De las expectativas…

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Por el Mtro. Rodrigo Juárez Ortiz

“Un pesimista es un optimista informado.”
Sir Winston Churchill

Recién se acaban de celebrar los eventos relativos a la navidad y están próximos los del año nuevo. La gente ha evidenciado, como siempre, una euforia desmedida, a pesar de que, al margen de sus creencias religiosas, la natividad se refiere a Jesucristo y no se entiende quién invitó a un señor gordo que solamente hace: jo jo jo y en la mayoría de las casas se le espera y no al verdadero festejado.


Es obvio que nos encontramos frente al consumismo feroz propiciado por los usos y costumbres de los estadounidenses, introducidos a este país por la mercadotecnia y sus poderosas ramas de la publicidad, sin perjuicio de nuestra pérdida paulatina de identidad, así como de la absorción de usos y costumbres ajenos a nuestra tradicional manera de ser.

Es lamentable ver cómo las nuevas generaciones, los niños y los jóvenes, se han dejado llevar, a través de la gran influencia que tiene la “caja idiota”, por conducto de nuestros canales comerciales televisivos, a prácticas, usos, modas, estilos, idiosincrasia y hasta la chatarra que llaman comida rápida, modificando nuestros esquemas tradicionales producto de toda una cultura nativa enriquecida por la civilización occidental, a pesar de que el pago de la cuenta por este concepto, fue altísimo y profundamente cruel e inhumano, símbolo de una verdadera barbarie nacida por la ambición de conquistadores y clérigos adláteres que los acompañaban, con las honrosas excepciones de siempre.

Es el caso que hemos visto en fechas anteriores de cómo la gente, de una manera neurótica y compulsiva, realiza compras de productos que no necesita, que al regalarla a su gente querida, a ellos no les gusta el regalo y, finalmente, se apresuran por las compras y preparativos de las viandas para la cena tradicional, a pesar de que en el seno de las familias no hay ni paz, ni armonía, ni amor, vamos ni siquiera un sentimiento noble de amistad o de cariño, en la mayoría de los casos, también con las honrosas excepciones de siempre.

Se trata de llenar sólo una imagen. De cumplir con un cartabón, un cliché, un molde, un estereotipo que por años se ha estado introduciendo, como hemos dicho, a través de la televisión en la mente de nuestros niños, jóvenes y adultos como la siniestra celebración del famoso Halloween, paralelo a nuestra celebración del Día de Muertos, que nada tiene que ver con esa exótica costumbre sajona.

Es pues increíble ver y constatar cómo en estas fechas cuando nuestra gente no tiene el haber pecuniario suficiente para sufragar los gastos que implican estas costumbres ajenas impuestas, se angustian, se preocupan e incluso llegan a actitudes extremas con tal de tener la liquidez suficiente.

A pesar de ello se muestran optimistas, o pretenden aparentarlo, lo fundamental es que se cubran las apariencias y por ello parten del dicho de que a mal tiempo buena cara.

Pero es el caso que el horno no está para bollos toda vez que el panorama, sin ser derrotistas ni pesimistas, está de pronóstico reservado, cuenta habida de que parecen ignorar que para el 2012 nuestro país va a tener que importar petróleo; que a partir de este 2008, al entrar en vigor el renglón agropecuario del TLC, a nuestros campesinos se les borrará del mapa productivo porque el precio del maíz y del frijol que nos va a enviar Estados Unidos será infinitamente menor que el que se consigue en México, en virtud de los subsidios y apoyos que el gobierno estadounidense les da a sus agricultores.

Asimismo, con el pretexto (razonable) del ataque a la delincuencia organizada, se ha firmado el acuerdo de Mérida, en virtud del cual, la potencia del norte va a introducir a nuestro país mercenarios y policías de toda índole vestidos de civil, con el supuesto de ser nuestros asesores obligados para instruirnos en el manejo de tecnología que nos van a obligar a adquirir en miles de millones de dólares, para atacar este cáncer de nuestra actualidad; al mismo tiempo, especialistas en materia de seguridad pública opinan que el próximo año se va a militarizar al país al casi duplicar los efectivos del ejército, que actualmente suman 50 mil, para el combate a la delincuencia organizada, teniendo como base la nueva legislación en donde se permitirán los cateos, las intervenciones telefónicas y detenciones sin orden de autoridad competente cuando se trate de flagrancia o indicios suficientes para sospechar que se trata de individuos miembros de la delincuencia organizada, lo que conlleva a pensar que, si actualmente, viviendo en un régimen jurídico se realizan algunos abusos de este tenor, por todas las policías que pululan en este país, si llegamos a un Estado de Emergencia, éstas se multiplicarán en proporciones geométricas, en detrimento de inocentes que por desgracia caigan, por simples elementos circunstanciales, en estas hipótesis delictivas.

Y qué decir de la venta paulatina de nuestra infraestructura petrolera, merced a los contratos firmados por el sexenio federal anterior y por las facilidades que el presente gobierno federal está dando a las exigencias del país del norte, con el propósito de aceptar la inversión extranjera, que en este renglón ya vimos que cuando se concesiona a particulares (como lo hizo el presidente anterior a los familiares de su esposa, según se ha publicado en los medios), éstos no han realizado ninguna labor preventiva ni de mantenimiento, lo que provocó los accidentes de las plataformas marinas en tiempos recientes, aunado a el control de las plantas hidroeléctricas, para efecto también de inversión privada local y extranjera en materia de electricidad, para que ésta sea suficiente para proveer a nuestros vecinos del vital energético.

Agréguese que se prevé una inflación del 30% y que nos acaban de dar la súper noticia de que el aumento al salario mínimo fue de 2 pesos. ¡Me doy! ¿Qué puede hacer un asalariado para adquirir los elementos de la canasta básica con este diferencial tan brutal entre la percepción pecuniaria y el costo real de ésta? Y eso que no hemos mencionado el advenimiento próximo de los automóviles chinos que ya van a tener una planta en Michoacán y cuyo precio será de 60 y 100 mil pesos con partes similares de automóviles del primer mundo y a un precio verdaderamente accesible a cualquier persona que quiera un vehículo, con lo cual se dará un golpe mortal a la industria automotriz de nuestro país, así como la importación libre de toda la chatarra automovilística de E.U.A., al poder adquirirse vehículos con 15 años de antigüedad. Todo ello significa la saturación del mercado en ese renglón en detrimento de nuestra producción.

Y sólo como cerecita del pastel, recordar la invasión que nos han hecho de las semillas transgénicas, llevándose las nuestras por toneladas, las cuales, no se pueden reproducir, convirtiéndonos en deudores alimentarios de ellos.

El panorama no es nada halagüeño. Cuesta trabajo manejarse con optimismo, a menos que se tenga una total ignorancia de lo que está pasando en nuestro entorno. No es creíble pensar en la solución inmediata de problemas que se han ido creando y desarrollando en los últimos tiempos. Tristemente el electorado mexicano sigue votando por los gobiernos neoliberales, entreguistas y con un propósito muy claro de convertir a este país en una colonia más de materias primas para el imperio. Eso en el mejor de los casos.

A pesar de todo, conscientes de nuestra responsabilidad histórica, cada quién, en la esfera de su competencia, debe de hacer lo propio para cambiar esta perspectiva y hacer de México un país prospero, productivo, pacífico y recipiendario de un régimen jurídico en donde se respeten los derechos fundamentales del hombre. Es un paradigma obligatorio para todos los mexicanos. O usted, nacionalista lector, ¿Qué opina?



El contenido plasmado en este blog es producto de la reflexión de su autor, de sus colaboradores y de los pensadores que en él se citan. Cualquier semejanza con la realidad o alguna ficcón literaria, televisiva, psicótica paranoide o de cualquier otra índole es mera coincidencia

Periplos en red busca crear espacios intelectuales donde los universitarios y académicos expresen sus inquietudes en torno a diferentes temas, motivo por el cual, las opiniones e ideas que expresan los autores no reflejan necesariamente las de Periplos en red , porque son responsabilidad de quienes colaboran para el blog escribiendo sus artículos.



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