Del símbolo...

Por Rodrigo Juárez Ortiz


Es connatural, desde siempre, que los seres humanos recurramos a los símbolos como representaciones de algo, v. gr.: pertenencia a algún territorio, a alguna nación, a algún clan o familia, a alguna agrupación de tipo deportivo, social, económico, etc., de tal suerte que le adjudicamos a los símbolos una característica de representación de esas realidades.

Es decir, que en términos generales, entendemos a los símbolos como signos figurativos que representan a algo abstracto que es la imagen de una cosa y de ahí creamos términos como simbolismo cuya significación es la de un sistema de símbolos que expresan una creencia o simbólico que quiere decir lo relativo al símbolo o lo expresado por medio de él.

De esta guisa hemos hecho sellos, efigies, escudos, cantos, himnos, banderas, los cuales tienen una significación muy especial y profunda de algo, para aquellos que lo sienten especialmente.

Toda esta simbología merece nuestro respeto, pero de una manera muy especial, aquella que representa a toda una nación, a un país, a toda una comunidad de seres humanos con una idoneidad de lenguaje, de usos, costumbres, historia, religión, que les son comunes y que no importe quien sea, en donde esté o qué haga, finalmente esos símbolos lo van a caracterizar con un denominador común que, en este caso sería su nacionalidad.

Y los símbolos nacionales de un país deben respetarse no solo por los nacionales de ese país, sino de parte de todo ser humano que se digne de serlo.

De esta suerte nosotros tenemos en México una norma jurídica que se llama Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacionales que nos habla y obliga a respetar y nos indica cómo usar estos símbolos, así como el protocolo a seguir para dicho uso y vale la pena conocer en este rubro el contenido del Art. 1º. que dice: “ El Escudo, la Bandera y el Himno Nacionales son los Símbolos Patrios de los Estados Unidos Mexicanos”, así como de los artículos del 7º.al 37 que nos hablan sobre la Bandera y en especial el Art. 10 de esta ley que a la letra dice: “ El 24 de febrero se establece solemnemente como el Día de la Bandera. En este día se deberán transmitir programas especiales de radio y televisión destinados a difundir la historia y significación de la Bandera Nacional. En esta fecha los poderes de los tres órdenes de gobierno realizarán jornadas cívicas en conmemoración, veneración y exaltación de la Bandera Nacional”. (Reformado D.O.F. 20 –X- 2007). Todo ello viene a colación porque el lunes 24 retropróximo celebramos la efeméride mencionada (123 años) y si bien algunos conocemos la génesis de nuestro lábaro patrio, es vergonzoso y vergonzante que una gran mayoría de nuestro pueblo desconoce y en especial los guerrerenses, a pesar de haber sido en la ciudad de Iguala de la Independencia donde nació nuestra enseña patria. A pesar de todo, nos resulta denigrante que haya personas que por creencias religiosas no rindan el culto menester a nuestro lábaro nacional aduciendo que solo es un pedazo de tela, desconociendo por completo el significado, vamos, el simbolismo que conlleva y que nos concierne a todos los mexicanos.

Como también resulta ignominioso que en eventos musicales o deportivos un participante que sea mexicano utilice la bandera como si fuera en representación de nuestro país, o como nos han pasado videos de un festival de música tropical en Veracruz como a un cantante (creo extranjero) le acercan una bandera nacional y después de arrastrarla y secarse el sudor (en su actuación) la tira en el escenario y lo mismo se vio a una cantante mexicana que vive en E.U.A. creo de nombre Thalía en una actuación reciente haciendo lo propio. ¿Qué no hay autoridades que se encarguen de eso, es decir, que hagan cumplir la ley en lo relativo a la veneración y exaltación? Urge educarnos cívicamente. O usted, patriota lector, ¿qué opina?