De la prevención...

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Por el Mtro. Rodrigo Juárez Ortiz

“Mas vale prevenir que lamentar”, dice una vieja sentencia popular, la cual no ha sido desmentida por lo contundente, sabia y evidente que resulta y que ha trascendido, con inigualable firmeza, hasta nuestros días y pensamos que perdurará eternamente mientras haya seres humanos sobre el planeta.

En efecto, todos sabemos que la prevención, en términos generales, significa un conjunto de medidas tomadas para evitar accidentes, enfermedades profesionales, el desarrollo de epidemias o el agravamiento de los estados sanitarios individuales y, por extensión, se aplica a toda medida tendente a evitar cualquier contratiempo, lesión o resultados graves en contra de las personas y en detrimento de su vida, su integridad física, su pleno desarrollo mental, físico, espiritual, social, económico, cultural, así como todo aquello que signifique una agresión de lamentables consecuencias.

Es un hecho incontrovertible el despertarnos cotidianamente con noticias de violencia, de inseguridad, de desempleo, de crisis económica, de ignorancia supina de nuestros educandos y de sus educadores, (sean profesores o sus propios padres), de corrupción, de impunidad, de narcotráfico, de drogodependientes, de crimen organizado o no, de ineficiencia y de ineficacia tanto en el sector público (gobernantes) como en el sector privado (gobernados) y no sólo por los medios, sino por los comentarios ya cercanos de gente que ha padecido las consecuencias de ello.

Ya faltan unos días para que lleguen las fechas de la conmemoración del inicio de nuestra guerra de Independencia y de nuestra guerra civil llamada Revolución. Oficialmente ha sido muy parca o casi nula la intervención gubernamental para celebrar el inicio de ambos acontecimientos que cimbraron las estructuras de nuestro país pero que al paso del tiempo, vemos con tristeza que muy pocas cosas han cambiado y muchas de ellas han empeorado, díganlo si no las condiciones de pobreza extrema (eufemismo por miseria) de mas de 40 millones de mexicanos.

Desde luego que ha habido cambios y muchos de ellos positivos, pero en suma, son múltiples y profundos los rezagos que tenemos en casi todos los rubros de nuestra existencia, a pesar de los esfuerzos, hay que decirlo, a veces bien intencionados de algunos mexicanos que piensan, sienten y quieren en función de nuestra gran nación.
Pero en nuestra modesta opinión el no prever, el no tomar las medidas necesarias para evitar futuros males, la falta de visión de Estado, la falta de políticas públicas para atender, de fondo, problemas ancestrales que venimos padeciendo, la falta de honestidad, la terrible corrupción y la consecuente impunidad, han hecho que las consecuencias sean terribles y catastróficas para nuestro pueblo.

Uno de los elementos constitutivos de la grandeza y fortaleza de los pueblos es, a todas luces, la educación, la preparación, la creación de la estructura básica de conocimientos y de principios elementales para conseguir la superación de los individuos y lograr su plenitud. Un pueblo con educación, difícilmente será manipulado o abusado en sus mas elementales derechos. Tenemos como ejemplo de cómo un deporte sano y competitivo como el fútbol se está utilizando por el dúopolio televisivo, como un elemento para tener estratosféricas ganancias por cobrar a empresas multimillonarias por anunciar sus productos durante la transmisión del Mundial de estos eventos, sin perjuicio de la parafernalia demencial que se ha creado con este motivo, llegando al extremo de crear expectativas poco realizables en las masas del posible triunfo mundial de su selección de fútbol. Todo ello también lleva consigo la intención de distraer a todos de los problemas que nos aquejan.

El problema educativo en México es grave y severo. Tiene mucho fondo pero tiene que atacarse por el principio. Hay un círculo vicioso que debe romperse desde varios puntos. Los sindicatos de maestros, las autoridades educativas, la motivación de los estudiantes, la infraestructura escolar, el presupuesto para este renglón y, sobre todo, la entrega plena y valiosa de todos los que intervienen en ello, para dejar de ser los rezagados en el concierto de las naciones y sacar adelante nuestra inteligencia, nuestra espiritualidad, nuestra generosidad y bonhomía, así como nuestra grandeza secular. México lo merece. O usted, previsor lector, ¿qué opina?



El contenido plasmado en este blog es producto de la reflexión de su autor, de sus colaboradores y de los pensadores que en él se citan. Cualquier semejanza con la realidad o alguna ficcón literaria, televisiva, psicótica paranoide o de cualquier otra índole es mera coincidencia

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