Del padre...

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Por Rodrigo Juárez Ortiz


El domingo retropróximo, siendo el tercero del mes de Junio, y en una evidente copia de los gringos (una mas), se celebró en México el Día del Padre.

Obviamente que se trató, también una vez mas, de la gran promoción publicitaria que se le da, por parte de los comerciantes, para aumentar así sus ventas.

Desde luego que solamente en algunas zonas urbanas y dentro de éstas, en las clases bajas, medias y altas, en algunos casos, los padres fueron celebrados.

Obviamente esta celebración no tiene ningún punto comparativo con la celebración del Día de la Madre, lo cual es explicable a partir del papel que ambos personajes juegan en el contexto familiar.

En efecto, la madre, desde el punto de vista biológico, natural, instintivo, tiene una adhesión total, completa y absoluta hacia el fruto al que le dio vida, que consciente o inconscientemente, todos sabemos que es lo que permite la conservación de la especie.

Al respecto, se sabe de hechos que van mas allá del heroísmo, de la abnegación, realizados por una madre en defensa de sus hijos, en contra de fuerzas, inclusive, muy superior a las suyas propias. Aun cuando también se sabe de hechos deleznables realizados por madres naturales, verdaderamente execrables, y del todo atentatorios en contra de la vida y seguridad de sus propios hijos.

Habida cuenta de la comparación, cuando la hay, encontramos la explicación que debe unir al concepto de padre con dicha celebración.

En efecto, si partimos de la base que la cultura mexicana, integrada por la cultura occidental (que tuvo sus raíces en la cultura grecolatina), y que a partir de la conquista se mezcló con la cultura mexica, dio un híbrido llamado mestizaje y del cual tenemos los patrones de ambas culturas.

Empezando por la etimología de padre, este término viene del latín patrem que significa hombre o macho que ha engendrado uno o mas hijos, en su connotación mas general.

En efecto, en Roma, el pater familias era una figura que tenía el mando, el poder , la autoridad sobre la esposa, los hijos, los esclavos y los clientes.

Cada uno de ellos le debía fidelidad, respeto, obediencia, lealtad y sumisión al pater familias.

Éste tenía el poder de mando sobre ellos, toda vez que era una figura que se daba a cambio de que también era el responsable de alimentar a la familia, en lo interior y a la vez, tenía que tomar las armas para defender a Roma en las guerras que eran casi permanentes, en su afán de crear el imperio que lograron. El concepto de familia era muy importante ya que ésta pertenecía a un gens (tribu) y eran muy tradicionales, de ahí que la madre fuera las mas de las veces la encargada de fincar los principios morales en los hijos, ante la ausencia del padre o porque este era muy permisivo con la esposa para encargarse de esos menesteres. El futuro de los hijos estaba en ello.

En el pueblo mexica, encontramos muestras de un gran adelanto cultural (no los salvajes idólatras que mencionaron los ganapanes que vinieron a conquistarlos), y así se sabe de unas epístolas de padres aztecas, de un padre a su hijo y de una madre a su hija, extraídas de las siete pinturas de la Colección Moctezuma, citadas por Clavijero, tomadas de Motolinía y Sahagún. En ellas se encuentran unos verdaderos códigos morales verdaderamente enriquecedores y por lo que respecta al padre, se advierte el gran interés que pone en su hijo por cuanto a su formación personal, familiar, social y religiosa.

Es el padre, el verdadero padre, ya sea el biológico o el putativo, el que cumple con su papel de protector, de parámetro a imitar (ya que se predica con el ejemplo), de sostén del núcleo familiar el que debe ser celebrado, agasajado, toda vez que es el pilar en donde se apoyan todos los miembros de la familia, tanto como proveedor, como protector y guía, en su caso.

Lamentablemente, también existen los “padres” que no solo no mantienen ni cuidan de su progenie, sino que además se tiene que llegar al extremo de exigirles el pago de alimentos para sus hijos por la vía judicial, demandarlos por la vía civil y penal, pues también se trata de un delito. ¡Qué vergüenza!

Ser padre no significa solamente el procrear a los hijos( hay cretinos que tienen hijos por doquier que dicen: sí, pero a todos los mantengo), sino hay que darles seguridad, dedicarles tiempo, fortalecer su estructura física y moral y sobre todas las cosas, darles amor, que es la fuerza vital del ser humano.

Para aquellos padres que así lo entienden y practican mis sinceras felicitaciones. O usted, padre responsable, lector, ¿qué opina?



El contenido plasmado en este blog es producto de la reflexión de su autor, de sus colaboradores y de los pensadores que en él se citan. Cualquier semejanza con la realidad o alguna ficcón literaria, televisiva, psicótica paranoide o de cualquier otra índole es mera coincidencia

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