De la enajenación...

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Por el Mtro. Rodrigo Juárez Ortiz

Coloquialmente el término enajenación se aplica a cierta forma de locura o de distorsiones mentales y jurídicamente, en tratándose de la nuda propiedad, al ejercicio de derechos del jus utendi (usar), jus fruendi (disfrutar), y el jus abutendi romanos. O sea, este último, el abusar de la cosa que no es otro que disponer de la misma, entre otras, vendiéndola.

El derecho de propiedad es uno de los mas elementales derechos que ostenta el ser humano, tanto, que en nuestra Constitución Política, en el renglón de las garantías que ésta otorga ( Art. 1º.,no que reconoce, como equivocadamente creen algunos), se consagran en diversos artículos de su parte dogmática y en el de las garantías sociales, las de propiedad.

De esta suerte, después de pasar por la etapa del trueque, en las sociedades modernas la compra venta entre particulares, ya sea personas físicas o morales y/o entre Estados, y ahora en las transacciones por vía electrónica, entre otras, la modernidad nos ha puesto bajo las reglas del juego de los países mas ricos y de sus compañías transnacionales y le han llamado globalización, fenómeno al cual no podemos sustraernos cuenta habida de que inmersos como estamos en el concierto de las naciones, no podemos ni debemos soslayar.

Solo que para ello es menester estar en igualdad de posiciones, gozar de las mismas prerrogativas y, en su caso, de cuando menos cierta paridad en condiciones de todo tipo, básicamente económicas, haciendo abstracción de las militares, lo que es obvio que engendran una desigualdad entre las partes contratantes que, incluso, provocan mas inequidades en el trato y los consiguientes abusos e injusticias de las cuales estamos agobiados cotidianamente.

Actualmente, en nuestro país estamos padeciendo de una manera muy drástica las consecuencias del pillaje al que fuimos y somos sometidos por gobiernos corruptos e ineficientes como los que antecedieron y actuales de lo cual, solo las excepciones de siempre, se salvan.

También del flagelo de la corrupción en todos los niveles de nuestra escala social que incluyen gobernantes y gobernados, toda vez que para que el fenómeno se dé, es necesaria la conjunción de dos partes, el que corrompe y el que se deja o induce al otro a ella, o como dicen en mi pueblo, tanto peca el que mata la vaca, como el que le agarra la pata.

Padecemos también la ignorancia de nuestro pueblo, lo que induce al fanatismo religioso y de otra índole, provocando el abuso y, consecuentemente, su explotación, así como la desnutrición crónica que como en nuestro Estado, está provocando enfermedades también crónicas y, lo mas grave, debilidad mental, según nos reportan los medios.

A eso nuestra enajenación nos ha llevado al aumento criminal de los impuestos, medida absurda en un país que como el nuestro padece una miseria, que no pobreza, que nos coloca en una situación de vulnerabilidad total, como opinan los Premios Nobel de Economía y cualquier persona con mas de dos dedos de frente.

Soportamos y no sé porqué, el pago de la deuda contraída para el rescate bancario y que solo los banqueros disfrutaron pues rescatados por quienes pagamos impuestos, enajenaron sus bancos a extranjeros y sin pagar los impuestos correspondientes. Agreguemos las enajenaciones de tiendas de auto servicio también a empresarios extranjeros en donde expenden mercancía proveniente del extranjero, pero no apta para su venta allá (por algo será); así como padecemos las condiciones leoninas que nos imponen en los préstamos, siempre recurrentes, que nos hacen, sin perjuicio de la criminal monopolización que están haciendo, protegidos por novísima legislación, de la venta de las indeseables semillas transgénicas que vía Monsanto, van a lograr nuestra dependencia alimentaria, y la importación de gasolinas, y como cerecita del pastel, la reciente venta de las cervezas, antes mexicanas (Tecate, Sol y Dos Equis) a Heineken, en 7,347 MDD, sin dejar de mencionar el mezcal y el tequila que ya son propiedad de empresas extranjeras. ¡Ya basta de declive! ¡Ya basta de enajenación de nuestro patrimonio!

¿O qué no tenemos la capacidad para ser suficientes y usufructuar las libertades que nos otorgaron nuestros próceres hace 100 y 200 años? O usted, impactado lector, ¿qué opina?



El contenido plasmado en este blog es producto de la reflexión de su autor, de sus colaboradores y de los pensadores que en él se citan. Cualquier semejanza con la realidad o alguna ficcón literaria, televisiva, psicótica paranoide o de cualquier otra índole es mera coincidencia

Periplos en red busca crear espacios intelectuales donde los universitarios y académicos expresen sus inquietudes en torno a diferentes temas, motivo por el cual, las opiniones e ideas que expresan los autores no reflejan necesariamente las de Periplos en red , porque son responsabilidad de quienes colaboran para el blog escribiendo sus artículos.



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