Por el Mtro. Rodrigo Juárez Ortiz
A todos ellos me refiero y no a otros movimientos culturales, políticos o de cualquier otra índole, porque viene a colación el ejemplo de los E.U.A., que actúa como si fuera un imperio de facto, arrogándose la facultad de actuar como si fuera el policía del planeta (quitando y poniendo gobiernos que le sean supeditados; explotando las materias primas de los países más débiles, y ahora el petróleo, la electricidad y el agua, aún a costa de su libertad y soberanía si se niegan a ello; inventando guerras de conquista para sostener su economía de guerra, razón que se esgrime a partir del golpe de Estado que se dio con el asesinato, no aclarado plenamente, del presidente Kennedy, quien se oponía a la guerra de Vietnam; entre otras lindezas por el estilo y de todos muy sabidas), que sin haber alcanzado la cúspide de su plenitud, ya entraron en franca decadencia como lo evidencian los signos de su degradación que salta a la vista.
Para nadie es desconocido el hecho de que después de la derrota de los E.U.A. en Vietnam, sus soldados, a quienes se drogaba para resistir tan absurda contienda, al regresar a su país, querían y necesitaban seguir drogándose, quienes junto al movimiento hippie, beatnik, existencialista (anterior) y demás, le dieron un auge desorbitado al consumo de drogas, haciéndolo el mercado mas fabuloso del momento y por ser ilegal el consumo, producción, tráfico y demás, de ciertas drogas, propició el nacimiento de grupos delictivos dedicado a este singular comercio, el cual se ha vuelto una verdadera migraña, para todos los países que lo viven, incluyendo al nuestro. En suma, la sociedad estadounidense adicta a las drogas (lo grave es que la mayoría de los consumidores son jóvenes y esto incluye a la población estudiantil) es un síntoma indubitable de descomposición social. De decadencia.
Lo anterior, aunado a la prostitución, a la explotación inmisericorde de los trabajadores indocumentados (que sí les descuentan el pago de impuestos al cubrirles su exiguo salario, cuando se los pagan , en vez de “echarles a la migra”); a la xenofobia, al racismo, al consumo infame de productos chatarra para “alimentarse”, produciendo obesidad y ocupando el segundo lugar en el mundo; al alcoholismo, al tabaquismo y como cerecita del pastel, el dato que nos reporta Prodigy MSN Noticias, del 9-IX-08, consistente en que existen 50 mil menores (niñas) mexicanas, según dicho a BBC Mundo por Melissa Snow, del organismo Shared Hope (Esperanza Compartida) quienes se dedican a combatir el tráfico de personas en todo el mundo, aduciendo que a todo lo largo de la frontera, ya dentro de E.U.A. y en otros lugares interiores , las venden a burdeles que abundan en E.U.A. ya que “ este es un mercado impulsado fuertemente por la demanda”, ya que les piden niñas con las características físicas de las “mexican señoritas”, mercado que ocupa el tercer lugar, después del narcotráfico y la venta de armas. Ello sin contar la gran industria que significa la pornografía infantil y los cientos de adictos a ella, para quienes se les anuncia en viajes sexuales con ese “atractivo”. ¡Me doy!
Lo grave es que se aprovechan de la vulnerabilidad de la inmensa cantidad de niñas mexicanas que viajan solas y ahí, con la promesa de empleo, son víctimas fáciles de los tratantes de personas, así como las que son deportadas y quedan en el desamparo. Al margen de las causas que las hayan impulsado a buscar alguna forma de vivir porque en nuestro país los gobernantes no han sabido manejar, eficientemente, la cosa pública.
Deben existir, empero, estadounidenses ejemplares, y muchos otros normales, por supuesto, pero estos fenómenos masivos son síntoma inconcuso de decadencia. O usted, crítico lector, ¿Qué opina?
Recuérdese que la acción y efecto de decaer es el proceso por el que un estado, cultura, movimiento, etc., tienen la tendencia a debilitarse y desintegrarse.
Hay muchos ejemplos en la historia universal y en la nacional de gobiernos, por ejemplo, que han pretendido florecer y luego entran en franca decadencia, como es el caso del Imperio de Iturbide, la destitución por las armas de Santa Anna, quien hacía llamarse Su Alteza Serenísima, el Imperio de Maximiliano de Habsburgo, el Imperio Azteca, el Imperio Romano, el Imperio de Carlo Magno, el de Alejandro en Grecia y todo el territorio ocupado con la helenización del Oriente, el de Napoleón (los cuales tuvieron su apogeo, pero luego vino su decadencia), así como todos los que Ud. conoce y que sería prolijo mencionar.A todos ellos me refiero y no a otros movimientos culturales, políticos o de cualquier otra índole, porque viene a colación el ejemplo de los E.U.A., que actúa como si fuera un imperio de facto, arrogándose la facultad de actuar como si fuera el policía del planeta (quitando y poniendo gobiernos que le sean supeditados; explotando las materias primas de los países más débiles, y ahora el petróleo, la electricidad y el agua, aún a costa de su libertad y soberanía si se niegan a ello; inventando guerras de conquista para sostener su economía de guerra, razón que se esgrime a partir del golpe de Estado que se dio con el asesinato, no aclarado plenamente, del presidente Kennedy, quien se oponía a la guerra de Vietnam; entre otras lindezas por el estilo y de todos muy sabidas), que sin haber alcanzado la cúspide de su plenitud, ya entraron en franca decadencia como lo evidencian los signos de su degradación que salta a la vista.
Para nadie es desconocido el hecho de que después de la derrota de los E.U.A. en Vietnam, sus soldados, a quienes se drogaba para resistir tan absurda contienda, al regresar a su país, querían y necesitaban seguir drogándose, quienes junto al movimiento hippie, beatnik, existencialista (anterior) y demás, le dieron un auge desorbitado al consumo de drogas, haciéndolo el mercado mas fabuloso del momento y por ser ilegal el consumo, producción, tráfico y demás, de ciertas drogas, propició el nacimiento de grupos delictivos dedicado a este singular comercio, el cual se ha vuelto una verdadera migraña, para todos los países que lo viven, incluyendo al nuestro. En suma, la sociedad estadounidense adicta a las drogas (lo grave es que la mayoría de los consumidores son jóvenes y esto incluye a la población estudiantil) es un síntoma indubitable de descomposición social. De decadencia.
Lo anterior, aunado a la prostitución, a la explotación inmisericorde de los trabajadores indocumentados (que sí les descuentan el pago de impuestos al cubrirles su exiguo salario, cuando se los pagan , en vez de “echarles a la migra”); a la xenofobia, al racismo, al consumo infame de productos chatarra para “alimentarse”, produciendo obesidad y ocupando el segundo lugar en el mundo; al alcoholismo, al tabaquismo y como cerecita del pastel, el dato que nos reporta Prodigy MSN Noticias, del 9-IX-08, consistente en que existen 50 mil menores (niñas) mexicanas, según dicho a BBC Mundo por Melissa Snow, del organismo Shared Hope (Esperanza Compartida) quienes se dedican a combatir el tráfico de personas en todo el mundo, aduciendo que a todo lo largo de la frontera, ya dentro de E.U.A. y en otros lugares interiores , las venden a burdeles que abundan en E.U.A. ya que “ este es un mercado impulsado fuertemente por la demanda”, ya que les piden niñas con las características físicas de las “mexican señoritas”, mercado que ocupa el tercer lugar, después del narcotráfico y la venta de armas. Ello sin contar la gran industria que significa la pornografía infantil y los cientos de adictos a ella, para quienes se les anuncia en viajes sexuales con ese “atractivo”. ¡Me doy!
Lo grave es que se aprovechan de la vulnerabilidad de la inmensa cantidad de niñas mexicanas que viajan solas y ahí, con la promesa de empleo, son víctimas fáciles de los tratantes de personas, así como las que son deportadas y quedan en el desamparo. Al margen de las causas que las hayan impulsado a buscar alguna forma de vivir porque en nuestro país los gobernantes no han sabido manejar, eficientemente, la cosa pública.
Deben existir, empero, estadounidenses ejemplares, y muchos otros normales, por supuesto, pero estos fenómenos masivos son síntoma inconcuso de decadencia. O usted, crítico lector, ¿Qué opina?
2 Comentarios:
Es como la caida de Roma
Anónimo: je je "ma o meno". Gracias por comentar. ¡Saludos!
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