De la ingratitud...

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Por Rodrigo Juárez Ortiz


El ser humano es multifacético. Tiene infinidad de ángulos, ópticas, perspectivas, parámetros desde los cuales se desarrolla y se comunica con sus congéneres.

De ahí que su conducta cuando es aceptada por los usos y costumbres de su entorno, y se encuadra dentro de lo que la sociedad considera aceptable o meritorio, desde luego que crea una escala de valores los cuales sirven como parámetro para saber si alguien va bien o se regresa.

En la especie, en la cultura occidental y en todas las culturas, se ha creado una escala axiológica que sirve como un parámetro válido para nuestro actuar, pensar y sentir, dándose prioridad a todo aquello que consideramos valioso desde ese punto de vista y así vemos que una de las virtudes humanas es la gratitud, entendida como la acción y efecto de agradecer un beneficio o atención recibidos, nos dice el Larousse Ilustrado y, obviamente, la ingratitud no es otra que la conducta contraria.

Así sabemos, por observar conductas que se manifiestan en nuestro ámbito colectivo o en el ámbito mas individual, que personas que han recibido favores, unos verdaderamente notables, inusuales y de entrega total hacia el beneficiario del favor o de la atención recibida, en su caso, no responden, motu proprio, con la misma calidad de la acción recibida, ni manifiestan agradecimiento alguno, sino al revés, actúan con un total desenfado, y en algunas ocasiones con actitudes reprobables, groseras, ya no digamos hasta beligerantes, sin perjuicio de aquellos que olvidan el favor recibido, como si no hubiera existido nunca. Tampoco están obligados por nadie a corresponder el favor, pero se entiende que debe agradecerse, ello para los bien nacidos.

Hay personas que creen o sienten que se lo merecen todo y de ahí que todo lo que se haga por ellas, es un claro reconocimiento a su, gran valía, entre comillas y esa perspectiva, a todas luces equivocada, los hace perder piso y no hacen gala de un sentimiento universalmente aceptado como es el agradecimiento que todos sabemos que implica el corresponder con gratitud a un favor y los favores se dan de diferente jaez, de diversos tamaños, de múltiples valías y valores, en fin, son altamente apreciados cuando se dan espontáneamente, de corazón, en beneficio de alguien o algunos, sin pedir nada a cambio, solo se hace por la satisfacción de poder ayudar a alguien que lo necesita, pero cuando esta acción no se agradece, entonces estamos frente a una falta absoluta de bondad, de educación, de formación ética, de formación moral, de generosidad y, en su caso, de un conocimiento elemental de lo que es el derecho.

Cuando un pueblo no agradece o ignora a sus héroes, cuando los hijos no agradecen los grandes sacrificios que los padres hacen por ellos, cuando los educandos en los centros escolares de todos los grados no agradecen el esfuerzo de los docentes para transmitirles el conocimiento, cuando en las jerarquías laborales no existe el agradecimiento de parte de los empleadores hacia los trabajadores o viceversa, o en los órganos administrativos o políticos no se reconoce o agradece el trabajo de los subordinados, cuando entre amigos no se valora el esfuerzo de un favor otorgado a uno de ellos o a todo el grupo, es obvio que estamos frente a casos lamentables, penosos, degradantes, faltos de sensibilidad, de visión, de pertenencia y, sobre todo, faltos de lo mas elemental de lo que llamamos educación.

Aun cuando no se tenga la obligación de resarcir el favor, a pesar de que no es reclamable, sí se tiene la obligación moral de agradecerlo, en cualquiera de sus formas, siendo la mas elemental el decir ¡gracias¡ Es lo mínimo deseable. O usted, agradecido lector, ¿Qué opina?



El contenido plasmado en este blog es producto de la reflexión de su autor, de sus colaboradores y de los pensadores que en él se citan. Cualquier semejanza con la realidad o alguna ficcón literaria, televisiva, psicótica paranoide o de cualquier otra índole es mera coincidencia

Periplos en red busca crear espacios intelectuales donde los universitarios y académicos expresen sus inquietudes en torno a diferentes temas, motivo por el cual, las opiniones e ideas que expresan los autores no reflejan necesariamente las de Periplos en red , porque son responsabilidad de quienes colaboran para el blog escribiendo sus artículos.



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