De la hipérbole...

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Por el Mtro. Rodrigo Juárez Ortiz


Cuando ingenuamente creímos que la siniestra, machacante, insulsa, vacua, demagógica y espeluznante verborrea que padecimos durante todo el tiempo que duraron las campañas “políticas” como radio escuchas y televidentes ya se habían acabado, resulta que ahora “la araña ataca de nuevo” y, una vez mas, nos sentimos victimizados, vilipendiados, abusados, y sometidos a otra verborrea similar en estulticia, vacuidad , repetitiva y abusiva de la paciencia y de un elemental nivel cultural de nuestro pueblo.

Obviamente nos referimos a la gran mayoría de aquellos a quienes les pagaron sus viáticos (y que obviamente tienen que desquitar) para reseñar los eventos de la actual olimpíada celebrándose en Londres, capital del Reino Unido, o Inglaterra, o las Islas Británicas, o Gran Bretaña o como quiera llamarle. Nos referimos a todos aquellos que han sido engañados por el “brujo” y les ha hecho creer que son locutores, comunicadores, cronistas, reporteros, periodistas y sígale contando. Aquellos que creen que por tener un micrófono a la mano ya están calificados para usarlo responsable y eficazmente.

Como muestra basta un botón:

Cuando hace unos días se inauguraron los Juegos de la XXX Olimpíada de los Tiempos Modernos, las personas que en español vía nuestros medios de comunicación nos reseñaron el evento, tal vez pensando que estaban inventando la pólvora o el agua hervida, nos invadieron con una verborrea digna de cualquier merolico de una de nuestras plazas públicas y tratando, tal vez, de quedar bien con los anfitriones no solo usaron, sino abusaron de la hipérbole, entendida ésta como figura retórica consistente en deformar la realidad exagerándola, así como del grado superlativo, en todos los adjetivos calificativos que conocen. y que tal vez por su evidente ignorancia, confundieron o no conocen el superlativo súper regular.

Es el caso que quisieron reseñar con una supuesta erudición acerca de los ingleses y de Londres (que casi los equiparaban con los hijos de Dios convertidos en gente) tan celebrado evento que realmente se escuchó grotesco por exagerado e incompleto, en todo caso, de información.

Es decir, que sin mengua del valor y relevancia que como pueblo han adquirido los ingleses y que Londres es una ciudad capital con su valores estéticos e históricos relevantes, como cualquier capital europea, los cronistas omitieron el otro lado de la medalla privándonos de una información objetiva y completa al respecto, habida cuenta de que los ingleses o británicos es público y notorio, como un hecho histórico inconcuso, que se ha caracterizado por ser un pueblo clasista(véanse sus ejemplares como sus tesoritos llamados hooligans, temidos por su salvajismo demostrado en los partidos de futbol en donde quiera que se presentan, así como sus cockneys del Este de Londres con su mismo dialecto, equivalente a nuestros tepiteños, en contraste con sus clases medias urbanas o su rancia aristocracia, de la cual son devotos) ; imperialista (como lo ha demostrado su actitud milenaria y que siguen soñando con el imperio, a pesar de que éste ya se esfumó, sin perjuicio del Commonwealth, creado con sus antiguas colonias); colonialista (como lo demuestran sus colonias en Asia, África, América y cuyos latrocinios se muestran en el famoso British Museum) ; esclavista (propagadores de tan nefasta institución que es una verdadera vergüenza para el género humano y que en las islas del Caribe están sus mejores evidencias, así como en el Sur de los E.U.A.) y podríamos seguir por el estilo.

Es el caso que la tan cacareada inauguración por parte de los “jilgueros” televisivos, a pesar de contar con algunos elementos rescatables, quedó a la zaga y sin superar de la ceremonia inaugural de los juegos de la Olimpíada de Beijing.Y en la misma reseña histórica de sus pueblo, no paran mientes en mostrar lo desastrosa que ha resultado para Occidente la tristemente célebre Revolución Industrial.

Tal parece que no nos hemos salvado de la apabullante verborrea de los medios audiovisuales. Tengamos paciencia o apaguemos los receptores. Es lo justo O usted, apabullado lector ¿qué opina?



El contenido plasmado en este blog es producto de la reflexión de su autor, de sus colaboradores y de los pensadores que en él se citan. Cualquier semejanza con la realidad o alguna ficcón literaria, televisiva, psicótica paranoide o de cualquier otra índole es mera coincidencia

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