Del inmortal...

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Por Rodrigo Juárez Ortiz


Hace unos días se recordó el aniversario luctuoso (de un 18 de Julio pero de 1872) de uno de los personajes mas auténticos, preclaros, visionarios, patriotas y verdadero luchador social de nuestra nación el ínclito, epónimo, heroico y Benemérito de las Américas Don Benito Pablo Juárez García, mejor conocido por todos como Don Benito Juárez, político auténtico y verdadero jurista, así como estadista con real y positiva visión de Estado.

Para evaluar su grandeza basta por hacer un recorrido por el entorno en donde nació, creció, desarrolló su egregia figura y murió (solo físicamente), para tener conciencia plena de su gran valía, de sus grandes aportaciones a las causas legítimas de la República y, por ende, de los mexicanos, en la lucha incesante por alcanzar una estructura jurídica y política, como andamiaje fundamental para construir una democracia de la que actualmente empezamos a disfrutar en nuestro país, a pesar de todo el lastre que históricamente venimos arrastrando por parte de aquellos intereses mezquinos y retardatarios de las fuerzas mas obscurantistas, retrógradas y eternamente anhelantes por seguir usufructuando, a placer, de los privilegios que precisamente Juárez y la pléyade de ínclitos personajes de la Reforma les impidieron seguir realizando merced a la Constitución de 1857 y las Leyes de Reforma. En suma uno de los mejores, si no el mejor Presidente (así con mayúscula) que ha tenido México, a pesar del zafio ex -presidente Fox, quien pretende adjudicarse, unilateralmente tal título que jamás le dará la historia, sino todo lo contrario; este último pretendió tratar de tapar el sol con un dedo al sacar de Los Pinos el retrato de Juárez, mandarlo a la Secretaría de Gobernación y tampoco el panista Calderón lo restituyó (prejuicios decadentes) a su lugar original, regreso del cual está pendiente la nación con este cambio de gobierno federal, lo cual evidencia su pequeñez y ruindad.

Y este folclórico personaje (Fox) pretende descalificar al inmortal Juárez, achacándole el Tratado MacLane- Ocampo, (injusto y abusivo por parte de los E.U.A.) que tuvo que firmarse por cuestiones estratégicas y que por fortuna no se cumplió en todas sus absurdas pretensiones.

No es quitando un cuadro o despotricando en contra del Benemérito como se podrá tratar siquiera de opacar su grandeza, tampoco le hace mella la actitud de revanchismo y descalificaciones auspiciados por el clero, quienes se vieron afectados en sus inicuos privilegios usufructuados durante trescientos años que duró la ocupación española ( y que siguen usufructuando aun con menores privilegios), no obstante su intervención directa y su patrocinio a la llamada Guerra de Tres Años, la cual tuvo que combatir y ganar Juárez y sus correligionarios, quedando el país altamente endeudado, para después tener que combatir al ejército francés que venía a reclamar el pago de la deuda y a imponer a un Emperador solicitado por un grupo de traidores también apoyados por dicho clero, lo que motivó a que el gran Juárez tuviera que cambiar constantemente la sede del gobierno que representaba, haciendo valer el imperio de la ley, premisa a la que siempre sujetó sus actos públicos.

Es cierto que toda comparación es odiosa y en la especie ni siquiera cabe la comparación entre el héroe y el pedestre ex presidente, el cual ahora pretende influir ( con un cómplice que fue acusado de fraude y que estuvo prófugo de la justicia hasta que ahora prescribió la acción penal en su contra), para la legalización de la marihuana en un simposyum muy desangelado, por cierto, todo ello según nos reportan los medios.

Por todo ello resulta insensato, fuera de lógica y de razón la pretensión calenturienta de quien pretende ostentarse como el mejor presidente de México y mejor que el ínclito Benito Juárez, lo que evidencia una auténtica insensatez, equivalente a tratar de comparar el tenue y fugaz brillo de una luciérnaga con el brillo radiante, espectacular y grandioso del sol.

Juárez siempre será inmortal y trascenderá por su honradez acrisolada, su heroísmo, su visión de estadista, su patriotismo, su entrega a las causas de los desvalidos y por su inquebrantable respeto a la ley. O usted, convencido lector, ¿qué opina?



El contenido plasmado en este blog es producto de la reflexión de su autor, de sus colaboradores y de los pensadores que en él se citan. Cualquier semejanza con la realidad o alguna ficcón literaria, televisiva, psicótica paranoide o de cualquier otra índole es mera coincidencia

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