Construyendo caminos nuevos

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Por Fernando Reyes Baños



Vayamos al grano: la masculinidad actualmente, ¿está en crisis? No, la masculinidad no está en crisis, lo que está tambaleándose es el modelo hegemónico que la ha conformado hasta ahora. Esto, obviamente, representa un paso previo e inevitable para que los hombres de hoy asumamos nuevas formas de ser masculinos.

El momento que muchos hombres estamos viviendo ahora nos coloca ante una aparente encrucijada: vivir el desconcierto de cómo tratar hoy a las mujeres y definir el papel que nos toca interpretar durante esta etapa de transición. Obviamente, las cosas nunca son fáciles: se ha previsto desde hace tiempo (y, de hecho, se vive desde entonces) una fricción acérrima entre valores antiguos y nuevos. Justamente se apela a esta clase de choque para explicar algunos problemas que se han presentado en hombres “rezagados” en la transición referida como podrían ser, por ejemplo, despuntes estadísticos que hacen notoria la presencia de violencia machista y manifestación de conductas que reflejan una fuerte dosis de homofobia.

Con los estudios sobre la mujer y los movimientos por los derechos civiles y de liberación homosexual, el escenario para representar la caída de los grandes mitos en torno a la masculinidad hegemónica quedó casi listo; sin embargo, tales circunstancias generan en muchos varones gran desconcierto, estancamiento del devenir vital y conflictos con los nuevos roles, razón por la cual, el papel que representan por ahora, ese avanzar trastrabillando por ese escenario social, merecería ser considerado como un acto previo, cuyo título sería (al margen, quizá, de su imprecisión) “crisis de la identidad masculina”.

Según Antonio Boscán, la mayoría de hombres no desean ser sexistas, pero, al mismo tiempo, no quieren dejar de ser masculinos (tal y como se ha descrito en otros artículos, refiriéndonos a la masculinidad hegemónica), por lo que les preocupa asumir su masculinidad de otro modo y caer, en consecuencia, en una especie de red caracterizada por la indefinición y la incertidumbre. Según Angels Carabí, la mejor manera de afrontar este temor es comenzar con que el hombre reconozca su situación real, haciéndose consciente de hasta qué punto ha sido configurado por la construcción tradicional de la masculinidad y como ésta ha supuesto, de igual modo, una especie de trampa para él. Boscán concluye que, dotarle de conciencia de género hará que también se descubra como víctima. Tras ese reconocimiento, el hombre descubrirá (como la mujer ya lo hizo) que la masculinidad no deriva de un concepto esencialista, sino de uno culturalmente construido y que los varones, tradicionalmente, se han definido no partiendo de sí mismos, sino perfilándose a través de alteridades culturalmente creadas.

Descubrir que la masculinidad se ha definido a partir de lo que no es, debería impulsar la búsqueda de su construcción en positivo. Quizá así, la obra que se escenificara en la sociedad tendría que ver con la aventura de experimentar nuevas formas de vivir la masculinidad, buscando siempre caminos más creativos, satisfactorios y justos para todos.



El contenido plasmado en este blog es producto de la reflexión de su autor, de sus colaboradores y de los pensadores que en él se citan. Cualquier semejanza con la realidad o alguna ficcón literaria, televisiva, psicótica paranoide o de cualquier otra índole es mera coincidencia

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