De lo pendiente...

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Por el Mtro. Rodrigo Juárez Ortiz


Se ha hecho alharaca, jolgorio, fiesta, celebración de dos acontecimientos que resultaron trascendentales para la vida toda de nuestro país. Publicitados ad nauseam y repetidos “n” número de veces de tal suerte que para muchas personas han perdido significado y para otras, quienes desconocían bien a bien las efemérides correspondientes, han impactado y no precisamente en forma positiva, toda vez que las fuerzas oscurantistas del país (que en los últimos diez años se han despachado con la cuchara grande, auspiciadas obviamente por y desde el gobierno de la república), han tratado de desvirtuar los hechos heroicos, de gran valor, de patriotismo y de entrega a las causas nacionales, de nuestros verdaderos próceres e ínclitos personajes de nuestra historia patria.

En efecto, se trata del Bicentenario y del Centenario del inicio de la guerra de Independencia y de la Revolución, respectivamente.

Los festejos del Bicentenario, mal que bien, ya pasaron. Crearon mucha expectativa, se trató de superar lo hecho durante el Centenario en 1910, pero no se logró terminar con algunas obras programadas y los festejos, en honor a la verdad, fueron más costosos que lo logrado.

Pasado mañana, sí, este sábado, ya es 20 de Noviembre. Pero no es un aniversario mas, se trata del Centenario de la misma, en donde el gobierno federal, también se ha encargado de los preparativos para tal efecto, sin perjuicio de lo que cada entidad federativa y el Distrito Federal están haciendo para tan singular evento.

El Centenario del inicio del movimiento armado convocado por Don Francisco I. Madero quien sólo quería acceder a la vicepresidencia del país, que se respetara el voto popular y que no hubiera reelección, como la de Porfirio Díaz, quien se perpetuó en el poder desde 1876 hasta 1911, mediando un interinato y la “presidencia” de su compadre Manuel González.

Se inició, así, una revolución. Ya sabemos que la revolución, amén de sus connotaciones físicas o astronómicas, significa un cambio brusco y violento en la estructura social o política de un estado, generalmente de origen popular.
Asustado, tal vez, del alcance que adquirió el levantamiento de las clases menesterosas de este país, del infelizaje, fue víctima de la traición del llamado chacal Victoriano Huerta, quien en contubernio y dijérase dirección y patrocinio del embajador de los E.U.A. Henry Lane Wilson, porque se temía que no iba a continuar con el entreguismo total de las riquezas mineras, forestales y agrícolas, así como del petróleo que Díaz les había concesionado y vendido, en su caso, terminaron asesinándolo junto con su vicepresidente Pino Suárez.

No olvidamos que Carranza, gobernador de Coahuila, nombrándose Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, convocó al combate en contra de Huerta, siendo secundado por gente que no tenía antecedentes militares, pero sí deseos de hacer cambios que mejoraran las condiciones de vida de esa gran masa de desheredados que eran, básicamente los obreros y los campesinos.

Villa, Zapata, Obregón y otros tantos civiles se “metieron a la bola”, desde muy pequeños algunos, iletrados la gran mayoría, quienes “a río revuelto, ganancia de pescadores” lograron obtener grandes ventajas y ganancias con el acceso a los puestos de dirección gubernamental y a los grandes negocios que los volvieron multimillonarios, merced a la situación caótica en que se encontraba la república y la tan conocida y socorrida corrupción.

Después del triunfo carrancista, la Convención de Aguas Calientes que Carranza no respetó, vino la lucha por el poder, en algunos, así como la lucha por las verdaderas reivindicaciones sociales, en otros.

La contrarrevolución que significó la caída de Carranza y el ascenso de Obregón, inició otra etapa en el movimiento armado que devino en una guerra civil y, posteriormente, la institucionalización de la lucha emprendida por Calles.

Gobiernos van y vienen. Se crearon instituciones tuitivas para obreros y campesinos, sin embargo, es el momento en que el infelizaje se ha convertido en un verdadero lastre. Se ha convertido en millones de mexicanos en estado más que de pobreza, de miseria, la cual los obliga a la migración en donde son explotados y vilipendiados. Su condición de atraso, de ignorancia, de desnutrición crónica es verdaderamente lamentable. Tenemos como pueblo, como país, todos, una deuda histórica pendiente de cumplir con nuestro pueblo. Entonces tendríamos qué celebrar con justeza. O usted, pendiente lector, ¿Qué opina?



El contenido plasmado en este blog es producto de la reflexión de su autor, de sus colaboradores y de los pensadores que en él se citan. Cualquier semejanza con la realidad o alguna ficcón literaria, televisiva, psicótica paranoide o de cualquier otra índole es mera coincidencia

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