Por el ing. Sergio Amaya Santamaria


El quehacer del analista tal vez sea una materia árida para muchos arquitectos o ingenieros civiles, pero quien trabaja este aspecto en obras de construcción descubre, tarde o temprano, que esta actividad presenta una enorme variedad de matices. Como analistas de precios tenemos que conocer a las personas que realizan las labores que vamos a analizar, debemos estar conscientes de las condiciones en que harán el trabajo y, sobre todo, cómo llevarán a cabo tal actividad, pues no es lo mismo hacer un roscado para un tubo de fierro galvanizado de 4” en el torno de un taller, que con una tarraja y dos “caimanes” a la orilla de una cepa a 30 Km. de un poblado. Es la misma cuerda y finalmente acoplará las mismas piezas, pero su elaboración fue muy diferente y los cargos por herramienta también difieren unos de otros.Si tú, lector de este artículo, estudias o ejerces una profesión relacionada con la construcción, quizá consideres que toparte con un dilema similar sería una posibilidad remota en tu trayectoria, pero no creas que tanto. Podría ocurrir, por ejemplo, que algún día llegaras a trabajar para un organismo del Estado dedicado a la conducción de agua potable en el medio rural, ¿entonces qué?

Pero también hay situaciones más cotidianas. Si viviéramos en una ciudad construida en las faldas de una montaña como Acapulco, Guerrero o tuviéramos que hacer una obra en Guanajuato, Zacatecas o tantas otras poblaciones que se construyen en lomas y cerros en la república mexicana y tenemos unos acarreos a hombro de peón y sólo contamos con una “tarjeta” o “matriz” para acarreos en plano, tendremos que analizar las condiciones de tales acarreos. Si se trata de piedra, qué volumen y en cuánto tiempo hacen cada viaje. Lo mismo si es tierra o agregados o materiales adquiridos en sacos. En fin, que la gama de posibilidades son incuantificables y el analista tendrá que intervenir en ellos, revisar tiempos y movimientos, a diferentes horas del día, pues por la mañana, cuando están descansados, los trabajadores pueden hacer los recorridos mas rápido que al medio día, cuando el sol hace mas fatigoso el trabajo, o por la tarde, cuando ya están cansados por el trajín del día.

Lo mismo ocurrirá con los materiales, pues algunos tienen mas o menos rendimiento que otros similares, pero eso lo analizarás tú mismo, pues en ello radicará el que tengas mejores rendimientos económicos en una obra; deberás tomar en consideración que los materiales tienen desperdicios y que si en tu análisis no lo consideraste, al final de la obra te hallarás con faltantes que no están en el costo.

En lo que respecta a la maquinaria, los problemas a resolver son de otra índole, porque si estás en una empresa que tenga su propia maquinaria, tendrás que tomar en cuenta una serie de factores como depreciación, costo financiero, seguros, reposición de piezas, mantenimiento, etc. Ahora estamos viviendo una etapa de estabilidad económica, pero si revisas un poco más atrás, digamos 15 ò 20 años cuando teníamos inflaciones de más del cien por ciento, eso sí que era complicado. Uno tenía que ser casi mago o adivino para hacer un precio porque estos cambiaban diariamente. Nuestro presente es distinto, pero nunca dejará de ser prudente recordar cómo fueron las cosas en el pasado.

Como ves, la aridez que a simple vista apreciábamos no es tal, antes bien, el paisaje del analista de precios está lleno de colorido. Su trabajo es tan importante como el de cualquier otro profesional, y como la mayoría de ellos, su actividad implica aspectos multidisciplinarios que deberán integrarse siempre con habilidad.

Si bien es cierto que el quehacer del analista de precios está lleno de matices, también es cierto que no es una labor sencilla. Ahora que mis años de estudiante y constructor principiante quedaron atrás, pienso en cuánto me hizo falta tener a la mano una herramienta que me permitiera resolver con prontitud el trabajo que implica hacer presupuestos. El hecho de arrastrar el lápiz es toda una calamidad cuando tenemos precios dentro de otros precios y cuando cambiar un elemento implica rehacer una gran cantidad de “tarjetas”.

Nuestro Sistema de Precios Unitarios, alojado actualmente en el portal de Internet Amayaonline.com, es la forma como en la actualidad por fin se ha cristalizado mi esfuerzo por desarrollar esa herramienta. Dicho Sistema, lo he venido construyendo a través de los años ante la imposibilidad de hacerme de un programa de los muchos que existen en el mercado, de indudable calidad, pero para mí de precio inalcanzable. ¿La razón? Es muy sencilla: los volúmenes de obra que hemos ido ejecutando, nunca han sido lo bastante grandes y consistentes como para hacer una inversión de esa naturaleza. Así pues, teniendo una buena hoja de cálculo y conociendo el procedimiento de elaboración de los análisis de precios, me di a la tarea de hacerlo. No fue sencillo ni rápido, pero una vez iniciado, el mismo trabajo me fue llevando a enriquecerlo.



El contenido plasmado en este blog es producto de la reflexión de su autor, de sus colaboradores y de los pensadores que en él se citan. Cualquier semejanza con la realidad o alguna ficcón literaria, televisiva, psicótica paranoide o de cualquier otra índole es mera coincidencia

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