Es lamentable, muy lamentable, la muerte de un joven hijo de un comerciante en artículos deportivos, pero también es muy lamentable que tan malhadado crimen haya despertado y activado a los medios, en cuestión de alzarse en contra del secuestro, del asesinato, de la violación y otras lindezas de la delincuencia, organizada o no, cuando cotidianamente se dan dichos secuestros y crímenes en las personas de todo tipo, pasando desapercibidos las más de las veces. Incluso ya llegó a politizarse el hecho, atento a las declaraciones presidenciales para tener coordinación de la federación con las autoridades del D.F. en materia penal, a lo cual le contestaron que ya existe y mejor que entre las autoridades federales entre sí.
Este hecho, como todos los similares, son y deben ser motivo de la legítima protesta social, sin importar el nivel socio cultural o económico de las víctimas.Es así que ahora hasta en la Cámara de Diputados ya hay voces que pretenden activar la pena de muerte en contra de la bestialidad de los delincuentes, como una evidente forma de venganza social.
En efecto, la primitiva tesis de “ojo por ojo, diente por diente, vida por vida” de la ley del Talión, equivalente a la venganza privada, ya está superada por los países civilizados dentro del marco de la cultura occidental. Sin embargo, todavía hay algunos que no la han superado y tienen, en su orden jurídico la pena de muerte, tal es el caso, execrable, entre otros, el de los E.U.A., cuyo sistema penal obedece a una venganza, ya no privada, sino social, imponiendo al delincuente penas y castigos severos, incluyendo la sanción de la privación de la vida, por la comisión de conductas tipificadas por sus leyes como delitos.
En cambio, en nuestro país, la Constitución Política en su Art. 18, segundo párrafo dice: “ Los Gobiernos de la Federación y de los Estados organizarán el sistema penal, en sus respectivas jurisdicciones, sobre la base del trabajo, la capacitación para el mismo y la educación como medio para la readaptación social del delincuente…”, es decir, estamos frente a un hecho de superación jurídica tal, que cuando se ha llevado a la práctica ha dado resultados positivos, cuenta habida que los delincuentes significan el fracaso de la sociedad al no haber podido integrarlos a su seno, pero en vez de vengarse por su fracaso, debe luchar por reintegrarlos al núcleo social positivo.
Una y mil veces hemos sostenido que la pena de muerte NO ES EJEMPLAR, toda vez que en los países en donde se aplica, se cometen los más aberrantes y desalmados crímenes y dicha pena les tiene sin cuidado a quienes delinquen, v.gr.: una vez más, en los E.U.A. También hemos repetido, ad nauseam, que mientras los sistemas de procuración y administración de justicia no se depuren, no se acabe con la corrupción y, por ende, con la impunidad, ningún sistema penal será viable, como ahora recién lo hemos visto con la ejecución de un mexicano en Texas, quien fue sujeto a proceso sin haber sido notificado su Consulado, privándolo de su protección, a lo cual tenía derecho, atento a lo dispuesto en la Convención de Viena, atentando contra el Tratado de Asistencia Consular de 1963. A pesar de que apelando a la Corte Internacional de Justicia y obtener sentencia en el sentido de que se revisara su caso, al igual que otros 50 similares, el estado de Texas, pasándose por la entrepierna dicha resolución, alegó que es un estado libre y soberano y la Corte Suprema de Justicia de ese país, resolvió que ni el presidente ni la corte internacional pueden detener las acciones legales de Texas. ¡Increíble!
Sin perjuicio de que entre los argumentos que se dieron para negarle la conmutación de la pena estaba el de que era ilegal (indocumentado) ¡Me doy!
O sea, la discriminación, la xenofobia y el racismo fueron elementos que influyeron decisivamente en éste y los otros 50 casos comentados. ¿Así se pretende instaurar la pena de muerte? Y con la falacia de argüir que si le matan a uno un ser querido no iba a desear que se aplicara la pena capital, yo me cuestiono, ¿y con ello va a revivir?
Y todavía falta lo mero bueno. Ya se sentaron los pródromos constitucionales para los juicios orales en nuestro país. Otra muestra más de nuestro entreguismo al copiar a los gringos. Quienes lo instauraron ven mucha televisión. Pero eso será motivo de entrega aparte. Lo que importa es que la ciudadanía está inerme ante la delincuencia y máxime que se habla de que fueron policías los secuestradores y asesinos. Nuestra reacción debe ser total.
Se trata de nuestra supervivencia. O usted, “apanicado” lector, ¿qué opina?
2 Comentarios:
Hola, me dio mucho gusto encontrar esta nota por parte del mtro rodrigo juarez; me ha gusto mucho el leer acerca de este tema tan interesante que es la pena de muerte, opino que sin duda lo sucedido en Texas es por demás una violación a múltiples tratados y principios de derecho, y aunk mi postura aun no esta decidida en torno a esto, agradezco grandemente la información que aquí se ha vertido.
Respecto a su artìculo pienso que e s realista a compatacion como nuestro sistema actual lo ve o mejor dicho como lo pretende hacer, tapando el sol con un dedo, ya de EUA no es novedad que cinicamente, no respete los tratados internacionales, que no son d e ayer ni de antier sino de decadas, y que decir de nuestro sistema legal que ni siquiera tiene la intencion de capacitar a sus jueces con la nueva y absurda a mi parecer implementacion de los juicio orales, que pretende terminar con todas las controversias que necesitan d e su adecuda atencion en un santiamen y sobre todo las de cuestion penal.
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