De los "ejemplos"...

Por el Mtro. Rodrigo Juárez Ortiz


Sabemos que ejemplo es el caso o hecho digno de ser imitado y también acción o conducta de alguien que puede mover o inclinar a otros a que la imiten.

Desde luego que esto podría adjudicarse tanto a conductas positivas, como a conductas negativas, según la escala axiológica de la sociedad y el tiempo o época de que trate.

En la especie y merced a la velocidad con que circulan en la actualidad informes del pensar, sentir y querer de las sociedades, nos vemos cada vez mas involucrados en los usos y costumbres de personas, pueblos y países enteros, de tal suerte que está en chino antiguo desprenderse o mantenerse alejado de tal o cual influencia, so pena de vivir en el aislamiento total y, por ende, en el “atraso total”, en la barbarie.

México, asimismo, es un país de migrantes: emigrantes (básicamente en los últimos tiempos), inmigrantes y transmigrantes, según se trate de quienes salen, llegan o solo transitan por el país, respectivamente.

Es el caso que nuestros paisanos, sobre todo del medio rural, aun cuando las clases medias urbanas y eso incluye cantidad considerable de egresados de escuelas profesionales, emigran a donde tienen posibilidad de trabajo y, como consecuencia de la publicidad que los mismos paisanos emigrantes propalan, el destino natural son loa E.U.A.

Ya sea que los envíos en dólares para sus familias se utilicen para subsistir o para construir casas habitación con ventanas de aluminio dorado y cristales polarizados (con lo cual sienten que ya se realizaron), así como balaustrada provenzal, o ya sea que los traigan en efectivo en rollos considerables, el caso es que el ejemplo es suficiente para atraer a los paisanos a que vivan “el sueño americano”, pero bien se guardan de platicar el ser víctimas de las corretizas de la “migra” gringa, de la discriminación y vejaciones de que son objeto; del racismo , de la brutalidad policíaca, de la “cacería” de los xenófobos que pululan como moscas, de los encarcelamientos en lugares donde comparten con delincuentes convictos, a pesar de que las autoridades reconocen que no todos son delincuentes; de la separación de las familias al deportar (eufemísticamente llamada repatriación), a los padres y dejar a los hijos que ya son “americanos”, por nacimiento, a la buena de Dios, sin nadie que se encargue de ellos; de carecer de servicios de salud, a pesar de que les descuentan los impuestos en cada pago miserable (en comparación con el salario de los gringos por el mismo trabajo, si lo hacen) que les hacen; en impedirles a sus hijos el acceso a las escuelas por temor a ser descubiertos; lo que los orilla a vivir en la clandestinidad, en lugares miserables y juntarse en los llamados barrios, en donde la gran mayoría se dedica a delinquir como miembros de las  “gangas” (traducción que hacen de los gangs gringos) o pandillas callejeras. De ahí nacen los Marasalvatruchas, los Cholos y caterva por el estilo.

Pero todavía mas grave es que cuando regresan a nuestro país, traen los usos y costumbres ajenas, como en Tierra Caliente, al buscar sitios de comida de la región, me encontré con que proliferaban expendios de hot-dogs, pizzas, hamburguesas  y demás yerbas, pues los paisanos las consumen en cantidades industriales; traen el VIH y contagian a sus mujeres y ellas al “Sancho” y se sigue la cadenita, también la drogadicción y la violencia concomitante.

Ahora resulta que en la Costa Chica de Guerrero, en Cuajinicuilapa,  se enfrentan miembros de los Marasalvatruchas, con Cholos, o sus émulos, llegados de allá, todo en un seguimiento a sus actividades foráneas, a sus membresías gansteriles y predicando con el “ejemplo” no tardan en hacer cundir su violencia en una zona de trabajo y prosperidad, pero sí no tan pacífica aun cuando la violencia se ha dado por rencillas familiares de antaño.

Debemos abundar en medidas preventivas del delito, pero esto se da cuando hay inversión (pública o privada), en actividades productivas, que genera empleos y, consecuentemente, circulación de riqueza.

México se ha convertido en una fábrica de pobres y especialmente en estos últimos ocho años de “gobierno” panista, por su falta de capacidad y de experiencia y su corrupción manifiesta.

 Paremos ya esto. No sigamos prohijando estos malos ejemplos para nuestra juventud Ya basta de permitir el cinismo y el descaro de la delincuencia. El futuro nos lo cargará en la cuenta final. O usted, consternado lector, ¿qué opina?