Por Zaidena
__ Según la apreciación del perito calígrafo no nos cabe la menor duda, y esto que le digo está científicamente comprobado, que la persona que escribió esa nota y la puso en mi bolsillo durante nuestra primera visita al laboratorio es el mismo que hoy escribió esta hoja, cuyo nombre al dorso, es el suyo. ¿Qué me puede decir de esto?
Esteban miró a todos fijamente y luego de un silencio que pareció eterno dijo:
__ Sí, es verdad, yo le puse esa nota en el bolsillo.
__ Bien, parece que nos estamos entendiendo. Ahora sólo queremos que nos explique por qué lo hizo y además, qué es lo que sabe para formular semejante y comprometida apreciación.
Esteban dio un profundo respiro.
__Yo puedo contar todo lo que sé desde hace casi dos años, pero necesito que me prometan protección. Ustedes, mejor que nadie, saben con qué bueyes estamos arando.
__ Está bien __dijo Mario, previa mirada a Luisa__ cuéntenos cuáles son sus pretensiones de seguridad.
__ Mire detective, con lo que yo sé alguien irá preso, pero antes de eso se hará un juicio y yo seré su principal testigo, y esto lo digo con conocimiento de causa, sólo quiero protección hasta que el juicio termine, porque si él va preso no corro más peligro y si no lo condenan… ¡Ya nada volverá a importarme!
Samuel miró al jefe y éste asintió con la cabeza, de manera tan imperceptible, que sólo él lo notó.
__ Está bien, se lo prometemos, pero para comenzar con este rompecabezas díganos a quién se refiere cuando dice “él”.
__ Me refiero a Aumé… él fue quien asesinó a Victorio Masó.
__ ¡Imposible! __exclamó Samuel__el ADN dio negativo.
__ Error, error __dijo Guindón__ en realidad el ADN de Aumé fue el único que dio positivo.
__ Pero explíquese por favor.
__ Si, lo que pasó es que Aumé o su abogado le dieron quinientos mil dólares al Dr. Andrés Segovia, doctor en jefe del departamento de ADN en esos momentos, y un viaje a Alemania para él y toda su familia, junto con una beca sin fecha de caducidad, para que informara que el resultado había dado “negativo” para Aumé.
__ Pero de todo lo que usted está diciendo Guindón no existe la más absoluta constancia, es sólo su palabra.
__ Otro error agente. En ese momento yo me di cuenta de lo que se estaba elucubrando y temí que quisieran involucrar al Dr. Guidi en el asesinato de su esposa, del cual, yo estaba “perfecta y completamente” seguro que no había sido. Es por eso que sin que nadie lo supiera, mientras se conservaba en nuestras heladeras el semen de Aumé, tomé una pequeña muestra del mismo y le hice yo mismo un análisis. El resultado me dio “positivo” en un 99,99%. Para corroborar perfectamente esto, le hice un segundo análisis que arrojó el mismo resultado. Así que no quedan dudas de que fue con él con quien tuvo relaciones sexuales minutos antes de morir la Sra. Victoria, pero tampoco quedan dudas de que estas relaciones fueron forzadas, pues ella tenía muchos hematomas en la entrepierna y un desgarramiento de vagina, característico esto de una relación sexual “no consensuada”.
__ ¿Y dónde tiene usted esos análisis? __preguntó Mario_ ¿Existen?
__ Si, por supuesto. Están en una caja de seguridad en un banco, a mi nombre, la llave siempre la llevo encima, así que cuando ustedes dispongan podemos ir.
__ Vayamos ahora __dijo el jefe__ que Mario y Luisa lo acompañen, Samuel y yo los apoyaremos desde aquí para que nada malo ocurra.
Partieron raudos. Fueron hasta el Nuevo Banco de Santa Fe. Mostrando sus credenciales, ellos también pudieron entrar en la bóveda del tesoro donde estaba la caja de seguridad a nombre de Guindón, éste caminaba delante de ellos. Mario miró a Luisa y le dijo:
__ Compañera, hace mucho que trabajamos juntos y esa expresión que tiene tu cara no me gusta, ¿qué es lo que te preocupa?
__ ¿No te parece anormal Mario, que este Guindón se haya tomado tantas molestias y riesgos sólo por su sed de justicia? No amigo, acá hay algo que no me cuadra para nada.
__ ¿Y qué pensás? ¿Qué puede ser?
__ No lo sé, pero te juro que lo descubriré. Démosle por su lado. Hoy seráasí, ya le llegará su turno.
Llegaron donde estaba la caja de seguridad. El empleado del banco puso su llave en la cerradura, la giró y al sonar el clásico clic, muy discretamente se fue sin antes decir:
__ Cuando terminen, llámenme por favor.
Guindón puso su llave, la abrió y de ella sacó una abultada carpeta.
Toda la historia del caso estaba en ella. Muy lentamente giró sobre sí mismo y se la entregó a Luisa. La miró fijamente a los ojos y, aún sin soltarla, le dijo:
__ Por favor, haga justicia. Confío en ustedes.
__ Descuide __le contestó Luisa__ si todo lo que nos contó es cierto, si tenemos todos los elementos incriminatorios, en esta oportunidad no habrá dinero que salve a nadie, de eso puede estar seguro. Pero vayámonos, no quiero arriesgarlo todo por estar tanto tiempo en la calle. Pronto dispondrán de un lugar donde pueda estar tranquilo y sin peligro. Ahora volveremos a la agencia para revisar todo esto y luego lo llevaremos.
Los tres partieron raudos. Afuera del banco, el personal de apoyo puso el auto en marcha y partieron tras de ellos. A los quince minutos ya estaban nuevamente en la agencia.
Estaban hablando de Guindón cuando llegó Mario trayéndolo.
Luego de la conversación de rigor, Luisa fue directo al grano:__ Según la apreciación del perito calígrafo no nos cabe la menor duda, y esto que le digo está científicamente comprobado, que la persona que escribió esa nota y la puso en mi bolsillo durante nuestra primera visita al laboratorio es el mismo que hoy escribió esta hoja, cuyo nombre al dorso, es el suyo. ¿Qué me puede decir de esto?
Esteban miró a todos fijamente y luego de un silencio que pareció eterno dijo:
__ Sí, es verdad, yo le puse esa nota en el bolsillo.
__ Bien, parece que nos estamos entendiendo. Ahora sólo queremos que nos explique por qué lo hizo y además, qué es lo que sabe para formular semejante y comprometida apreciación.
Esteban dio un profundo respiro.
__Yo puedo contar todo lo que sé desde hace casi dos años, pero necesito que me prometan protección. Ustedes, mejor que nadie, saben con qué bueyes estamos arando.
__ Está bien __dijo Mario, previa mirada a Luisa__ cuéntenos cuáles son sus pretensiones de seguridad.
__ Mire detective, con lo que yo sé alguien irá preso, pero antes de eso se hará un juicio y yo seré su principal testigo, y esto lo digo con conocimiento de causa, sólo quiero protección hasta que el juicio termine, porque si él va preso no corro más peligro y si no lo condenan… ¡Ya nada volverá a importarme!
Samuel miró al jefe y éste asintió con la cabeza, de manera tan imperceptible, que sólo él lo notó.
__ Está bien, se lo prometemos, pero para comenzar con este rompecabezas díganos a quién se refiere cuando dice “él”.
__ Me refiero a Aumé… él fue quien asesinó a Victorio Masó.
__ ¡Imposible! __exclamó Samuel__el ADN dio negativo.
__ Error, error __dijo Guindón__ en realidad el ADN de Aumé fue el único que dio positivo.
__ Pero explíquese por favor.
__ Si, lo que pasó es que Aumé o su abogado le dieron quinientos mil dólares al Dr. Andrés Segovia, doctor en jefe del departamento de ADN en esos momentos, y un viaje a Alemania para él y toda su familia, junto con una beca sin fecha de caducidad, para que informara que el resultado había dado “negativo” para Aumé.
__ Pero de todo lo que usted está diciendo Guindón no existe la más absoluta constancia, es sólo su palabra.
__ Otro error agente. En ese momento yo me di cuenta de lo que se estaba elucubrando y temí que quisieran involucrar al Dr. Guidi en el asesinato de su esposa, del cual, yo estaba “perfecta y completamente” seguro que no había sido. Es por eso que sin que nadie lo supiera, mientras se conservaba en nuestras heladeras el semen de Aumé, tomé una pequeña muestra del mismo y le hice yo mismo un análisis. El resultado me dio “positivo” en un 99,99%. Para corroborar perfectamente esto, le hice un segundo análisis que arrojó el mismo resultado. Así que no quedan dudas de que fue con él con quien tuvo relaciones sexuales minutos antes de morir la Sra. Victoria, pero tampoco quedan dudas de que estas relaciones fueron forzadas, pues ella tenía muchos hematomas en la entrepierna y un desgarramiento de vagina, característico esto de una relación sexual “no consensuada”.
__ ¿Y dónde tiene usted esos análisis? __preguntó Mario_ ¿Existen?
__ Si, por supuesto. Están en una caja de seguridad en un banco, a mi nombre, la llave siempre la llevo encima, así que cuando ustedes dispongan podemos ir.
__ Vayamos ahora __dijo el jefe__ que Mario y Luisa lo acompañen, Samuel y yo los apoyaremos desde aquí para que nada malo ocurra.
Partieron raudos. Fueron hasta el Nuevo Banco de Santa Fe. Mostrando sus credenciales, ellos también pudieron entrar en la bóveda del tesoro donde estaba la caja de seguridad a nombre de Guindón, éste caminaba delante de ellos. Mario miró a Luisa y le dijo:
__ Compañera, hace mucho que trabajamos juntos y esa expresión que tiene tu cara no me gusta, ¿qué es lo que te preocupa?
__ ¿No te parece anormal Mario, que este Guindón se haya tomado tantas molestias y riesgos sólo por su sed de justicia? No amigo, acá hay algo que no me cuadra para nada.
__ ¿Y qué pensás? ¿Qué puede ser?
__ No lo sé, pero te juro que lo descubriré. Démosle por su lado. Hoy seráasí, ya le llegará su turno.
Llegaron donde estaba la caja de seguridad. El empleado del banco puso su llave en la cerradura, la giró y al sonar el clásico clic, muy discretamente se fue sin antes decir:
__ Cuando terminen, llámenme por favor.
Guindón puso su llave, la abrió y de ella sacó una abultada carpeta.
Toda la historia del caso estaba en ella. Muy lentamente giró sobre sí mismo y se la entregó a Luisa. La miró fijamente a los ojos y, aún sin soltarla, le dijo:
__ Por favor, haga justicia. Confío en ustedes.
__ Descuide __le contestó Luisa__ si todo lo que nos contó es cierto, si tenemos todos los elementos incriminatorios, en esta oportunidad no habrá dinero que salve a nadie, de eso puede estar seguro. Pero vayámonos, no quiero arriesgarlo todo por estar tanto tiempo en la calle. Pronto dispondrán de un lugar donde pueda estar tranquilo y sin peligro. Ahora volveremos a la agencia para revisar todo esto y luego lo llevaremos.
Los tres partieron raudos. Afuera del banco, el personal de apoyo puso el auto en marcha y partieron tras de ellos. A los quince minutos ya estaban nuevamente en la agencia.
1 Comentario:
Hola Zaid!!
Jeje
Que capìtulo intrigante!sin duda està bien pensado para dejar aun màs misterioso el asunto de Aumè..
Pero igualmente no me queda del todo claro un par de cosas..
Por què habrìa de ser Esteban Guindòn tan precavido al colocar la nota en el bolsillo de Luisa?? No le convenìa ir y decirlo si es que ya tenìa los exàmenes comprobados? No se, me quedò medio confuso.. le podrìa haber dejado una nota siempre y cuando el tuviera una idea diferente pero aun no comprobado, o si se tratase de no quiere que sus compañeros lo vean, al menos podrìa colocar su nombre y un "comunìquese conmigo". Claro que esto acortarìa varios pasos de la novela y dejarìa un cabo màs atado.. pero en mi opiniòn serìa màs versàtil.
Y habìa algo màs, pero no recuerdo cual era el planteo que querìa hacerte
Te mando un abrazo mis felicitaciones por este nuevo capìtulo!
saludos
Guillermo E. Tibaldo
Periplos en red busca crear espacios intelectuales donde los universitarios y académicos expresen sus inquietudes en torno a diferentes temas, motivo por el cual, las opiniones e ideas que expresan los autores no reflejan necesariamente las de Periplos en red , porque son responsabilidad de quienes colaboran para el blog escribiendo sus artículos.
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