Del significado...

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Por Rodrigo Juárez Ortiz


Que bueno que ahora los tres órdenes de gobierno celebraron con bombo y platillo el aniversario de la proclamación del Plan de Ayutla el retropróximo 1º. de Marzo del año en curso, conmemorando que un día como ése pero de 1854, en una población del estado de Guerrero llamada actualmente Ayutla de los Libres, los próceres (ellos sí) Florencio Villareal, Juan Álvarez, Ignacio Comonfort, ( (estos dos últimos lo redactaron en la hacienda de La Providencia, propiedad del primero), Trinidad Gómez, Diego Álvarez, Tomás Moreno y Rafael Benavides proclamaron, dijimos, un Plan que declaraba (entre otros), nada mas y nada menos que la destitución de Antonio López de Santa Anna como comandante del Ejército y como titular del poder Ejecutivo, destitución que se extendía a los funcionarios que habían desmerecido la confianza que les otorgó el pueblo.

Hasta ahí íbamos bien pero resulta que cuestionando a gente en nuestro entorno y, en especial a jóvenes, al preguntarles qué se celebraba en dicho día, aterran las respuestas de éstos, ya que éstas coincidían en un NO SÉ generalizado, llegando al extremo de algunos que tampoco sabían de la existencia de dicha población y mucho menos cuál es su ubicación. Obviamente resultaría inconcuso saber que ante los cuestionamientos de qué fue lo que originó dicho Plan y cuáles fueron sus consecuencias, la coincidencia de la respuesta fue también abrumadora, un rotundo NO SÉ.

Al respecto valdría recordar que después de la guerra (1846-1848) en que el expansionismo gringo hizo que aumentara su territorio a costa de mas de la mitad del nuestro del que nos despojaron, todavía el nefasto Santa Anna les vendió el territorio de La Mesilla, pero regresando al poder, apoyado por las fuerzas mas reaccionarias y conservadoras del país, evidenció una prepotencia y autoritarismo excepcionales, al grado de hacerse llamar Alteza Serenísima, así como aumentar los impuestos gravando ridículamente el número de ventanas de las casas, solo por mencionar uno.

No olvidemos que después de 1821, año en que firmamos nuestra independencia de España, durante todo el siglo décimonónico tuvimos revueltas, motines, asonadas, guerrillas, planes y un sinfín de acciones que tenían un denominador común que era determinar, de una vez por todas, el tipo de país que queríamos. Al respecto se dividió ideológicamente la nación estando por un lado los “conservadores” o “centralistas” auspiciados por la alta clerecía de la iglesia Católica, los potentados y la milicia, y por el otro los “liberales” o “federalistas” quienes ambos, luchaban por acceder al poder para instaurar su ideología, lo que hizo que se confrontaran ambos bandos.

La consecuencia del triunfo del Plan de Ayutla, fue la disyuntiva entre un gobierno centralista u oligárquico o uno federalista y democrático, en una sociedad fundado en la razón y la libertad ajena a cualquier dogma religioso, pues insistió la reacción a sostener la omnipotencia de la religión católica como verdad absoluta y único lazo de unión entre los mexicanos, entendiendo ellos al Estado como brazo ejecutor secular del dogma católico en la sociedad, así como su exigencia e intolerancia de elevar a rango constitucional la incorporación del credo católico, con la exclusión de todos los demás. Además los conservadores sostenía que la estratificación social existente era producto de la inevitable desigualdad social, y que sin excluir los deberes de humanidad hacia las clases mas desposeídas, no deberían tocarse los privilegios heredados de las clases consideradas superiores, ergo, los cargos públicos y las instituciones debían ocuparse por quienes tuvieran patrimonio e ilustración suficientes.

Y los liberales, a pesar de ser católicos, no fanáticos, tenían como deberes el generar una sociedad fundada en la razón y la libertad y por ende, ajena a cualquier dogmatismo religioso contrario a la libertad de conciencia. Así, además de la caída del tirano, la otra consecuencia del Plan de Ayutla fue la convocatoria del Congreso Constituyente en 1856 y que promulgó la Constitución liberal de 1857.donde una pléyade de patriotas mexicanos antes y después crearon leyes que separarían a la iglesia del Estado y que, lamentablemente, nuestros “próceres” actuales se pasan por la entrepierna sin disimulo alguno. Recordemos cómo nace el estado mexicano y qué lado de la geopolítica ocupa. O usted, convencido patriota lector, ¿qué opina?



El contenido plasmado en este blog es producto de la reflexión de su autor, de sus colaboradores y de los pensadores que en él se citan. Cualquier semejanza con la realidad o alguna ficcón literaria, televisiva, psicótica paranoide o de cualquier otra índole es mera coincidencia

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