Del lenguaje...

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Por Rodrigo Juárez Ortiz


En términos generales todos tenemos una idea, más o menos clara, de lo que el lenguaje es. Sin embargo, si nos acercamos a los que saben, nos dicen que el lenguaje es cualquiera de los sistemas que emplea el hombre para comunicar a sus semejantes sus sentimientos o ideas y por lengua se entiende al conjunto o sistema de formas o signos orales o escritos, sonidos o gestos que poseen un significado que les hemos dado.

Desde luego que el lenguaje, la lengua, forman parte indubitable de la identidad de un grupo o de todo un pueblo, incluso de toda una nación. Merced a ello, se tiene como una herramienta de comunicación de pensamientos, sentimientos, voliciones y como parte indiscutible de las acciones correspondientes.

En suma, concomitantemente a la ideología, usos, costumbres, hábitos y demás particularidades de un pueblo, insistimos, es el lenguaje un elemento característico que le da identidad e incluso un sentido de pertenencia a toda una nación.

Es obvio que éste, a través del tiempo, sufre de modificaciones, alteraciones, incluso de tergiversaciones y desapariciones por falta de uso de una cantidad considerable de vocablos, sin perjuicio de la adquisición de neologismos (galicismos, italianismos, anglicismos, etc.) que ahora, en virtud de una inevitable globalización, han invadido el habla de nuestros países, especialmente aquellos que imponen a sus adelantos tecnológicosy cuya terminología aún no tiene traducción en la lengua de los países avasallados por esta tecnología.

De esta guisa, es obvio que los anglicismos se llevan el primer lugar y no precisamente por la lengua de los ingleses, sino por “ el gabacho”, quienes no solo apabullan en el idiomapor la tecnología, sino porque se han diseminado en todas las áreas posibles, v.gr.: el cine, la nefasta televisión ( con sus muy honrosas excepciones), cuyos contenidos de violencia, vulgaridades en el uso del lenguaje; y la difusión de la óptica (muy sui generis) de su modo de vida; las canciones (que casi nadie entiende por abundar el caló, pero las cantan), todo ello impregnado de sus modismos y que en muchísimos casos ya se traducen literalmente a tal grado que, así traducidos, además de cacofónicos, resultan con sentidos incomprensibles.

No olvidamos, desde luego, el impacto brutal de las redes sociales vía el ordenador, el cual tiene la asombrosa capacidad de comunicar, en segundos, todo tipo de lenguaje, incluyendo el visual, no solo el auditivo, sin olvidar, claro está el teléfono móvil y cuyo muy especial lenguaje hace que al tratar de castellanizar los términos usados en inglés, resultan unos híbridos verdaderamente execrables, ya no digamos cuando, además, se abrevian.

Entiendo que a falta de una palabra en nuestra lengua que designe a otra, o sea un neologismo, es perfectamente válido usarlo, pero cuando sí existe una palabra en nuestro idioma que sí resulta la traducción correcta del anglicismo(en su caso) y no se usa nuestra palabra, entonces estamos frente a un pochismo siniestro, deleznable y causa pena ajena oír a muchos connacionales expresarse con estos pochismos, a pesar de que con trabajos hablan español y lo triste es que esto sucede en todos nuestros niveles socio económicos y culturales, lo cual evidencia una pérdida paulatina de nuestro idioma( ya minimizado porque la gente no lee y no adquiere ni practica un vocabulario suficiente), vamos, en términos generales nuestra gente no sabe hablar, no sabe leer y no sabe escribir ( especialmente una cantidad inconmensurable de jóvenes), pero sí usa, ad nauseam, toda la jerga del lenguaje gringo, tanto en ese “ dialecto” como traducido al español.

A pesar de todo, todavía, con grandes dificultades se puede tratar de soportar tales desaguisados en contra de nuestra lengua, cuando se trata de particulares, pero lo que es inconcebible y a todas luces imperdonable, es que en el lenguaje oficial, o sea en tratándose de organismos públicos (ignorando que el idioma oficial en nuestro país es el español) se use un idioma que no sea el nuestro y como cerecita del pastel, además de que nuestros “próceres” usan la gringada de “bullying” en lugar de acoso escolar, ahora en el Parque Papagayo, que corresponde a un organismo del estado, le han puesto a su personal un chaleco que dice, literalmente, con grandes letras blancas en fondo obscuro “ staff zoo”. Pácatelas. Entonces les pregunté a cada uno de los trabajadores que me encontré en el parque si sabían qué quería decir esa leyenda y todos, obviamente, ignoraban el significado, solo dijeron que en el parque aledaño con juegos mecánicos así le habían dado a su personal chalecos con esa leyenda .Me doy. Enriquezcamos nuestro lenguaje en vez de deteriorarlo con gringadas. O usted, hispanoparlante lector, ¿qué opina?



El contenido plasmado en este blog es producto de la reflexión de su autor, de sus colaboradores y de los pensadores que en él se citan. Cualquier semejanza con la realidad o alguna ficcón literaria, televisiva, psicótica paranoide o de cualquier otra índole es mera coincidencia

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