De la celebración (1)…

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Por el Mtro. Rodrigo Juárez Ortiz


El domingo 13 de abril de 2008, se celebró, se festejó, el 246 aniversario del nacimiento, en dicha fecha, pero del año 1762, de uno de los héroes epónimos de nuestra Patria, Don Hermenegildo Galeana, en la ciudad de Técpan, entonces provincia de Michoacán, hoy estado de Guerrero y que, en su honor, actualmente se llama Técpan de Galeana.

Son vastos los datos de la participación militar que tuvo durante la Guerra de Independencia en nuestro país, combatiendo al lado de una de las ínclitas figuras de nuestra historia: Don José María Morelos y Pavón, a quien le profesaba un verdadero cariño, respeto y devoción.

Sucintamente y solo para tener cuando menos una idea somera de su biografía, sabemos que nació en la población de la Costa Grande que mencionamos con antelación.

Trabajaba, entonces, en la hacienda El Zanjón, propiedad de un primo suyo, quien se lo llevó a trabajar ahí pues Galeana era perseguido, pero en dicha hacienda se dedicó a las labores agropecuarias logrando estabilidad económica y el respeto de su gente. De esta suerte, junto con su hermano José Antonio, se incorporó a las fuerzas de Morelos el 7 de noviembre de 1810, llevando armas y hombres quienes eran sus seguidores incondicionales. Sin embargo hay historiadores que dicen que él, al principio no se integró junto con sus hermanos, sino que lo hizo hasta enero de 1811. Al principio participó en pequeñas acciones de guerra, pero en 1811 derrotó en Tuxtla a los realistas, luego tomó Taxco y entró en Cuernavaca. Al año siguiente, estaba en el sitio de Cuautla y en las batallas del Palmar, Acultzingo y Oaxaca. En 1813 se distinguió en la toma del Castillo de Acapulco, el Fuerte de San Diego, desde cuyas almenas y baterías se dominaba, estratégicamente, la hermosísima bahía de Acapulco.

Entre él y Morelos se formó una firme amistad e, incluso, arriesgó su vida para salvar la del cura de Carácuaro. Estratega nato, rápidamente ascendió a Mariscal. Pero su buena estrella empezó a declinar y fue derrotado en El Zapote y en 1814 en El Zanjón, donde organizó a sus tropas y atacó a Coyuca aunque sin éxito. Perseguido por el enemigo, fue emboscado y cayó al golpearse la cabeza con la rama de un árbol, pues su caballo tenía la tendencia a reparar. Un realista le disparó en el pecho y cuando intentó desenvainar su espada, con la cual era muy diestro, le cortó la cabeza poniéndola en una pica, en Coyuca, la cual, al ser vejada por dos mujeres de la soldadesca, hizo que un realista dijera que se trataba de un hombre íntegro y honrado y la llevó a la puerta de la iglesia donde después fue enterrada. De su cuerpo no se ha sabido en dónde quedó sepultado. Esto ocurrió el 27 de junio de 1814.

Esta muy breve biografía del héroe, es necesaria para tener una idea del contraste que significa una entrega total, arriesgando vida y hacienda de una persona, por una causa justa y noble como la que él siguió, convencido de la bondad de la misma, por darle a los desposeídos libertad, pues eran tratados como esclavos, (de hecho lo eran) garantías, quitarlos de la explotación inicua de que eran víctimas por parte de los poderosos de entonces, representados por los dueños del capital, el clero católico y la milicia. Grupos éstos que se oponían a cualquier cambio que les quitara privilegios y canonjías. Galeana luchó por la independencia del país contrastando, decimos, con la actitud entreguista de los gobiernos actuales que con una pretendida reforma energética (por cierto indispensable para lograr el beneficio de nuestros recursos petroleros, entre otros), siguen poniendo en bandeja de plata, al capital privado, externo y local, los mecanismos de exploración, perforación, extracción, procesamiento, transportación y refinación de nuestro petróleo, a través de contratos a particulares, con lo cual resulta hipócrita la mención de que no se va a reformar la Constitución y que el petróleo seguirá siendo nuestro. Así, pues, obviamente no será necesario, para ellos, modificar el texto Constitucional, si con los contratos de marras tendrán lo que quieren, aun que para ello pretendan crear leyes secundarias que se los permitan, a pesar de que ya lo están haciendo, díganlo si no los que se otorgaron en el “gobierno” del “cambio”.

Es sano y recomendable que el problema, que es muy complejo, se ventile en una discusión nacional con la participación de expertos, técnicos, académicos, y con el tiempo suficiente para ello. El futuro de México lo exige.

Recordemos el ejemplo de Galeana. O usted, convencido lector, ¿qué opina?



El contenido plasmado en este blog es producto de la reflexión de su autor, de sus colaboradores y de los pensadores que en él se citan. Cualquier semejanza con la realidad o alguna ficcón literaria, televisiva, psicótica paranoide o de cualquier otra índole es mera coincidencia

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