De los elementalazos...

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Por Rodrigo Juárez Ortiz


El otro día, merced a la gran comodidad del control remoto, hurgando en el televisor me encontré un programa que tenía por título la palabra Acapulco, entre otras, lo que me llamó la atención y quise ver de qué se trataba.

En escena empezaron a desfilar personajes, femeninos y masculinos quienes hacían, al parecer, comentarios personales sobre su estancia en una casa moderna, y en donde compartían sus vacaciones en este paradisíaco puerto.

Y ahí empezó el impacto brutal que causó , de entrada, el lenguaje utilizado por las féminas en cuestión que no tenía nada que envidiar a cualquier mecapalero (cargador) o su equivalente actual y los masculinos no solo no estaban a la zaga, sino que adelantaban, con creces, por lo prosaico de su léxico, siendo así que los especímenes de ambos sexos, aparentemente en una virtual competencia, soltaba los improperios, vulgaridades, prosaísmos, obscenidades, ajos y cebollas con una soltura impresionante.

Hablaban de salir a divertirse e ir a un” antro” (discoteca) y salen escenas al respecto en donde los personajes bailan (lascivamente), se emborrachan, la hembras concursan en movimientos tendentes a provocar estímulos visuales, se besan en la boca entre algunas de ellas para después regresar a la casa en cuestión, vomitándose una de ellas, llorando otra de ellas y en diferentes momentos, los varones destruyendo un caballo que servía de adorno en la zona de alberca. En otra de las escenas los varones apuestan la cabellera en un partido con raqueta y el perdedor no acepta la derrota, lo cual fue acremente criticado por los participantes sin perjuicio de que le habían urdido una trampa al supuesto perdedor, todo este relato en medio de la “ floritura” del mas soez de los vocabularios.

Sin perjuicio de lo anterior, comentando la necesidad de ir por la mañana a curarse la “ cruda” a un lugar de postín, uno de los caballeros dice que en dicho lugar está el mejor “ganado”que llega a este destino turístico, “ los cortes mas finos”, ello refiriéndose a las mujeres que asisten al lugar. O sea a las mujeres se les llama “ganado” y “ cortes finos”, en su caso, como si se tratara de carne y solo carne y no de seres humanos.

Todo ello aderezado con escenas en donde se deduce que hay intercurso sexual entre algunas parejas del momento, sin ser novios y mucho menos esposos, es decir, parejas del momento y todo solo para “pasarla bien.”

Con ello no se pretende expresar una imagen de retrógrado, ni tampoco de beato, ni mucho menos de moralista, solo de expresar el impacto múltiple que causó el ver tal programa y que nos invita a la reflexión habida cuenta de que, en nuestra opinión, el asunto es susceptible de verse y analizarse desde diferentes puntos de vista, desde el psicológico, el sociológico, el ético, el axiológico y tantos mas que sería prolijo enumerarlos.

Y toda vez que el espacio no da para hacerlo mas ampliamente, solo se expresa que por lo que hace al vocabulario procaz, al desenfado con que se maneja la cuestión sexual, al abuso de los oxidrilos etílicos (que liberan los frenos inhibitorios del ser humano y se cometen las peores tonterías), a la carencia de una escala axiológica, a la falta de ética y de moral, en donde no se respeta uno de los valores trascendentales del ser humano, o sea, la dignidad y el respeto por la persona, tanto así misma como a terceros, entonces nos encontramos con bípedos implumes de lo mas elemental del mundo, o sea con verdaderos elementalazos, cuyos parámetros no son sino las reacciones de lo masprimigénitas del mundo, ante los estímulos del sensorio y nada mas. El problema es si nuestra juventud clase mediera o mediera alta está abrevando en los mismos parámetros que los personajes en comento, entonces la situación es grave. Es evidente el deterioro que se está sufriendo y que se requiere de la participación total de la sociedad toda, incluyendo los poderes públicos para dar un golpe de timón y así poder enderezar la barca. Empezando por el núcleo familiar, la escuela y el entorno socio- cultural en donde se desenvuelven los jóvenes y los niños.

Lo grave es que si esta es la forma de promover al puerto turísticamente hablando, imaginar cuesta trabajo, el prever la clase de especimenes que se pretende atraer (aun cuando hagan una derrama económica adecuada), sin perjuicio de que se puede utilizar esto como parámetro, molde, cliché, cartabón o estereotipo para servir de atractivo a una parte de nuestra juventud y hacerla sentir que esto es lo normal. He ahí el peligro. En la desintegración de los valores sociales y personales, en aras de satisfacer solo el sensorio de una manera egoísta. Actuemos con dignidad. O usted, positivo lector, ¿qué opina?



El contenido plasmado en este blog es producto de la reflexión de su autor, de sus colaboradores y de los pensadores que en él se citan. Cualquier semejanza con la realidad o alguna ficcón literaria, televisiva, psicótica paranoide o de cualquier otra índole es mera coincidencia

Periplos en red busca crear espacios intelectuales donde los universitarios y académicos expresen sus inquietudes en torno a diferentes temas, motivo por el cual, las opiniones e ideas que expresan los autores no reflejan necesariamente las de Periplos en red , porque son responsabilidad de quienes colaboran para el blog escribiendo sus artículos.



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