por Fernando Mena Angelito

Todos hemos escuchado alguna vez una critica hacia nuestra persona, ya sea por algo que hicimos (o que no hicimos), ya sea por nuestra actitud mostrada hacia alguien en particular. La mayoría de las veces nos fijamos mucho en el que dirán e incluso inventamos, como todo dogma humano, el fraseo aquel de “las cosas de quien vengan”, pero a todo esto cabría preguntarse: ¿Realmente es tan importante la crítica externa? Quizá podríamos pensar que uno no es reflejo de sus actos, pero… si esos actos se reflejan en la consciencia, ¿Entonces no seria mejor una “autocrítica”?

Definamos términos: mientras que crítica es un examen o juicio que una persona hace acerca de alguien o algo, la autocrítica es un juicio crítico que se realiza sobre obras o comportamientos propios.

¿Qué es más importante, el acto o valor de aceptar que uno como ser humano “la ha regado” o, estando al tanto de haberse equivocado, hacer de cuenta irresponsablemente que nada pasó? En ambos casos es un asunto de causa y efecto e incluso de niveles de conciencia. Sin embargo, el ser critico y el ser autocrítico son dos cualidades que desembocan en la aceptación humana y que sirven de base para el ser razonable. Nos referimos con “suceso de razón” a la maduración de nuestra persona con relación al conocimiento y valoración de nuestro actuar diario, ya que en el momento en que uno dice: “¡Ay, la regué!”, se abren vértices de solución (o de autosabotaje, dependiendo de cuán negativa pueda ser la persona en sí).

Antes o después, seguramente, alguien se ha molestado con nosotros por hacerle equis comentario acerca de un acto, omisión o aspecto suyo que llamó nuestra atención. Las personas, la mayoría de las veces, no reaccionan bien ante la crítica de que son objeto. Se molestan, sonríen forzadamente como diciéndote: “¡Aléjate de mi vista!” o, fuera de sus casillas, exclaman esas palabras tan arraigadas ya dentro de nuestra cultura mexicana: “¡Que #@%$ te importa!”. ¡Y cuanto más importantes se aprecian estos aspectos en el ambiente laboral! Una critica puede significar, con cierta regularidad, el derrotero de un puesto de trabajo que peligra, pero la más de las veces un camino arduo de incomodidad por el cual transitar, que sólo termina cuando la única opción es renunciar o cuando, por una u otra razón, quien o quienes critican cambian de ambiente laboral. ¡Cuanta diferencia hay, si por el contrario, optamos por ser más críticos con nosotros mismos! Podemos decir entonces: “Si, tengo unos kilitos de más. ¿Qué puedo hacer para tener mejor condición y sentirme bien?”, “Si, el trabajo que acabo de terminar no está tan bien. ¿Qué puedo hacer para mejorarlo y sentirme satisfecho con él?” Lo mismo puede aplicarse al ambiente laboral: “Entiendo que hay aspectos de mi persona que debo mejorar, ¿Cuáles son estos aspectos? Y ¿Qué propuestas debo de hacer para mejorarlos?”. El ser crítico y/o autocrático no es sólo aceptar nuestras aberraciones humanas, sino tratar de mejorar esos paradigmas que consideramos parte de nuestro tuétano.

En conclusión, para ser criticos o autocríticos tenemos que lograr ciertos niveles de aceptación, tanto propia como de tolerancia hacia los demás, si no, el acto de hablar queda totalmente desvirtuado. La autocrítica y la crítica que recibamos de parte de otras personas no deberían ser cuestiones que nos molestaran, antes bien deberían ser cuestiones que utilizáramos concienzudamente para reflexionar y madurar sobre nuestro actuar diario, y que tuvieran como máxima aspiración, la aceptación de nuestras fortalezas y debilidades propias como seres humanos.

La incógnita que se erige aquí como reto para nuestro lector es entonces: ¿Tienes el valor de aceptarte (y aceptar a los demás) con madurez? Recuerda: la verdad os hará libres.



El contenido plasmado en este blog es producto de la reflexión de su autor, de sus colaboradores y de los pensadores que en él se citan. Cualquier semejanza con la realidad o alguna ficcón literaria, televisiva, psicótica paranoide o de cualquier otra índole es mera coincidencia

Periplos en red busca crear espacios intelectuales donde los universitarios y académicos expresen sus inquietudes en torno a diferentes temas, motivo por el cual, las opiniones e ideas que expresan los autores no reflejan necesariamente las de Periplos en red , porque son responsabilidad de quienes colaboran para el blog escribiendo sus artículos.



Periplos en Red

Grab this Headline Animator

 
Ir Abajo Ir Arriba