Presentado por el Psic. Fernando Reyes Baños
Tratándose de educación sexual para niños, algunas imágenes lo muestran casi todo… afirmo que “casi todo”, porque lo que muestran sólo es la descripción gráfica de una serie de sucesos relacionados con una vivencia bastante cotidiana en nuestra sociedad; la explicación empero, que clarifique la relación y la esencia de cada uno de esos sucesos es una cosa bien distinta e, indudablemente, el modo cómo expliquemos la sexualidad humana a un niño de nuestra época mediática, iconoclasta, tendente a una tecnología in crescendo, de incertidumbre, enajenada, multidireccional, globalizada, mercantilista, etc. marcará la diferencia entre el uso instructivo o no instructivo que se haga de tales imágenes.
Mucho depende entonces de cómo expliquemos los adultos ciertas cosas a los niños y, definitivamente, mucho depende también de las ideas que nosotros mismos tengamos acerca de temas tan importantes como éste y cómo los vivamos cotidianamente. La claridad, la sensibilidad, el llamar a cada cosa por su nombre (sin prejuicios o morbo), el ejercer nuestra libertad con consciencia, responsabilidad y respeto, son cuestiones que quizá nos falte aprender todavía como pueblo y, quien piense lo contrario, que opine y nos comente cuáles han sido los esfuerzos que a hecho al respecto, aclaro: no me refiero a lo mucho o poco que nuestras instituciones han logrado hasta ahora para formar a los niños en temas relacionados con la sexualidad humana, sino a lo que cada uno de nosotros a hecho para informarse, concienciarse, desperjuiciarse y crecer en tales menesteres, porque sólo después de esto podríamos hablar, con mayor seguridad, sobre lo que significa enseñar el A, B, C de la reproducción humana y por qué, en algunos lugares del mundo, la cigüeña prefirió suicidarse ante las descripciones y explicaciones que tuvieron como objetivo desmitificar su historia.
Todo este preámbulo fue un pretexto solamente para mostrarles, estimados lectores, una serie de ilustraciones que, según las cuantiosas fuentes que podrán hallar en Internet, provienen de un libro alemán cuyo propósito es informar a los niños de ese país acerca de temas de sexualidad (mi única innovación a efecto de personalizar su presentación en el blog fue subirlas en diapositivas de PowerPoint). Como siempre, su opinión es lo más importante.
Mucho depende entonces de cómo expliquemos los adultos ciertas cosas a los niños y, definitivamente, mucho depende también de las ideas que nosotros mismos tengamos acerca de temas tan importantes como éste y cómo los vivamos cotidianamente. La claridad, la sensibilidad, el llamar a cada cosa por su nombre (sin prejuicios o morbo), el ejercer nuestra libertad con consciencia, responsabilidad y respeto, son cuestiones que quizá nos falte aprender todavía como pueblo y, quien piense lo contrario, que opine y nos comente cuáles han sido los esfuerzos que a hecho al respecto, aclaro: no me refiero a lo mucho o poco que nuestras instituciones han logrado hasta ahora para formar a los niños en temas relacionados con la sexualidad humana, sino a lo que cada uno de nosotros a hecho para informarse, concienciarse, desperjuiciarse y crecer en tales menesteres, porque sólo después de esto podríamos hablar, con mayor seguridad, sobre lo que significa enseñar el A, B, C de la reproducción humana y por qué, en algunos lugares del mundo, la cigüeña prefirió suicidarse ante las descripciones y explicaciones que tuvieron como objetivo desmitificar su historia.
Todo este preámbulo fue un pretexto solamente para mostrarles, estimados lectores, una serie de ilustraciones que, según las cuantiosas fuentes que podrán hallar en Internet, provienen de un libro alemán cuyo propósito es informar a los niños de ese país acerca de temas de sexualidad (mi única innovación a efecto de personalizar su presentación en el blog fue subirlas en diapositivas de PowerPoint). Como siempre, su opinión es lo más importante.
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