De la intolerancia

Por el Mtro. Rodrigo Juárez Ortiz


Una vez mas la intolerancia, la ignorancia, la necedad, la estulticia y la cerrazón, basados en una supuesta entelequia, así como la falsa creencia de una superioridad étnica ha sentado sus reales en un pueblo creado en la fusión y razas de todas las latitudes del planeta: los EUA.

Compuesta su población de individuos llegados de diferentes partes del mundo, los cuales han demostrado con su trabajo y disciplina niveles de superación a pesar de no estar en sus lugares de origen, y por descender de los primeros colonos ingleses, “hombres blancos y barbados”, estos últimos han pretendido una hegemonía y superioridad absurdas, y extremas, dentro de un fascismo verdaderamente intolerable al tratar de acabar, de aniquilar a las minorías étnicas que actualmente pueblan a su país.

Es de todos conocida la génesis de este pueblo, así como su desenvolvimiento. Sus actitudes racistas y jingoístas, no quedan a la zaga de su imperialismo, su ambición sin límites, sus conquistas militares, siempre abusivas, extremas, y atentatorias , en extremo, de los mas elementales derechos humanos de los pueblos vencidos, para quitarles sus recursos naturales, para después vendérselos con un valor agregado, ante lo cual no paran mientes en quitar a su antojo a los gobiernos legítimamente constituidos por sus pueblos, cuando aquéllos no se pliegan a sus abusivas ambiciones las mas de las veces mezquinas y utilitaristas, dentro del mas cruel y excesivo capitalismo a ultranza.

La parte mas auténtica y sin prejuicios de la raza humana, o sean los jóvenes ya están dando muestras de un rechazo total a las políticas de los dueños del dinero, los banqueros y están demostrando, en su propio país, en el corazón financiero de Wall Street su repudio y su hartazgo a las ambiciones sin límites en aras del cada vez mas creciente enriquecimiento de estas aves de rapiña, a costa del hambre y la miseria de millones de seres humanos en el planeta, lo cual los tiene sin el menor cuidado.

Pero ahora resulta que en el estado de Alabama, en donde hace cincuenta y siete años se dio una batalla por la desaparición de las leyes segregacionistas en contra de los negros y la Suprema Corte de Justicia de ese país, en un histórico fallo le dio fin a tan ignominiosa legislación, ahora resulta que vuelve a las andadas pero en contra de las personas de origen latinoamericano, peyorativamente llamados “hispanos”.

Creen tener sus razones: acabar con la inmigración indocumentada ( a la cual han criminalizado), desaparecer los costos que les infligen en materia de educación y de salud, pero sobre todas las cosas, el no soportar que personas a quienes consideran racialmente inferiores, convivan con ellos, de ahí la promulgación de la ley llamada HB56 del 28 de Septiembre retropróximo, la cual permite a la policía solicitar la documentación a cualquier sospechoso de ser indocumentado para comprobar su legal estancia en el país (los latinos son inconfundibles); así como en las escuelas pedir su estatus migratorio a los estudiantes, así como que cada inmigrante debería portar una identificación que probara su permanencia legal en el país. Como en Arizona. No olvidemos que de los 11 millones de indocumentados que viven en ese país, 130 mil vivían en Alabama, los cuales ya huyeron para evitar ser tratados como criminales, sin perjuicio de que los artículos 10 y 28 de esta ley, ya fueron bloqueados por un juez federal hace dos semanas.

Tal vez los gringos estén en su derecho, pero resulta contradictorio que se pretendan ostentar como los paladines de los derechos humanos, cometiendo este tipo de abusos, como separar a los hijos nacidos allá, de sus padres indocumentados o privarlos de educación y servicios de salud a pesar que de los ínfimos sueldos que les pagan les quitan los impuestos correspondientes. La iniquidad es obvia y los abusos también. O usted, ecuánime lector, ¿qué opina?