Por Sergio A. Amaya Santamaría
guedejas brunas que me embrujaron,
vivo el placer de poder amarte
y vivo la vida como un destello.
Tus ojos negros, de negro intenso,
brillantes luces de la obsidiana,
mi amor crece cada mañana,
dando a mi vida luz y descanso
Bella morena, tu piel destella
al ser tocada por la alborada,
tú la perfumas, piel de canela,
tu cuerpo brilla, como una estrella.
Tierra morena, cual tu hermosura,
los dioses te modelaron de fino barro,
cómo deseara ser alfarero
y modelarte poquito a poco, con mi dulzura.
Mujer morena, mujer de tierra,
mi dulce amante de miel dorada,
tendrás mi alma siempre atrapada,
para adorarte mi vida entera.
14 de Mayo de 2011 - Ciudad Juárez, Chih.
1 Comentario:
Este poema no lo conocía... Muy bien! Me agradó.
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