Del vasallaje...

Por el Mtro. Rodrigo Juárez Ortiz

Solo a guisa de recordatorio, vasallaje es la condición o estado del vasallo y ya sabemos que el vasallo era aquella persona libre que se ponía al servicio de un rey o señor, que le protegía a cambio de prestarle determinados servicios.

En la especie todos sabemos que el país mas poderoso del mundo se llama Estados Unidos de América que tiene algunas cosas buenas, solo que merced a su actitud de piratería, de belicismo exacerbado, de latrocinio, de ventajismo, de abuso de poder y de un insaciable apetito de riquezas, entre otras lindezas que tiene por el estilo, pésimamente disfrazadas de lucha por la democracia y la libertad, se han apoderado de países enteros, de sus materias primas y lo mas grave, de sus pueblos sometidos a un vasallaje “cultural”, político, económico y de toda índole, supuestas luchas por la “libertad “ que le niega a su propio pueblo, dígalo si no, la famosa y execrable Patriot Act, instituida por el mayor terrorista del mundo, (el recién ex presidente de esa nación), merced a la cual cualquier autoridad de ese país puede detener a cualquier persona solo bajo la simple sospecha de ser “terrorista” y no tiene derecho. el “sospechoso” a una llamada telefónica, ni a llamar a un abogado y si es extranjero, a llamar al Cónsul de su país, ni mucho menos a tener un debido proceso (due process), garantía elemental de todo ser humano en cualquier país que se jacte de ser civilizado, por lo cual puede estar indefinidamente encarcelado sin ser juzgado. Vaya forma de defender las libertades y con esta Ley (que se sigue refrendando), le arrebataron al pueblo estadounidense los mas elementales derechos fundamentales. Hay que imaginar lo que hacen en los países vencidos por ellos.

Pero el vasallaje no solo lo han obtenido por la fuerza bruta de las armas, sino a través de una penetración “cultural” que incluye, música, moda, religión, política, alimentos, bebidas, usos y costumbres y demás, muy ajenas a la idiosincrasia y hábitos de pueblos milenarios que han tenido que sucumbir a su nefasta influencia traducida en consumismo, materialismo execrable, violencia, libertinaje, drogadicción, relajamiento moral, a través de nuestro dúopolio televisivo que atosiga a nuestro pueblo con las series de marras, así como por la penetración de sectas religiosas que influyen en el desvanecimiento de nuestro respeto a los símbolos patrios; y otras manifestaciones decadentes del llamado “american way of life”.

Estamos de acuerdo en que merced a los adelantos en las vías y formas de comunicación, ahora los pueblos participan de una manera mas rápida de los acontecimientos sucedidos en países geográficamente remotos; que vía el turismo, los usos y costumbres de los pueblos han realizado variaciones en ciertos hábitos, en donde hay cierta retroalimentación en los usos y características de los pueblos receptores y los emisores; la aceptación de ciertos neologismos cuando en el idioma local no exista la palabra equivalente y otros mas, sin embargo los usos y costumbres de la juventud dorada de los EUA, o sea sus universitarios, por poner un ejemplo, y viendo lo que hacen los llamados spring breakers en todos los lugares en donde se descargan de neurosis y compulsiones, nos dan un parámetro válido de la decadencia en que están entrando.

Lo grave de todo esto es que el vasallaje que han impuesto en nuestro país y específicamente en nuestro puerto, a pesar de que los turistas estadounidenses son casi una especie en extinción, resulta atentatorio para nuestra juventud, especialmente, dado el incremento de la drogadicción, (el alcoholismo y el tabaquismo como ad lateres) que ya se convirtieron en un problema de salud pública.

Y como cerecita del pastel de tal vasallaje, ahora resulta que desde hace ya varios años a un paradisíaco lugar llamado Isla de Pájaros en la agreste y esplendorosa Costa Grande de nuestro estado, descrito muy atractivamente por nuestro amigo Ramón Sierra López en algunas de sus colaboraciones, se le ha dado en llamar Playa Michigan, porque un gringo se avecindó ahí por mucho tiempo e hizo migas con algunos pobladores y siendo oriundo de ese estado de la Unión, se le hizo fácil ponerle ese nombre (es la versión que tengo) y lo lamentable es que tal denominación se sigue propalando vía vox populi, perdiéndose, poco a poco, su denominación original y que le da carta de naturalización. ¡Ya basta de vasallaje cultural! Conservemos lo poco que nos queda y que nos da identidad y pertenencia a una nación. O usted, mexicano lector, ¿Qué opina?