La vi venir majestuosamente,
mi alma vibraba de amor,
era bello su esplendor;
caí rendido, irremediablemente.
Era mucho sufrir diariamente,
el verla pasar, indiferente,
castigaba mi alma y mi mente;
y yo moría dulcemente.
Hubiese querido, ardientemente,
que posara en mi sus ojos tan hermosos,
pero yo aún en años mozos,
sentíame perdido, mortalmente.
Pasaron los años lentamente,
me hice hombre y conocí el amor,
pero nunca he olvidado su candor
y siempre la veré amorosamente.
Mi pelo es blanco mayormente,
su imagen siempre joven permanece,
amor platónico, según parece,
pero es amor, eternamente.
Sergio A. Amaya S.
Enero 31 de 2010
Ciudad Juárez, Chihuahua.
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2 Comentarios:
Hola Fernando, hace tiempo que no publicaba mas que novela, hoy pongo estas líneas, para celebrar con todos el próximo Día de San Valentín. Un saludo a todos los amigos de Periplos en Red.
¡Muchas gracias Sergio por tu aportación! No podían faltar palabrás así del poeta del blog para una fecha tan especial. Sólo por curiosidad Sergio... este poema va a propósito huérfano de título?
Periplos en red busca crear espacios intelectuales donde los universitarios y académicos expresen sus inquietudes en torno a diferentes temas, motivo por el cual, las opiniones e ideas que expresan los autores no reflejan necesariamente las de Periplos en red , porque son responsabilidad de quienes colaboran para el blog escribiendo sus artículos.
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