De la celebración (2)…

Por el Mtro. Rodrigo Juárez Ortiz

¿Estamos atentos? ¿De verdad? ¿Ocupa a los mexicanos la celebración del Bicenternario del inicio de la Independencia y el Centenario del inicio de la Revolución Mexicana? Por como se semblantea el panorama parece que no.

Estamos a 20 de noviembre. El calendario nos indica la fecha con número rojo que significa ser un día feriado. Y no podía ser para menos si se celebra el 98 aniversario del inicio del movimiento que cambió estructuras políticas, económicas y, sobre todo, sociales, culturales, así como muy diversas formas de actuar como pueblo, como nación.

Sobre la Revolución Mexicana se han dicho, escrito y hecho infinidad de discursos _tantos que llegó un momento en que se le perdió el sentido al término_ artículos periodísticos, novelas, cuentos historias, leyendas, panegíricos, poesías, himnos, así como acciones cívicas y jurídicas que le dieron estructura formal a nuestras instituciones, es decir, la Revolución se institucionalizó a partir de la creación del partido político que se creó para aglutinar a todas las fuerzas vivas que participaron en el movimiento armado que llevó al derrocamiento del porfiriato, que tanto explotó a las clases menesterosas y mas vulnerables de nuestro pueblo: los obreros y los campesinos.
Hoy se celebra el evento reivindicador. Aquél que inició como consecuencia del reeleccionismo de Díaz (aquél que siendo coronel se vistió de héroe el 2 de abril en contra de las fuerzas francesas que ocupaban nuestro territorio para sostener el Imperio de Maximiliano de Habsburgo).

Un día como hoy, pero hace 98 años inicia el movimiento profundo que afecta a todas las estructuras de nuestro país.

Obvio es que tiene que celebrase tan magno acontecimiento, pero ahora resulta que nuestros próceres inventaron una fórmula fantástica para evitar el ocio y aumentar la productividad en nuestra patria, como una fórmula para salvarla y así, para evitar el “puente” que significaría celebrar el día 20 (como debe de ser), por caer en jueves, se da como día libre el lunes 17, pero resulta también que como sí hay desfile el mero día 20, entonces ya se tienen dos días de asueto que se trataban de evitar con estas disposiciones. ¡Me doy! Y si no hubiera el desfile deportivo con el que la tradición celebra tan magno acontecimiento, entonces estaríamos peor, con lo cual se le engordaría el caldo a aquellos quienes históricamente se han opuesto a todo movimiento libertario en nuestra patria.

En efecto, es de sobra conocido el hecho de que desde nuestro movimiento de Independencia, quienes se opusieron de una manera tajante y radical, fueron los integrantes del clero católico, los monárquicos, los militares, los oligarcas, los esclavistas, los plutócratas.

Quienes se opusieron de una forma rabiosa a la gran transformación ahijada por la Constitución Federal de 1857 y las Leyes de Reforma, fueron, (adivinó) el clero católico, en primerísimo lugar, los oligarcas, los dueños del capital y de extensiones inmensas de tierras, sin producir, los militares a su servicio, los plutócratas, así como los vende patrias que le fueron a ofrecer el trono de México a un emperador europeo y por si esto no fuera contundente, quienes se opusieron al movimiento en contra de Porfirio Díaz, en 1910 (nuevamente adivinó) fueron el clero católico, los oligarcas, los hacendados, los dueños de la riqueza del país, los militares a su servicio, ahora con una gran intromisión del capital extranjero, que sirvió para explotar nuestros recursos naturales y luego vendérnoslo ya elaborado, con un plus, y en el precio también.

De todo esto, ya sabemos que actualmente, con los gobiernos reaccionarios, conservadores y entreguistas que padecemos, se han cambiado radicalmente los objetivos que nuestra Revolución planteó. Sí es cierto que ésta también fue traicionada por algunos regímenes llamados “revolucionarios”, pero lo que no podemos dejar de reconocer es que ha habido cambios trascendentales que han beneficiado a nuestro pueblo, sin dejar de reconocer que actualmente, el horno no está para bollos, o sea, han abusado de sus derechos los trabajadores, los cuales, exacerbados, han prohijado sindicatos y líderes voraces, rijosos anarquistas, como los llamados “maestros” que tiene de rehén a la ciudadanía, ahora la de Acapulco; el abandono al campo, que atiza la emigración; la injusta distribución de la riqueza que nos ha llevado a más de 40 millones de mexicanos a la miseria y lindezas por el estilo.

¿Será que nuestros gobiernos conservadores a ultranza tendrán o querrán algo que celebrar? ¿Y nuestro pueblo también? O usted, revolucionario lector, ¿qué opina?