¿De cuál Constitución…?

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Por Rodrigo Juárez Ortiz


Hemos repetido, ad nauseam, que la historia de México, si se observa con detenimiento, no es otra que la historia de sus Constituciones.

En efecto, recordemos que después de trescientos años de dominación española, que terminó formalmente en 1821, pero cuyos efectos devastadores persisten y padecemos todavía hoy en día ( racismo, discriminación, clasismo, ignorancia, fatalismo, fanatismo religioso, marginación, abusos hacia las clases mas vulnerables, desequilibrio brutal en la distribución ( ¿? ) de la riqueza ) y sobre todas las cosas, una enorme, profunda, execrable corrupción, acompañada de su hermana gemela, la impunidad, entre otras herencias siniestras de esos tres siglos de hispanidad, lacras que subsisten, al margen de, también, el pase al mundo de la cultura occidental, cuyo precio del boleto fue terriblemente oneroso.

De esta guisa nace la necesidad de estructurar, jurídica y políticamente, al país en ciernes y se desarrollan dos fuerzas diametralmente opuestas, por un lado los hombres del porvenir, los visionarios, los que querían estructurar y sentar las bases de un país en donde se desterraran los vicios y los abusos de los poderosos de entonces, los ricos, el alto clero y los militares y por el otro, estos últimos luchando por mantener sus prerrogativas y canonjías.

De esta suerte ya desde 1813, el ínclito prócer de la Patria, Don José María Morelos y Pavón convocó en Chilpancingo al Primer Congreso de Anáhuac, en donde presentó el ideario llamado Sentimientos de la Nación el cual, a su vez sentó los pródromos de la Constitución de Apatzingán de 1814, que fue la primera Constitución del México independiente, aun cuando se le da el carácter de prístino a la Constitución de 1824, fecha en que se radicalizan las posiciones entre grupos que se convirtieron en antagónicos ante la perspectiva de crear los fundamentos jurídico-políticos de una nueva nación, unos, luchando para crear un país republicano y liberal, en donde se abandonara el histórico centralismo el cual fue causa de enormes abusos y gigantesca concentración del poder en detrimento de las grandes mayorías de la población, y otros, los extremistas luchando por no perder sus privilegios y canonjías tratando de hacer un documento constitucional de corte centralista y conservador. Por fortuna la Constitución de 1824 fue de corte federalista, pero la insistencia de los conservadores logró hacer dos nuevas constituciones de corte centralista, la de 1836 y las Bases Orgánicas de 1842 las cuales propiciaron el empoderamiento de uno de los personajes mas siniestros de nuestra historia: Santa Anna, el cual fue derrocado por la Revolución de Ayutla en 1854, movimiento que propició la promulgación de la Constitución Federal en un 5 de Febrero de 1857, la cual sentó las bases para las necesarísimas Leyes de Reforma instauradas por esa pléyade de héroes y próceres visionarios, encabezados por el gran indio de Guelatao Don Benito Juárez García, que quitaron al alto clero católico, las grandes riquezas que en tierras y propiedades rurales y urbanas detentaban y poseían sin darles un uso de carácter social como deberían de hacerlo, dado el carácter pío con el que se ostentan.

Esta Constitución federal fue reformada y adicionada por la que fue promulgada también un 5 de Febrero, pero de 1917 y cuya entrada en vigor fue el 1o. de Mayo de ese año.

Considerando la gran cantidad de reformas y adiciones que ha tenido esta Constitución, entonces surge la inevitable pregunta ¿A cuál Constitución estamos celebrando ?, ya que resulta evidente que no es la misma que la del 17, habida cuenta de que los cambios bruscos de timón que han tenido los “gobiernos” de este país, en donde la figura del presidencialismo sigue siendo fundamental, cada uno la modifica a modo para poder instrumentar sus políticas personales, , lo cual ha permitido que la actual Carta Magna esté llena de aberraciones y contradicciones, empezando desde la política de la contrarrevolución instaurada por Obregón, incluyendo su reelección, el amparo agrario alemanista y la debacle con reformas constitucionales del mas puro neoliberalismo de Salinas y quienes le siguieron, hasta la lamentable y triste historia de la docena trágica panista con sus desgobiernos auspiciando, una vez mas, la revancha de las fuerzas mas retardatarias y retrógradas del país, con reformas estructurales que ahora, con el apoyo del prian se están llevando al cabo, de una manera muy desaseada, por cierto, ya que de una manera vertiginosa se aprobaron, a finales del año pasado, reformas a la Constitución que si bien son necesarias para lograr un cambio que debería beneficiar a México y su pueblo, en realidad significan un entreguismo al capital extranjero, con el obvio beneplácito y júbilo de éstos en una absurda e inoperante reafirmación del nefasto neoliberalismo.

¿A cuál Constitución estamos celebrando si la del 17 ya perdió su ideología nacionalista y social? Y las leyes reglamentarias de estas reformas, se teme, seguirán la misma tendencia, lamentablemente. O usted, impactado lector, ¿qué opina?



El contenido plasmado en este blog es producto de la reflexión de su autor, de sus colaboradores y de los pensadores que en él se citan. Cualquier semejanza con la realidad o alguna ficcón literaria, televisiva, psicótica paranoide o de cualquier otra índole es mera coincidencia

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