Por Rodrigo Juárez Ortiz
Una vez mas, los gringos se siguen pasando por la entrepierna los compromisos que adquieren como país en el concierto de las naciones.
Ellos quienes se autodenominan los “paladines de la libertad”, los defensores (a ultranza) de los derechos humanos, los que se han erigido, motu proprio, como los policías del planeta, siguen sin respetar su “palabra” asentada en tratados internacionales, y solo a conveniencia lo hacen, cuando así favorece a sus intereses y en esos casos, ni tardos ni perezosos invaden o boicotean al país que se resiste a sus ambiciones sin límite.
Es penoso tener que recordar que en el estado de Texas (antes territorio de nuestro país y “agandallado” por los colonos gringos a quienes se les dio permiso para asentarse ahí y luego se anexaron a E,U.A. después de una guerra en contra nuestra, se están llevando al cabo ejecuciones de mexicanos (aplicándoles la salvaje y primitiva pena de muerte) sin darles la oportunidad del debido proceso, derecho fundamental en cualquier país civilizado del mundo.
Recordemos solamente que Texas es el segundo estado de EUA con mayor número de mexicanos y de ascendencia mexicana que alcanzan los 8 millones 400 mil personas y que México es el primer socio comercial de ese estado, dígalo si no que en 2013 sus exportaciones a México superaron los 100 mil millones de dólares y nuestro país fue el primer abastecedor de Texas con ventas de casi 95 mil millones y que mas de 200 empresas locales tienen operaciones en nuestro territorio y mas de 50 empresas mexicanas ( expresado conservadoramente) operan en ese estado,
Pues bien resulta que de los 51 mexicanos condenados a muerte en ese estado, ya han ejecutado a tres, a saber: José Ernesto Medellín Rojas ( 2008), Humberto Leal García (2011) y Edgar Tamayo Arias ( 2014) a pesar de que fue ganado un juicio de parte de México en la Corte Internacional de Justicia, con el llamado Caso Avena , el cual se falló en la sede de la Corte Internacional de Justicia en la Haya, Holanda, el 31 de Diciembre de 2004 y que obliga a los EUA, a cumplir con el apartado 2 del artículo 94 de la Carta de las Naciones Unidas que otorga el derecho a notificación y asistencia consular el cual no fue respetado , contraviniendo con ello el debido proceso internacional, toda vez que a todos estos condenados a muerte no se les permitió acceder a ser comunicados con su cónsul mexicano, vamos ni siquiera a su “llamada telefónica”, conculcando, con ello, sus mas elementales derechos humanos. Con ello no se está abonando a la culpabilidad o inocencia de estas personas, lo cual no está en discusión, sino a la privación de sus derechos fundamentales por parte de unos gringos que no respetan sus compromisos internacionales consignados en tratados de este nivel, solo por ser los bravucones e impunes del barrio.
Es el caso que sigue la mata dando, toda vez que está anunciada otra ejecución para el próximo 9 de los corrientes y es para Ramiro Hernández Llanes.
Recordemoa que la CIJ impuso a los EUA, la obligación de proporcionar, a través de sus medios de su propia elección, la revisión y reconsideración de los veredictos de culpabilidad y de las sentencias de los mexicanos contenidas en el fallo. Pero sigue sin cumplirlo ya que en Julio de 2008 no acataron lo sentenciado por la CIJ de adoptar “ todas las medidas necesarias” para asegurar que todos los mexicanos condenados a muerte en territorio estadounidense no fueran ejecutados hasta que sus casos fueran revisados y reconsiderados.
Sin embargo a 10 años de la sentencia de la CIJ ésta sigue sin cumplirse.
Dígaseme ahora si estas sentencias no tienen una inmensa carga de xenofobia, racismo y chauvinismo de parte de los gringos hacia los mexicanos. Y todavía quieren irse para allá. Me doy. O usted, crítico lector, ¿qué opina?
Una vez mas, los gringos se siguen pasando por la entrepierna los compromisos que adquieren como país en el concierto de las naciones.
Ellos quienes se autodenominan los “paladines de la libertad”, los defensores (a ultranza) de los derechos humanos, los que se han erigido, motu proprio, como los policías del planeta, siguen sin respetar su “palabra” asentada en tratados internacionales, y solo a conveniencia lo hacen, cuando así favorece a sus intereses y en esos casos, ni tardos ni perezosos invaden o boicotean al país que se resiste a sus ambiciones sin límite.
Es penoso tener que recordar que en el estado de Texas (antes territorio de nuestro país y “agandallado” por los colonos gringos a quienes se les dio permiso para asentarse ahí y luego se anexaron a E,U.A. después de una guerra en contra nuestra, se están llevando al cabo ejecuciones de mexicanos (aplicándoles la salvaje y primitiva pena de muerte) sin darles la oportunidad del debido proceso, derecho fundamental en cualquier país civilizado del mundo.
Recordemos solamente que Texas es el segundo estado de EUA con mayor número de mexicanos y de ascendencia mexicana que alcanzan los 8 millones 400 mil personas y que México es el primer socio comercial de ese estado, dígalo si no que en 2013 sus exportaciones a México superaron los 100 mil millones de dólares y nuestro país fue el primer abastecedor de Texas con ventas de casi 95 mil millones y que mas de 200 empresas locales tienen operaciones en nuestro territorio y mas de 50 empresas mexicanas ( expresado conservadoramente) operan en ese estado,
Pues bien resulta que de los 51 mexicanos condenados a muerte en ese estado, ya han ejecutado a tres, a saber: José Ernesto Medellín Rojas ( 2008), Humberto Leal García (2011) y Edgar Tamayo Arias ( 2014) a pesar de que fue ganado un juicio de parte de México en la Corte Internacional de Justicia, con el llamado Caso Avena , el cual se falló en la sede de la Corte Internacional de Justicia en la Haya, Holanda, el 31 de Diciembre de 2004 y que obliga a los EUA, a cumplir con el apartado 2 del artículo 94 de la Carta de las Naciones Unidas que otorga el derecho a notificación y asistencia consular el cual no fue respetado , contraviniendo con ello el debido proceso internacional, toda vez que a todos estos condenados a muerte no se les permitió acceder a ser comunicados con su cónsul mexicano, vamos ni siquiera a su “llamada telefónica”, conculcando, con ello, sus mas elementales derechos humanos. Con ello no se está abonando a la culpabilidad o inocencia de estas personas, lo cual no está en discusión, sino a la privación de sus derechos fundamentales por parte de unos gringos que no respetan sus compromisos internacionales consignados en tratados de este nivel, solo por ser los bravucones e impunes del barrio.
Es el caso que sigue la mata dando, toda vez que está anunciada otra ejecución para el próximo 9 de los corrientes y es para Ramiro Hernández Llanes.
Recordemoa que la CIJ impuso a los EUA, la obligación de proporcionar, a través de sus medios de su propia elección, la revisión y reconsideración de los veredictos de culpabilidad y de las sentencias de los mexicanos contenidas en el fallo. Pero sigue sin cumplirlo ya que en Julio de 2008 no acataron lo sentenciado por la CIJ de adoptar “ todas las medidas necesarias” para asegurar que todos los mexicanos condenados a muerte en territorio estadounidense no fueran ejecutados hasta que sus casos fueran revisados y reconsiderados.
Sin embargo a 10 años de la sentencia de la CIJ ésta sigue sin cumplirse.
Dígaseme ahora si estas sentencias no tienen una inmensa carga de xenofobia, racismo y chauvinismo de parte de los gringos hacia los mexicanos. Y todavía quieren irse para allá. Me doy. O usted, crítico lector, ¿qué opina?
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