Por el Mtro. Rodrigo Juárez Ortiz
En relación con La Parota (presa hidroeléctrica que pretende construir la C.F.E. en terrenos conocidos como tal en el municipio de Acapulco), se ha desatado una polémica que hasta el momento ha impedido su construcción. Hay quienes están a favor y también quienes están en contra. Dentro de los primeros hay quienes afirman y tratan de convencer de que la construcción de dicha presa significaría:
1.- El proyecto de inversión más importante en la historia de Guerrero, con 11mil millones de pesos.
2.- La generación de más de 10 mil empleos directos e indirectos.
3.- El abastecimiento de agua para Acapulco durante loa próximos cincuenta años.
4.- La generación de mas de 900 MW (mega watts) de energía mas barata y sin contaminar.
5.- El detonador del desarrollo regional en los ámbitos agropecuario y turístico.
6.- Un embalse de agua seis veces mas grande que la bahía de Acapulco.
7.- El regreso y la convivencia familiar de cientos de guerrerenses que trabajan en otros estados y en los EUA.
Eso solo por mencionar algunos puntos positivos, lo cual, a todas luces, se evidencia como excelente, suena bien y resulta verdaderamente atractivo.
Hay, sin embargo, quienes se oponen a la realización de este proyecto, por ejemplo, el C.E.C.O.P. ( Consejo Estatal de Comuneros Opositores a La Parota) aduciendo que:
1.- Sí es cierto que dará energía, pero no agua como se dice.
2.- No serán sino empleos temporales, pero se afectará a 75 comuneros y a sus familias, propietarios genuinos de los terrenos, lo que va a provocar una diarrea migratoria (sic).
3.- No están de acuerdo y por eso desaprobaron los foros de consulta para conocer la voluntad de los distintos sectores intermediarios porque los que mas ingerencia deben tener son ellos porque son los que van a ser despojados de sus bienes por lo cual lucharemos- dicen.
De lo anterior resulta que se le ha dado una óptica y un tratamiento político al problema y no se ha visto de una manera globalizadora que comprende cuestiones migratorias, laborales, económicas, y otras mas, en especial las ecológicas, las ambientales.
Todo el mundo está de acuerdo en que si se les van a expropiar a 75 comuneros estas tierras, se les debe garantizar el pago justo por ellas y no que luego anden exigiendo su pago como ha sucedido en otras expropiaciones como el caso de la Autopista del Sol.
También se dice que esos 10 mil empleos no van a ser para la gente de aquí, sino para fuereños que traen las compañías constructoras y que inclusive traen a sus familias y viven en la obra negra como sucedió y sucede en las grandes construcciones de playa Diamante, echando por tierra la alharaca gubernamental de la generación de empleos que los locales nunca vieron.
Nadie conoce los proyectos para el empleo de los 75 comuneros y el destino de sus familias.
También los ambientalistas sostienen que las presas hidroeléctricas ya son obsoletas. Que su bondad, en su tiempo, ayudó un poco pero ahora se sabe que fueron grandes destructoras del medio ambiente, de la biodiversidad y rompieron gravemente el equilibrio ecológico. Sin perjuicio de que en los países donde se construyeron, ya no hacen mas y están eliminando las que existen.
También hay quienes opinan que se está dando un tinte populista a La Parota; que no ignoren que la C.F.E. envía el 30% de la energía al extranjero, en donde les está haciendo falta, como saben los tabasqueños; que ninguna mínima consideración ecológica ha sido tomada en cuenta y la presa de 7 o 9 veces el agua de la bahía de Acapulco, estaría en un lugar fragilísimo como es la tectónica Placa de Cocos que podría causar una catástrofe de proporciones inauditas que harían desaparecer gran parte de las costas.
Al margen de estos previsibles comentarios catastrofistas, se dice que esto va a ser un gran negocio para los políticos que intervienen en ello y en especial para la cementera número uno del país.
Como se trata de un asunto de gran envergadura que requiere de una visión objetiva y compleja, resulta de gran responsabilidad el resultado que emane de la Comisión Especial para la Investigación y Seguimiento de la Problemática Asociada al Proyecto hidroeléctrico “La Parota” de la Cámara de Diputados local, esperando que consideren todos los elementos menester para una decisión sabia y objetiva. El impacto de la obra lo requiere. O usted, objetivo lector, ¿Qué opina?
En relación con La Parota (presa hidroeléctrica que pretende construir la C.F.E. en terrenos conocidos como tal en el municipio de Acapulco), se ha desatado una polémica que hasta el momento ha impedido su construcción. Hay quienes están a favor y también quienes están en contra. Dentro de los primeros hay quienes afirman y tratan de convencer de que la construcción de dicha presa significaría:
1.- El proyecto de inversión más importante en la historia de Guerrero, con 11mil millones de pesos.
2.- La generación de más de 10 mil empleos directos e indirectos.
3.- El abastecimiento de agua para Acapulco durante loa próximos cincuenta años.
4.- La generación de mas de 900 MW (mega watts) de energía mas barata y sin contaminar.
5.- El detonador del desarrollo regional en los ámbitos agropecuario y turístico.
6.- Un embalse de agua seis veces mas grande que la bahía de Acapulco.
7.- El regreso y la convivencia familiar de cientos de guerrerenses que trabajan en otros estados y en los EUA.
Eso solo por mencionar algunos puntos positivos, lo cual, a todas luces, se evidencia como excelente, suena bien y resulta verdaderamente atractivo.
Hay, sin embargo, quienes se oponen a la realización de este proyecto, por ejemplo, el C.E.C.O.P. ( Consejo Estatal de Comuneros Opositores a La Parota) aduciendo que:
1.- Sí es cierto que dará energía, pero no agua como se dice.
2.- No serán sino empleos temporales, pero se afectará a 75 comuneros y a sus familias, propietarios genuinos de los terrenos, lo que va a provocar una diarrea migratoria (sic).
3.- No están de acuerdo y por eso desaprobaron los foros de consulta para conocer la voluntad de los distintos sectores intermediarios porque los que mas ingerencia deben tener son ellos porque son los que van a ser despojados de sus bienes por lo cual lucharemos- dicen.
De lo anterior resulta que se le ha dado una óptica y un tratamiento político al problema y no se ha visto de una manera globalizadora que comprende cuestiones migratorias, laborales, económicas, y otras mas, en especial las ecológicas, las ambientales.
Todo el mundo está de acuerdo en que si se les van a expropiar a 75 comuneros estas tierras, se les debe garantizar el pago justo por ellas y no que luego anden exigiendo su pago como ha sucedido en otras expropiaciones como el caso de la Autopista del Sol.
También se dice que esos 10 mil empleos no van a ser para la gente de aquí, sino para fuereños que traen las compañías constructoras y que inclusive traen a sus familias y viven en la obra negra como sucedió y sucede en las grandes construcciones de playa Diamante, echando por tierra la alharaca gubernamental de la generación de empleos que los locales nunca vieron.
Nadie conoce los proyectos para el empleo de los 75 comuneros y el destino de sus familias.
También los ambientalistas sostienen que las presas hidroeléctricas ya son obsoletas. Que su bondad, en su tiempo, ayudó un poco pero ahora se sabe que fueron grandes destructoras del medio ambiente, de la biodiversidad y rompieron gravemente el equilibrio ecológico. Sin perjuicio de que en los países donde se construyeron, ya no hacen mas y están eliminando las que existen.
También hay quienes opinan que se está dando un tinte populista a La Parota; que no ignoren que la C.F.E. envía el 30% de la energía al extranjero, en donde les está haciendo falta, como saben los tabasqueños; que ninguna mínima consideración ecológica ha sido tomada en cuenta y la presa de 7 o 9 veces el agua de la bahía de Acapulco, estaría en un lugar fragilísimo como es la tectónica Placa de Cocos que podría causar una catástrofe de proporciones inauditas que harían desaparecer gran parte de las costas.
Al margen de estos previsibles comentarios catastrofistas, se dice que esto va a ser un gran negocio para los políticos que intervienen en ello y en especial para la cementera número uno del país.
Como se trata de un asunto de gran envergadura que requiere de una visión objetiva y compleja, resulta de gran responsabilidad el resultado que emane de la Comisión Especial para la Investigación y Seguimiento de la Problemática Asociada al Proyecto hidroeléctrico “La Parota” de la Cámara de Diputados local, esperando que consideren todos los elementos menester para una decisión sabia y objetiva. El impacto de la obra lo requiere. O usted, objetivo lector, ¿Qué opina?
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