De la caricatura…

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Por el Mtro. Rodrigo Juárez Ortiz


El mismo día (domingo retropróximo) en que la ciudadanía del estado de Guerrero depositó su voto en las urnas para elegir al próximo gobernador, y nos dio una lección de civilidad al realizar los comicios en un clima de paz (a pesar de los vaticinios de una ineludible violencia auspiciada por una guerra sucia que se desarrolló concomitante a la liza electoral), en Inglaterra o si se quiere en el Reino Unido, en la conocidísima estación de la BBC, se desarrolló un programa televisivo llamado Top Gear en donde los conductores hicieron mofa de nuestro país y, obviamente, de los mexicanos.

Palabras mas o palabras menos se tomó como referencia el anuncio de un automóvil deportivo mexicano de marca Mastretta, y uno de los tres conductores inició diciendo que a quién le interesaría comprar un coche mexicano, ya que si bien los autos alemanes se caracterizaban por su potencia y adelantos técnicos y los italianos por su glamour y su llamativa presentación, los autos mexicanos – dijeron- solo van a ser perezosos, irresponsables, flatulentos, pesados, apoyados contra una cerca dormidos, mirando un cactus, con una manta con un agujero en el medio, como abrigo y que por esto no recibirían queja alguna, pues el embajador de México en ese país, se habría quedado dormido, con el control remoto en su mano yacente. Y de que la comida mexicana solo eran “ refritos asquerosos”. Por supuesto que cada comentario gozó de la hilaridad del público asistente. Como si la insípida y monótona comida inglesa fuera de gourmet.
Desde luego que eso motivó una respuesta inmediata, por escrito, de nuestro embajador, exigiendo a la BBC una disculpa pública, por considerar que en dicha emisión recurrieron a insultos escandalosos, vulgares e inexcusables para agitar sentimientos intolerantes contra el pueblo mexicano, entre otras sandeces que dijeron.

El quid del asunto está en considerar lo ocurrido como un insulto que agravia a todos los mexicanos o debe tomarse como una broma, como una caricatura basada en un estereotipo profundamente arraigado en la conciencia colectiva, siendo la caricatura la ridiculización de alguien o de algo.

Existen, por cierto, muchos individuos, incluso por su nacionalidad o grupo étnico, usados como molde, cliché, cartabón o estereotipo, v. gr.: en los países de predominancia blanca, se hace mofa de la estulticia de las rubias; o, en su caso, de la avaricia del judío, ya no digamos en nuestro país, sobre lo ignorancia de los gallegos (cuyo prototipo está magistralmente evidenciado por el papá de Manolito, personaje de Mafalda, caricatura genial de Quino); o sobre la “ codería” de los regiomontanos, en fin se trata de que estas imágenes han creado carta de naturalización en el imaginario colectivo, igual que la de un mexicano recostado sobre un nopal, cubierto con un sarape, un gran sombrero y durmiendo la “siesta”.

Desde luego que esta imagen está desvirtuada totalmente por la realidad, habida cuenta de que somos un pueblo trabajador, como se demuestra, entre otros, por la eficiencia demostrada por nuestros paisanos con su mano de obra e inventiva en los países a donde llegan buscando oportunidades de una mejor calidad de vida, así como también el pueblo gallego con su indiscutible capacidad o la inteligencia de muchas rubias, etc.

También existe el estereotipo de la flema británica adjudicada a su aristocracia, la cual es minoría en relación con el pueblo inglés. Hay que reconocer que la Gran Bretaña es, actualmente, una de las grandes potencias del planeta, con un poderío bélico y económico, indiscutibles, ganado, eso sí, con su política colonialista, la cual se ha caracterizado por su crueldad, su clasismo, su discriminación, su xenofobia, su explotación de los recursos humanos y materiales de sus excolonias (pero que ahora forman la Commonwelth), su esclavismo, así como su piratería ancestral (siendo famosos sus corsarios, instituidos como tal por la reina Isabel I ), colonialismo cuyo apogeo se da con el imperio encabezado por la reina Victoria y que todavía hace soñar a millones de ingleses que creen que todavía existe. Sin embargo sus actitudes xenofobas e imperialistas subsisten, no interesándose por nada que no sea británico, pero las grandes masas de su población todavía padece de ese clasismo así como de una gran ignorancia, díganlo si no su proclividad a los tabloides amarillistas, las vulgaridades de sus obreros o la rusticidad de sus campesinos (como en todo el mundo) y sus huestes inmensas de jóvenes desquiciados, apáticos, desorientados, violentos y en número alarmante, drogodependientes. Ahí están los “punks”, sobresaliendo los “hooligans”, verdaderas hordas de salvajes, fanáticos del futbol que destrozan todo a su paso cuando su equipo pierde. En resumen, ¿se toma como broma o como afrenta? O usted, dubitativo lector, ¿qué opina?

1 Comentario:

Mª Ascensión dijo...

Desde luego que hicieron comentarios intolerables y xenófobos. Su comida sí que es basura. Las estadísticas de "gordos" lo demuestran.



El contenido plasmado en este blog es producto de la reflexión de su autor, de sus colaboradores y de los pensadores que en él se citan. Cualquier semejanza con la realidad o alguna ficcón literaria, televisiva, psicótica paranoide o de cualquier otra índole es mera coincidencia

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