Lic. Natalia Betancourt Suárez

Me dirijo a los profesores porque somos nosotros los responsables del desarrollo de nuestra Universidad, nuestra colonia, nuestra ciudad y nuestro país. Y somos profesores por que nos gusta enseñar lo que sabemos, creemos que podemos mejorar las condiciones en las que actualmente vivimos, creemos en los alumnos y en nosotros mismos.

La palabra profesor, según www.elcastellano.org se utilizó por primera vez con los cristianos, ya que eran éstos quienes ‘profesaban’ es decir, declaraban públicamente su fe, aunque pudiera costarles la vida. La palabra se formó a partir del latín profiteri del mismo significado, formada por fateri (confesar), con el prefijo pro- (delante, con el sentido de ‘delante de todos, a la vista’).

A partir de cierta época, un profesor pasó a ser aquel que ‘profesaba’, o sea que declaraba públicamente que poseía conocimientos en determinada área del saber y que podía trasmitirlos. Es decir, no basta el conocer. Es insuficiente. Ser doctos en determinada área se considera limitado.

Debemos creer en nosotros mismos, en lo que profesamos y ser profesores de tiempo completo. Debemos saber cómo estudiar, estructurar y diseñar nuestras clases, ser puntuales, comunicar adecuadamente nuestras ideas, motivar al alumno para que éste aprenda, emplear diversos métodos de enseñanza, diversos medios, pensar mucho, estructurar, transmitir correctamente en el momento adecuado, saber responder a preguntas de todo tipo con cortesía y respeto, diseñar evaluaciones, calificar responsablemente, perseverar en la corrección ortográfica, reportar calificaciones a tiempo, llenar formatos específicos, no equivocarnos, defender argumentos, tener buena presencia, saber presentar, hablar en público, de ser posible nunca faltar –en todos los sentidos de la palabra.

Esto y mucho más es nuestra responsabilidad.

Porque en nosotros está el futuro de todo lo que nos rodea. En nosotros está el que el alumno aprenda, se desenvuelva con agilidad y rapidez, el formar individuos independientes y responsables. Capaces de crear, innovar, estructurar, generar y formar nuevas ideas. Que formule estrategias, que contribuya, que trabaje en equipo. Que se exprese con libertad, profesionalismo y ética. Los padres de familia han depositado en nosotros todos estos valores espirituales y laborales, y debemos saber responder con ligereza y prontitud a dicha tarea. Así lo hemos decidido y ahora estamos en el día a día desarrollando esta multitud de compromisos.

¿A cambio de qué? ¿Cuál es el precio que se debe pagar por semejante vía crucis? ¿Qué estamos dispuestos a recibir? ¿Es suficiente lo que hasta hoy hemos recibido? ¿Qué esperamos?

Por el momento quizás estaremos recibiendo la satisfacción de haber llegado a casa habiendo cumplido con todos nuestros deberes y cometidos. Por el momento, un leve reconocimiento, una palmada en la espalda o unas palabras de aliento podrían ser suficientes. ¿Y después? Después viene el mayor reconocimiento de todos. La trascendencia, la penetración en la mente de nuestros alumnos.
¿Cuántos héroes nacionales recuerda haber conocido? ¿Cuántos premios Nobel recuerda en este momento? ¿Cuál fue el encabezado de su periódico favorito el día de ayer? ¿Puede nombrar los últimos cinco Globos de Oro? ¿O los últimos cinco premios de la Academia? ¿O alguien que sea recordado por ser millonario? Le aseguro, profesor, que difícilmente responde en este momento a estas preguntas.

Pero si nos preguntáramos cuántos profesores de primaria, secundaria, preparatoria o universidad recordamos, recordaremos más de cinco. ¿Por qué? Porque fueron quienes aportaron algo importante a nuestras vidas, nuestro desarrollo y nuestros conocimientos. Aquellos que recordamos fueron seguramente los más destacados, los más exigentes o los más interesados por nuestra buena educación.

Entonces, ¿A cambio de qué? De trascender en el recuerdo y la experiencia de nuestros alumnos. ¿Cuál es el precio que se debe pagar por semejante vía crucis? Definitivamente no tiene precio, nadie le llegaría. ¿Qué estamos dispuestos a recibir? El desarrollo, las nuevas aportaciones, nuevas visiones, estrategias e ideas. ¿Es suficiente lo que hasta hoy hemos recibido? Depende de lo que hayamos ofrecido. ¿Qué esperamos? Un nuevo mundo que parta de lo que nosotros ya sabemos para ser superado y mejorado por nuestros discípulos.

¿Es usted un verdadero Profesor? Entonces trascenderá más allá de lo material y eso es entonces, lo importante. ¿No cree usted?



El contenido plasmado en este blog es producto de la reflexión de su autor, de sus colaboradores y de los pensadores que en él se citan. Cualquier semejanza con la realidad o alguna ficcón literaria, televisiva, psicótica paranoide o de cualquier otra índole es mera coincidencia

Periplos en red busca crear espacios intelectuales donde los universitarios y académicos expresen sus inquietudes en torno a diferentes temas, motivo por el cual, las opiniones e ideas que expresan los autores no reflejan necesariamente las de Periplos en red , porque son responsabilidad de quienes colaboran para el blog escribiendo sus artículos.



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