Del mando único...

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Por el Mtro. Rodrigo Juárez Ortiz


Se sabe que el emperador romano Calígula decía, palabras mas, palabras menos: Me gustaría que la plebe tuviera una sola cabeza y al cuestionarle el porqué, contestaba: para cortársela de un solo tajo.

Esto nos revela, de alguna manera, la vulnerabilidad que representa la unicidad en el mando de un cuerpo colectivo.

En efecto, atento a la reforma constitucional para incidir en el sistema penal mexicano, una de las áreas que necesitan actualización es la de seguridad pública y, dentro de ésta, todo lo concerniente a los cuerpos policíacos.

Al respecto, existe una polémica nacional nacida de la propuesta del Ejecutivo Federal para la integración de policías de mando único en vinculación a la reforma constitucional para implementar el mando único policial, en el cual el gobierno federal propone: “… un modelo policial consistente en contar con 32 policías estatales apoyados por una policía federal, a la cual se transfieren las funciones de seguridad pública municipal a una policía estatal, así como, la creación de fuerzas de proximidad municipales con funciones limitadas para atender los temas relacionados con faltas administrativas, inspección y bandos de buen gobierno”.

La Conferencia Nacional de Gobernadores (conago), se pronunció “… por la integración del mando único policial, constituyéndose para tal efecto una comisión especial con los gobernadores de Nuevo León y Jalisco, así como, la Secretaría de Gobernación, Secretaria de Seguridad Pública Federal y la Procuraduría General de la República, para que elaboren un diagnóstico integral que contemple diversos impactos que implica de orden económico, social, laboral, constitucional y jurídico, para ir transitando a la conformación de este propósito”.

Al respecto existen ventajas y desventajas para este proyecto, habida cuenta de que una bondad del mando único es que consiste en que se dotaría de equipamiento y toda la infraestructura técnica y armamentística menester para este propósito, sin perjuicio de que la coordinación entre las diferentes policías del país podría realizarse de una manera más expedita para lograr sus propósitos.

Sin embargo, se tiene la perspectiva de desventajas, que de alguna manera impedirían el propósito para el cual se crea la institución policiaca.

En efecto, se dice que los gobernadores quieren conservar el poder de mando sobre sus policías lo cual impediría la intención primera; así mismo los municipios aducen que les quitarían las facultades constitucionales que les competen para prestar los servicios municipales, sin perjuicio de que se atentaría con ello en contra del federalismo que tantas vidas de mexicanos costó para implantarlo en nuestro sistema jurídico político.

Como ejemplo baste mencionar que la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias, en el estado de Guerrero, demandó un total y completo reconocimiento de la Policía Comunitaria que opera en la Costa Chica y la Montaña, toda vez que tienen presencia en 70 pueblos de los 9 municipios en donde operan y su valía se demuestra en la disminución del índice delictivo en donde ejercen su función, o sea la policía comunitaria cumple su cometido, sin percibir salario, como consecuencia de una costumbre de sus grupos étnicos y que sus comunidades respetan.

Todos sabemos, lamentablemente, que organizaciones policiacas del país han sido penetradas por el narco y se requiere de una capacitación profesional muy especial para lograr cuerpos de policía que se dediquen realmente a la prevención del delito y si se tuviera un mando único hay quien opina que se correría el riesgo de que fuera corrompido, sin perjuicio de la cantidad enorme de reformas constitucionales y de leyes locales que se necesitarían para tal efecto.

Son muchas las objeciones que existen al respecto y el espacio no es suficiente para dar cuentas de todas; lo que si podemos afirmar el problema fundamental al respecto, se centra en la educación, en la preparación, en la estructuración académica, ética y técnica de nuestras policías, ya que es público y notorio que están mal pagadas que carecen de instrucción elemental, en muchas ocasiones, y no quieren arriesgar su vida si no tienen la capacitación y la convicción, así como la vocación para ejercer el ejercicio policial, ya que la prevención del delito se debe de dar aumentando la calidad en la educación de nuestros niños y jóvenes, en el aumento de instalaciones y campos deportivos, así como la estructuración ética y cívica de los educandos.

En suma el asunto está cuesta arriba. Y el estado que guardan nuestros policías, no es sino el reflejo de la sociedad que somos. O Usted, crítico lector, ¿qué opina?



El contenido plasmado en este blog es producto de la reflexión de su autor, de sus colaboradores y de los pensadores que en él se citan. Cualquier semejanza con la realidad o alguna ficcón literaria, televisiva, psicótica paranoide o de cualquier otra índole es mera coincidencia

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