Del recordatorio...

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Por Rodrigo Juárez Ortiz


Recordemos que el símbolo, un símbolo, es un signo figurativo que representa algo abstracto, que es la imagen de una cosa, ya sea a una persona, a una familia, a un grupo de personas, a una ideología, a todo un pueblo, a un país, a una nación, en fin, a una gran diversidad de objetos, de sentimientos, de voliciones que nos da un sentido de pertenencia, de unidad, de comunidad, de hermandad, vamos, de ser parte de un todo que trasciende a nuestra individualidad .

De esta guisa y estando en el área del recordatorio, no podemos, de ninguna manera, soslayar una fecha trascendental para nuestra nación y que recientemente tuvo efecto, me refiero al retropróximo 24 de Febrero, Día de la Bandera, instituido en 1934.

Aparentemente, dentro de la cantidad considerable que actualmente tiene el calendario con el festejo de días ( nacionales o extranjeros), aparentemente superfluos para algunos y realmente importantes para otros, tal pareciera que hay a quienes tal día les pasa totalmente desapercibido, ya que neurótica y compulsivamente están preocupados y ocupados por conseguir lo mas elemental para la subsistencia de sí mismos y de sus familias, pasando a un segundo o tercer plano elementos substanciales, básicos, elementales de la vida social, de la existencia compartida con una comunidad para el desenvolvimiento de nuestra personalidad.

En efecto, siguiendo en el terreno del recordatorio no olvidamos nuestras clases de historia, desde la primaria, cuando se nos enseñó el origen de nuestro lábaro patrio; de cuando nuestro insigne patricio Don Vicente Guerrero, estando en la ciudad guerrerense de Iguala, ahora llamada Cuna de la Independencia, con motivo del Plan de Iguala, después del famoso Abrazo de Acatempan, le dijo a Iturbide que la unión de sus fuerzas para la consecución de la tan anhelada independencia, requería de un símbolo, una bandera y estando degustando en ese momento una fresca sandía en región tan calurosa y que se adoptaran los colores de tan llamativo fruto, naciendo así la llamada Bandera Trigarante,( 24 de Febrero de 1821), por ser el símbolo de la Independencia el verde, la Religión el blanco y la Unión el rojo, confeccionada en franjas diagonales y una estrella en el centro.

Ya después nuestro lábaro patrio tuvo algunas modificaciones, siendo decretado en 1823 la inclusión del escudo, atendiendo al origen de nuestra nacionalidad con la fundación de la Gran Tenochtitlán y en el gobierno de Carranza se oficializaron los colores y el escudo que lleva en el centro del color blanco, como lo conocemos ahora.

Sin embargo, al respecto, recuerdo, una vez mas, que en la primaria, en la clase de Botánica nos enseñaron que las hojas de una planta, por su disposición en el tallo se llaman alternas, opuestas y verticiladas y es el caso que nuestro escudo debe estar enmarcado por dos ramas de laurel entrecruzadas en su base, pero al observar al escudo, nos podemos percatar que dichas ramas no son de laurel, habida cuenta de que una rama es de hojas verticiladas y la otra también parecidas, cuando que las hojas de laurel son alternas.

Y siguiendo en el recordatorio, no olvidemos que existe una ley que nos regula el uso del Himno, del Escudo y de la Bandera Nacional y al respecto es una obligación legal, en las escuelas, rendir honores a nuestro lábaro patrio los lunes de cada semana y en caso de no ser posible, en cualquier otro día, pero en forma hebdomadaria. Lamentablemente existe una práctica de quienes por cuestiones religiosas no aceptan participar, ni permitir a sus hijos cumplir con esta obligación jurídica. También debemos recordar que el Código Penal Federal, en su CAPÍTULO V se refiere a los ultrajes a las insignias nacionales y menciona en su “Artículo 191. .- Al que ultraje el escudo de la República o el pabellón nacional, ya sea de palabra o de obra, se le aplicará de seis meses a cuatro años de prisión o multa de cincuenta a tres mil pesos o ambas sanciones, a juicio de juez” y dice el “Artículo 192. .- Al que haga uso indebido del escudo, insignia o himno nacionales, se le aplicará de tres días a un año de prisión y multa de veinticinco a mil pesos.”. Esto es un recordatorio a todos aquellos irreverentes ( cantantes sobre todo) que en sus actuaciones usan nuestra bandera como toalla, mantel o prenda de vestir, en sus actuaciones ( deplorablemente con el consentimiento del infelizaje que los escucha). En suma recordemos que la unidad y la independencia simbolizados en nuestro escudo, nuestro himno y nuestra bandera, son actualmente indispensables para sortear, de la mejor manera posible, los graves problemas a los que nos enfrentamos en la actualidad. Reforcemos nuestro sentido de pertenencia a este gran país. O usted, solidario lector. ¿qué opina?



El contenido plasmado en este blog es producto de la reflexión de su autor, de sus colaboradores y de los pensadores que en él se citan. Cualquier semejanza con la realidad o alguna ficcón literaria, televisiva, psicótica paranoide o de cualquier otra índole es mera coincidencia

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