De la intransigencia...

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Por el Mtro. Rodrigo Juárez Ortiz


Resulta difícil entender, comprender, explicar o, en su caso, justificar las actitudes de intransigencia, de intolerancia de algunas personas, en las cuales sobresale, las más de las veces, el interés mezquino, egoísta o utilitarista en lugar de los intereses colectivos, o de mayor trascendencia positiva hacia la comunidad, en nuestro entorno social.

Es bien sabido lo relevante de la participación, obviamente responsable, de los comunicadores en cualquier medio ya sea en TV, radio, periódicos, revistas, libros, documentales, etc., así como la influencia que en un momento dado ejercen sobre los recipiendarios de la información que transmiten, convirtiéndose, de alguna manera en creadores u orientadores de la opinión pública.

Al respecto existen, como en toda actividad humana, mercachifles, corruptos, convenencieros, comerciantes de sus productos informativos para halagar o perjudicar, según sea el caso, tendenciosos, morbosos, amarillistas, sensacionalistas perversos, , así como en el reverso de la medalla tenemos comunicadores responsables, capaces, objetivos, verdaderos informadores, que sin ases bajo la manga, se encargan de informar o de opinar, en su caso, sin cargar los dados, pero siempre en la tónica de darle a sus comunicados, la información objetiva y veraz sobre cualquier tema o tópico de que se trate.

En adenda a lo anterior tenemos en el Capítulo I De las garantías individuales de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que en su Art. 6º.nos habla de que: “La manifestación de las ideas no será objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa, sino en el caso de que ataque a la moral, los derechos de tercero, provoque algún delito o perturbe el orden público…”sin perjuicio del contenido del Art. 7º que nos habla de la inviolabilidad de escribir y publicar escritos sobre cualquier materia, sin censura de ninguna especie sin mas límites que el respeto a la vida privada, a la moral y a la paz pública.

Arduo ha sido el camino para deslindar estos conceptos e incluso se ha llegado al abuso del ejercicio de estos derechos a tal grado que se ha tocado el extremo de que a pesar de los excesos de algunos comunicadores se sigue defendiendo el principio del escritor y filósofo Francois (mi ordenador no tiene cedilla) Marie Arouet, llamado Voltaire, quien decía, palabras mas o palabras menos que no estaré de acuerdo con lo que dices, pero daría mi vida por defender tu derecho a decirlo.
Es el caso que se ha sabido del despido de la periodista Carmen Aristegui (quien sí le hace honor a su profesión), de Multivisión, empresa de radio y TV de la familia Vargas, dicen las notas, y como en estos casos, la información es escasa pero el domingo por twiter dijeron que sí había salido de la empresa pero omitiendo el porqué.

En principio se especuló por cuanto a que la conductora había violado el Código de Ética de la empresa pero ante la dificultad para consultarlo, después ganó credibilidad la idea de que su despido se debió a haber formulado preguntas acerca de la salud y costumbres del presidente de la República que resultaron incómodas para Los Pinos y, consecuentemente, para los dueños de la empresa, quienes tienen varios litigios con la Comisión Federal de Comunicaciones por segmentos del espacio radioeléctrico que los dueños no usan desde mediados de los años noventa y toda vez que la COFETEL no se caracteriza por la transparencia de sus operaciones, tal vez fue el tema de las posibles concesiones de TV al Grupo Carso, que interesarían a MVS o por sus litigios por el espectro que MVS no usa actualmente.

Al margen de ello, si fuera el caso, ya sabemos que resulta una línea muy sutil separar la vida privada de las personas que tienen una vida pública, ya sea actrices o actores, cantantes, deportistas, o artistas como pintores, escultores, músicos, poetas, escritores, etc., incluso políticos y en tratándose de aquellos que tienen un cargo de elección popular, no pueden escapar a la exigencia de hacer públicas sus acciones personales en donde se involucren aspectos de la cosa pública que manejan, pues también existe el derecho a la información y al respecto, con la salvaguarda de la fracción II del propio Art, 6º. Constitucional.

Cualesquiera que haya sido la causa del despido de la periodista Carmen Aristegui (ésta sí verdadera profesional del ramo), resulta una pena y una pérdida, esperamos momentánea, para quienes la seguimos, para conocer el lado real de la noticia evidenciado con responsabilidad, capacidad, inteligencia, sin amarillismos o morbosidad, apegándose a la mayor objetividad posible.
Curiosamente, quien comenta el caso, nos hace la reflexión de que muy poco antes del despido de Aristegui, fue detenida (se dice arbitrariamente) la escritora Olga Wornat en el Aeropuerto de la capital de la República por la PFP.

Ello nos obliga a pensar sobre las coincidencias o no de tratar de acallar a quienes se manifiestan con profesionalismo o, en su caso, con la publicación de asuntos que conciernen a la vida de los hombres públicos,

Se podría pensar que estamos en una etapa de autoritarismo o de intolerancia, lo cual nos alejaría de una auténtica manifestación de la tan propalada democracia ¿o será tal vez una democracia a la mexicana? O usted, expectante lector, ¿qué pina?



El contenido plasmado en este blog es producto de la reflexión de su autor, de sus colaboradores y de los pensadores que en él se citan. Cualquier semejanza con la realidad o alguna ficcón literaria, televisiva, psicótica paranoide o de cualquier otra índole es mera coincidencia

Periplos en red busca crear espacios intelectuales donde los universitarios y académicos expresen sus inquietudes en torno a diferentes temas, motivo por el cual, las opiniones e ideas que expresan los autores no reflejan necesariamente las de Periplos en red , porque son responsabilidad de quienes colaboran para el blog escribiendo sus artículos.



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