Por el Mtro. Rodrigo Juárez Ortiz
De esta guisa administrar, pues, tiene sus bemoles. No es cosa fácil.
Esto nos recuerda que el PAN, en su crítica constante al PRI se queja, entre otras cosas, de que los gobiernos que emanaban de sus filas estaban pletóricos de gente que gozaba del favoritismo del titular del Ejecutivo Federal, de los gobernadores o de las cabezas de los cuerpos edilicios municipales, en donde privaba el amiguismo o el compromiso, el compadrazgo o intereses oscuros e inconfesables. Así como de poner al frente de secretarías de Estado a personas que desconocían las funciones y las características básicas de su dependencia y que sin ningún empacho las cambiaban de área, a modo, como si fueran “todólogos”.
Es el caso, sin embargo, que acabamos de presenciar el cambio que se dio en el gabinete del Ejecutivo Federal en donde se admitió la dimisión del secretario de Comunicaciones y Transportes y fue substituido por quien dirigía al IMSS, es decir, que al margen de la capacidad personal que pudiera tener éste último, no sería creíble que fuera un experto en seguridad social y ahora lo sea en materia de comunicaciones y transportes, lo que nos lleva a concluir que el gabinete, en nuestro tiempo, se integra con los amigos y gente de confianza del titular del Ejecutivo Federal (con “políticos”) y no con técnicos o los mas expertos en el ramo de que se trate y mientras aprende a conocer su área, la dependencia puede dar tumbos o si cada quien de los que ya están hace su trabajo, a lo mejor no pasa nada, pero siempre es menester una cabeza que dirija y administre. Ergo, se repiten las formas que se criticaban. No hay nada nuevo bajo el sol.
Vale la pena, en honor a la justicia, mencionar que toda regla tiene su excepción o excepciones.
Hay quienes abrazan la carrera política con un verdadero afán de servir a su comunidad, a su gente, para lo cual se preparan, se habilitan y como ello conlleva el acceder a la función pública también aprenden a administrar, a mejorar las condiciones en la prestación de los servicios a que están obligados, a optimizar, en suma, los recursos de que disponen para enriquecer el beneficio que la población requiere y exige.
Y de esas rara avis de quienes hablamos hay, en nuestra opinión, un ejemplar, me refiero al Delegado del IMSS en Guerrero el C.P. Marcos Efrén Parra Gómez, político por naturaleza y por convicción, amén de profesionista contable y, además, administrador.
Díganlo si no las cifras, los hechos, tangibles y a la vista de todos, comprobables, de su estancia en el IMSS, que se desprenden de su II Informe de Labores presentado ante el H. Consejo Consultivo delegacional el pasado martes y ante quienes, en sesión pública, manifestó el incremento que ha logrado en el número de cotizantes, con lo cual se amplía el número de derechohabientes como recipiendarios de estos servicios; que con mas de 700 mil derechohabientes, en 2008 solo hubo tres quejas más en comparación con el año anterior, así como el gasto que hubo en medicamentos para satisfacer estos y otros requerimientos propios del área, así como la instrumentación del programa cuyo acrónimo es PROMADYP, para la actualización de las credenciales. En fin, es un esfuerzo loable que con la colaboración del personal es posible realizar cundo se tiene timonel y rumbo. O usted, convencido lector, ¿qué opina?
No cualquiera puede o está en condiciones de administrar. Se requieren conocimientos y/o un sentido común muy desarrollado ya que administrar, si entendemos por administrar el gobernar, el regir y también dirigir la economía de una persona o una entidad, nos damos cuenta de que las amas de casa, por ejemplo, ante lo exiguo de su gasto, en su gran mayoría son excelentes administradoras pues le dan tal elasticidad que cualquier objeto de hule lo envidiaría notablemente.
Pero si se trata de la cosa pública, la cosa se complica aún mas, ya que también se requiere visión, perspectiva, oportunidad, talento, honradez y otro número de características que no todo mundo tiene, cuenta habida de que se están administrando los recursos humanos, financieros y materiales de entidades del sector gubernamental y que se paga con el dinero de los contribuyentes, lo cual obliga a responsabilizarse todavía mas y ahí están las normas jurídicas, v. gr.: la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos (federal o local) para sancionar desvíos, incompetencias y, en su caso, pillerías que suelen cometerse al amparo de la función pública, como es vox populi .De esta guisa administrar, pues, tiene sus bemoles. No es cosa fácil.
Esto nos recuerda que el PAN, en su crítica constante al PRI se queja, entre otras cosas, de que los gobiernos que emanaban de sus filas estaban pletóricos de gente que gozaba del favoritismo del titular del Ejecutivo Federal, de los gobernadores o de las cabezas de los cuerpos edilicios municipales, en donde privaba el amiguismo o el compromiso, el compadrazgo o intereses oscuros e inconfesables. Así como de poner al frente de secretarías de Estado a personas que desconocían las funciones y las características básicas de su dependencia y que sin ningún empacho las cambiaban de área, a modo, como si fueran “todólogos”.
Es el caso, sin embargo, que acabamos de presenciar el cambio que se dio en el gabinete del Ejecutivo Federal en donde se admitió la dimisión del secretario de Comunicaciones y Transportes y fue substituido por quien dirigía al IMSS, es decir, que al margen de la capacidad personal que pudiera tener éste último, no sería creíble que fuera un experto en seguridad social y ahora lo sea en materia de comunicaciones y transportes, lo que nos lleva a concluir que el gabinete, en nuestro tiempo, se integra con los amigos y gente de confianza del titular del Ejecutivo Federal (con “políticos”) y no con técnicos o los mas expertos en el ramo de que se trate y mientras aprende a conocer su área, la dependencia puede dar tumbos o si cada quien de los que ya están hace su trabajo, a lo mejor no pasa nada, pero siempre es menester una cabeza que dirija y administre. Ergo, se repiten las formas que se criticaban. No hay nada nuevo bajo el sol.
Vale la pena, en honor a la justicia, mencionar que toda regla tiene su excepción o excepciones.
Hay quienes abrazan la carrera política con un verdadero afán de servir a su comunidad, a su gente, para lo cual se preparan, se habilitan y como ello conlleva el acceder a la función pública también aprenden a administrar, a mejorar las condiciones en la prestación de los servicios a que están obligados, a optimizar, en suma, los recursos de que disponen para enriquecer el beneficio que la población requiere y exige.
Y de esas rara avis de quienes hablamos hay, en nuestra opinión, un ejemplar, me refiero al Delegado del IMSS en Guerrero el C.P. Marcos Efrén Parra Gómez, político por naturaleza y por convicción, amén de profesionista contable y, además, administrador.
Díganlo si no las cifras, los hechos, tangibles y a la vista de todos, comprobables, de su estancia en el IMSS, que se desprenden de su II Informe de Labores presentado ante el H. Consejo Consultivo delegacional el pasado martes y ante quienes, en sesión pública, manifestó el incremento que ha logrado en el número de cotizantes, con lo cual se amplía el número de derechohabientes como recipiendarios de estos servicios; que con mas de 700 mil derechohabientes, en 2008 solo hubo tres quejas más en comparación con el año anterior, así como el gasto que hubo en medicamentos para satisfacer estos y otros requerimientos propios del área, así como la instrumentación del programa cuyo acrónimo es PROMADYP, para la actualización de las credenciales. En fin, es un esfuerzo loable que con la colaboración del personal es posible realizar cundo se tiene timonel y rumbo. O usted, convencido lector, ¿qué opina?
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