A río revuelto........ 15

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Por el Ing. Sergio Amaya S.


Después de salir de la fábrica, Cándido abordó su automóvil, siempre acompañado por "El Perro' y Cuco, dirigiéndose de inmediato a las oficinas del Licenciado, donde se estaba realizando una de las interminables juntas de trabajo que diariamente se efectuaban para afinar los detalles de la inminente campaña electoral.

Cándido iba muy molesto, por primera vez había sentido la frialdad de los señores Bermúdez. No era cosa que le importara demasiado, pues con su apoyo o sin él, sabía que se encontraba seguro como representante de los trabajadores; y a final de cuentas, lo que importaba era tener el respaldo del Centro, sin que contara gran cosa la voluntad de los trabajadores.

Le inquietaba que se presentaran estos problemas precisamente cuando estaba en ebullición el caldero político, bien sabía que los ojos de los dirigentes nacionales estaban puestos en El Guayabal y eso sí podía ser peligroso para sus aspiraciones políticas. El Líder Nacional le había prometido, en caso de seguir fielmente sus dictados, que en un futuro podría aspirar a la Presidencia Municipal y, por qué no, a la gubernatura del Estado, después de todo, la fuerza del movimiento obrero organizado era de suma importancia en la balanza del poder, motivo por el cual ya tenían ganadas varias gubernaturas en diferentes Estados del País.

Le venían a la mente sus primeros tiempos en el ambiente político, eso fue hacía unos veinte años. Tenía entonces veinte años y unos cuantos que había llegado del rancho a buscar fortuna al pueblo.- Desempeñó diferentes labores para sobrevivir, desde "bolero" o aseador de calzado en la Plaza Municipal, hasta repartidor de leche. No era malo el negocio en aquellos tiempos, todavía se reía al recordar que por cada treinta litros de leche que le daban a repartir, él le agregaba diez litros de agua a fin de ganarse unos pesos mas. Fue por aquellas fechas que conoció al Licenciado, una vez que lo llevaron detenido a la Presidencia por adulterar la leche. La realidad fue que en aquella ocasión no les llegó al precio a los Inspectores. En esos tiempos el Licenciado era un simple "tinterillo", pero a pesar de todo se había portado bien con Cándido: gracias a él y a unos pesos pasados oportunamente, no le decomisaron la leche de ese día y pudo seguir trabajando normalmente.

Después se vino el problema de los establos, cuando las Autoridades querían evitar la venta directa de la leche a fin de favorecer a las plantas pasteurizadoras que se habían instalado en la ciudad vecina; entonces Cándido, sin saber cómo, se vio convertido en líder de sus compañeros y organizaron un movimiento que tuvo gran resonancia en el Estado.
Todavía recordaba las madrizas que se habían puesto con los repartidores de las plantas pasteurizadoras y la destrucción que hacían de los embarques de leche, de tal forma que durante varias semanas no se pudo conseguir el vital alimento en El Guayabal. En aquella ocasión, el Licenciado lo mandó llamar, pues para entonces ya era Secretario Particular del Presidente y en una plática muy interesante, le ofreció una "buena lana" y una plaza de obrero en la fábrica de los Bermúdez, así como el ofrecimiento de hacerlo representante de los trabajadores de la Central Obrera, todo ello a cambio de dejar el movimiento de los trabajadores de los establos.

Después de todo, Cándido ya se había dado cuenta de que al final ganarían las plantas pasteurizadoras de leche, por lo que no dudó ni un instante en aceptar la buena propuesta del Licenciado; así es que a la semana siguiente informó a sus compañeros que por órdenes del Gobierno Central y a fin de preservar la salud pública, se terminaría con el reparto de "leche bronca”, por lo cual, de no parar el movimiento, el Gobierno del Estado pediría la ayuda del Ejército y la mera verdad, con los federales no se juega.

Así terminó el movimiento llamado de los "lecheros" y Cándido se encaminó triunfalmente a la fábrica a, como él mismo decía, "representar los intereses de los compañeros trabajadores". Quince años hacía ya de esos acontecimientos. El mismo Licenciado lo recomendaría mas tarde para suceder al Representante de la Confederación en El Guayabal y de esa forma había llegado al lugar en que se encontraba. Cuánto trabajo le había costado, no solo eran las recomendaciones, sino también contaba su trabajo. Mantener la unidad dentro del gremio y darle solidez al Partido; así se lo había dicho su Líder Nacional y él lo había seguido al pie de la letra.

De pronto volvió a la realidad, habían llegado a las oficinas de Campaña del Licenciado y el autom6vii estaba detenido. De inmediato sincronizó sus ideas dándole instrucciones al "Perro":

_Mira "Perro", te se vas volado a la Junta y le dices al Presidente que lo espero a comer en la casa de campo, después arreglas todo para que la casa esté preparada. Compras suficiente comida y vino y como a las siete de la noche nos llevas unas muchachas; le dices a la Lola que me mande "carne nueva", que no la "joda", pues la última vez creo que me mandó a su abuela.

Cándido se alejó del auto en medio de las estridentes carcajadas de sus "ayudantes".




En tanto Cándido recordaba sus pasadas aventuras, Don Cástulo en la fábrica, había pedido a su secretaria que le comunicara con el Doctor a la Presidencia del Partido. Mientras esperaba la comunicación, a su mente acudieron los recuerdos de aquellos lejanos días en que el Licenciado era su Asesor Jurídico, hacía ya quince años de eso y desde entonces había tenido clavada como una espina la imposición que sentía le habían hecho con Cándido. Nunca le gustó el tipo, no por rústico, Sino por mal educado y rastrero. Era una persona a la cual nunca le podría tener confianza.

Sin embargo, a fin de estar bien con el Licenciado, había aceptado a Cándido, a sabiendas de que sería una plaza improductiva que estaría cargada en su nómina. Su largo colmillo de hombre de negocios no le había fallado, se podría decir, sin estar muy lejos de la realidad, que los hermanos Bermúdez le habían hecho su carrera política a la medida de su personalidad y capacidades. Eso había tenido sus aspectos positivos, como por ejemplo, el hecho de estar excentos de pago de Impuestos Municipales, muy reducidas sus cargas fiscales estatales y el hecho de poder utilizar el agua del río para la generación de su propia energía.

Ese era un punto muy importante, dado que la Comisión en diferentes ocasiones había pretendido imponerle una cuota por la generación de su propia energía eléctrica y el Licenciado había movido sus influencias a fin de que pararan ese asunto. Por otra parte, los vecinos se quejaban de que la fábrica estaba contaminando las aguas del río, pero también el Licenciado había intercedido con la Secretaría correspondiente para me no impusieran multas y mucho menos, le obligaran a poner sistemas descontaminantes. Todos esos aspectos le habían hecho mas tolerable el tener a Cándido en su nómina, sabía bien de los malos manejos que el líder hacía de las cuotas Sindicales, inclusive estaba enterado de que en otra pequeña empresa había acabado con una huelga por medio de las agresiones físicas a los trabajadores, pero pensaba, inocentemente ahora lo veía, que nunca llegaría a esos extremos en la fábrica, ya que era la empresa que tenía más trabajadores.

Ahora las cosas habían cambiado, los trabajadores estaban haciendo demandas razonables y él y su hermano los podrían manejar, pero no iban a permitir que Cándido pusiera en peligro la fábrica a fin de lograr sus propios beneficios. ¡No señor!, de ninguna manera permitiría que ese cretino se saliera con la suya.

Su secretaria interrumpió sus pensamientos al anunciarle que estaba lista la comunicación con el Doctor. De inmediato contestó:

_Bueno. Mi querido Doctor, ¿cómo has estado hermano?. _Saludó Cástulo como siempre que tenía la oportunidad de saludar a su viejo amigo.

_Que tal Cástulo, _respondió su interlocutor_ ¿cómo van las cosas en el Guayabal?, ¿todo en orden?,

_En lo personal sí, mi querido Doctor, pero tengo algunos temores en otros aspectos. Me refiero a los asuntos políticos, no sé si tú puedas ayudarme.

_Tú sabes Cástulo, _contestó el Doctor_ que lo que está en mis manos, lo haré encantado, dime ¿de qué se trata?.

_Bien "Doc", _continuó Cástulo_ creo que nuestro pequeño lidercillo, Cándido, se está pasando de rosca y eso podría traerle graves consecuencias al Guayabal y desde luego a nuestro amigo el Licenciado. La charla continuó durante varios minutos. Cástulo le expuso al Doctor la realidad de Cándido y los últimos acontecimientos, sin cuidar de recordarle al Doctor los hechos más sobresalientes de la actuación del líder durante su ya larga gestión. Después de escuchar atentamente, repuso el Doctor:

_¡Caramba Cástulo!, lo que me cuentas es muy serio y desde luego tomará cartas en el asunto, aunque debo aclararte que este asunto concierne directamente a la Confederación, por lo que yo únicamente les haré saber la situación y ellos tomarán las medidas que crean convenientes. De lo que sí te puedo dar seguridad es de que hablaré con el Licenciado y tal vez dar un escarmiento a Cándido nos atraiga más votos, puesto que estamos urgidos de mejorar la imagen del Partido. Te agradezco que me hayas informado estas cosas precisamente en estos momentos.

_Ahora bien, _continuó el Doctor_ ¿crees que ustedes puedan manejar el asunto de tus trabajadores?, es decir, que no nos conviene tener enfrentamientos en ninguno de los Sectores, ya que ello nos podría traer complicaciones en la campaña del Licenciado.

_De acuerdo a la conversación que tuvimos hace pocos momentos con los trabajadores, _contestó Cástulo_ creo que no tendremos ningún problema, sin embargo tengo mis dudas; como tú ya estarás enterado, parece ser que el movimiento tiene apoyo externo, yo no lo sé bien a bien, pero podrían ser tus adversarios políticos y en esas condiciones, no sé hasta qué punto podríamos controlarlos.

_Te entiendo, _repuso el Doctor_ me pondré de inmediato en movimiento y te agradecería me informaras a la mayor brevedad de cualquier cosa que ocurra.

_De acuerdo Doctor, _asintió Cástulo_ y te agradezco sinceramente lo que hagas por nosotros. Nos estaremos hablando.

Después de despedirse colgó el auricular y regresó al lado de su hermano para hacerle partícipe de lo hablado con el Doctor.

Ahora era cosa de esperar la solución a sus preocupaciones, mientras tanto, ellos harían lo necesario para satisfacer las demandas los trabajadores.



El contenido plasmado en este blog es producto de la reflexión de su autor, de sus colaboradores y de los pensadores que en él se citan. Cualquier semejanza con la realidad o alguna ficcón literaria, televisiva, psicótica paranoide o de cualquier otra índole es mera coincidencia

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