del programa Macromedia Fireworks 8), lo que marca una diferencia definitiva entre esta imagen y sus predecesoras es que en la última versión iconográfica se conjuntan los elementos necesarios y suficientes para simbolizar, de manera cabal, lo que queremos decir con nuestro logo, que a fin de cuentas es de lo que se trata (¿O no?).
Significado implicado en la simbología de nuestro logo
Hay dos maneras de ver nuestro logo: una analítica y una global. Si lo revisamos en este orden, probablemente resultará más fácil comprender el significado que en la actualidad deseamos simbolizar con él; para ello, debemos señalar primero dos aspectos de suma importancia: uno, tal y como lo mencionamos desde un principio, la accidentalidad ha sido una constante para el proceso de integración del logo con el blog, lo cual, nos obliga a decir que su “versión final”, hasta ahora, ha sido el resultado de la feliz conjunción de varios elementos que se consideraron apropiados para conformarlo; y dos, que los intentos que haremos, en éste y el siguiente apartado de este post, por esclarecer la simbología del actual logo y por asignarle un significado integral como un todo deberán ser considerados provisionales en dos sentidos: 1) Porque, probablemente, no sea ésta la versión definitiva del logo, y 2) Porque, al no ser expertos en la interpretación de símbolos o en heráldica, nuestra interpretación y asignación de significados no puede ser leída como un producto acabado o exento de aspectos que, posteriormente, deberán ser corregidos.
Hechas estas aclaraciones, procedamos a revisar qué significan cada uno de los símbolos implicados en el actual logo.
Como es posible apreciar en la parte superior derecha del blog, éste se conforma de 5 elementos básicos: un dragón, una corona de laureles, un reflejo con efecto agua de los elementos anteriores, tres fuegos y tres colores (rojo oscuro, dorado y azul claro); tales elementos, se combinan del siguiente modo:
I. Un dragón rojo
II. Una corona de laureles dorada
III. Un reflejo con efecto agua de los elementos anteriores
IV. Tres fuegos
V. Un fondo azul claro
Veamos a continuación qué significan cada uno de los elementos así combinados:

Rojo: Color del fuego y de la sangre. Se asocia con el peligro, la guerra, la energía, la fortaleza, la determinación, así como con la pasión, el deseo y el amor. A nivel emocional, resulta un color intenso: mejora el metabolismo humano, aumenta el ritmo respiratorio y eleva la presión sanguínea. En heráldica simboliza el valor y el coraje. Es muy utilizado en las banderas de muchos países. El rojo oscuro, en particular, evoca energía, vigor, fuerza de voluntad, valor y cólera.

Laureles (Corona de): símbolo heráldico de victoria y triunfo. Evidencia la gloria militar. / Bravura y coraje. / Hace referencia a la inmortalidad. Los romanos vieron en este símbolo el emblema de la gloria, tanto de los ejércitos como del espíritu. Se tenía además por protector contra el rayo. / Arbusto consagrado a Apolo. Simboliza la inmortalidad adquirida por la victoria. Por eso su follaje sirve para coronar a los héroes, a los genios y a los sabios. / Los laureles suelen ser verdes, pero nosotros preferimos que fueran de color dorado ya que éste, en la heráldica, representa la nobleza, el esplendor, la prosperidad, la magnanimidad, la constancia, la riqueza, el poder y la luz.
Color dorado: En el New Age, el color dorado (en el aura) identifica a los individuos que aspiran a metas más elevadas. Estos, acompañan sus deseos y objetivos, con alguna causa que consideran justa. / Según el misticismo, el color dorado (en el aura también) rodea a las personas que han hecho cosas maravillosas por la humanidad. Se le identifica como el color más próximo a lo celestial, a lo divino, a lo perfecto.

Un reflejo con efecto agua de los elementos anteriores: La presencia de tales elementos responde más a un propósito estético que a la búsqueda por enriquecer simbólicamente nuestro logo. De todos los elementos que conforman a éste, el reflejo del dragón rojo y de la corona de laureles dorada, así como el efecto agua de dicho reflejo, son los que podrían considerarse como los más vinculados a los recursos que están disponibles en Internet para embellecer las imágenes que cualquier bloguer puede usar para poner en su blog, así como también, los más cercanos a la tendencia gráfica con que se están presentando, actualmente, la mayoría de los proyectos de la Web social 2.0 / Sin embargo, buscándole algún significado a estos elementos, en apariencia accesorios y ad hoc a la moda icónica tan sólo, no resulta desdeñable ofrecer, tentativamente, la siguiente explicación: cualquier escrito que hagamos acerca de la realidad, independientemente de la naturaleza más o menos sofisticada que tenga éste, siempre será un reflejo de esa realidad, es decir, esta última siempre será más compleja que cualquier escrito que pueda hacerse de ella; más aún, debido a que el sujeto que escribe, por más objetivo que pretenda ser, nunca deja ser un sujeto, siempre plasmará en su escrito algo de sí mismo, lo cual reflejará en todo momento, alguna clase de elección, ya sea del método que usa, del aspecto de la realidad que examina, del tipo de análisis que hace o de las herramientas teóricas, metodológicas y conceptuales que utiliza. En suma, la menor complejidad de lo que escribimos sobre la realidad queda representado en el reflejo del dragón rojo y de la corona de laureles dorada, y la elección, en cuanto sujetos que escribimos, queda representada en el efecto agua de dicho reflejo.


- Escribir (independientemente de cómo se publique) es un modo de inmortalizar nuestras palabras, que de otra manera, pasarían al olvido. Lograr eso significa, en sí mismo, una gran victoria ya.