Por el Mtro. Rodrigo Juárez Ortiz
En este tenor, cuán desagradable resulta ver, descubrir, encontrar, seres humanos que ante la flaqueza, el miedo, la ignorancia, la impotencia, la envidia, el rencor o la venganza tienen acciones insidiosas en contra de aquellos ante quienes tiene todas estas lindezas que acabamos de describir.
Así, en los clanes, en los grupos, en las corporaciones, en los partidos políticos, e incluso en las familias, lamentablemente se dan estas actitudes.
Esto es así porque siempre habrá seres humanos alejados de tan siniestras actitudes por que su formación, su evolución y el enriquecimiento de su personalidad les han permitido superar tales bajezas y no hay nada mas alejado para ellos que el actuar de esa manera.
En efecto, cuando en un grupo o clan hay alguien nuevo, o simplemente diferente, y se le conocen sus virtudes o sus capacidades, inmediatamente despierta el miedo y el pánico de aquellos que se sienten inferiores, de los ineptos, de los ineficaces e ineficientes y, al margen de que detenten posiciones que ya crean seguras, siempre tendrán miedos de aquellos que los puedan superar y aventajar con creces en el desempeño de actividades comunes.
Es así que no paran mientes, los mezquinos y los insidiosos, en llenar de San Benitos, de maledicencias y de descalificaciones, las más de las veces inventadas en contra de aquellos a quienes no pueden, no solo superar, sino tampoco emular.
Se entiende la solidaridad que debe de existir en las cofradías, en las sociedades secretas, en las agrupaciones que se unen en pactos de sangre, pero lo que no se puede aceptar es que cuando alguien puede ser requerido para cumplir con una función que realmente pueda enriquecer al grupo, de alguien que tenga claridad en el pensamiento, transparencia en la ejecución del mismo, que lo haya manifestado públicamente a través de los medios o presentaciones personales masivas y diferentes formas de manifestación resulta obvio, incontrovertible el que cuando se le trate de descalificar insidiosamente se está ante un fenómeno de mezquindad.
También existen seres humanos que ya han superado las etapas primigénitas que mencionamos y merced a la educación y a la preparación no guardan rencores ni envidian a nadie y mucho menos utilizan a sus congéneres como escalones para adquirir posiciones, se trata en suma de que pretenden actualizar el dicho de que: “El león cree que todos son de su condición” o el de “piensa mal y acertarás”, la verdad es que en esos extremos de la condición humana también existen los términos medios, no me refiero a los mediocres, si no a gente en vías de superación que sin pretender obtener la santidad, ni ser espíritus puros, si luchan denodadamente por superarse y ser mejores seres humanos cada vez.
Hay quienes hablan de envolverlos con amor y otorgarles el perdón a los malos de la película para hacer una cadena infinita que abarque a todos los seres humanos.
Lo anterior es una bellísima pretensión, pero el movimiento se demuestra andando y siempre existe un principio para hacer las cosas y no se tiene nada que perder y si mucho que ganar si adoptamos una actitud como ésta para auxiliar a nuestros semejantes. Y de paso auxiliarnos a nosotros mismos.
Últimamente lo hemos visto, por ejemplo, en la actividad política, en los tres órdenes de gobierno, en la conformación de los partidos políticos y ahora que se avecinan las elecciones federales del 2009 se notan estas actitudes, sin perjuicio de las conformaciones de los equipos de trabajo en los órdenes de gobierno locales.
La lucha por el poder es intensa, dura, despiadada, eso se entiende y también se comprende que no se va a recurrir a hermanitas de la caridad, pero también se trata de dignificar a la política, para obtener, una vez mas, la confianza y el apoyo de la comunidad a la cual se debe de servir.
Es un imperativo categórico ineludible o usted, auténtico y sincero lector, ¿qué opina?
Todos sabemos que la insidia es la acción o palabras llenas de mala intención, es decir, se puede obrar con insidia.
El ser humano es capaz de realizar las acciones más heroicas, virtuosas o bellas como también tiene la capacidad para realizar ruindades, atrocidades y bajezas.En este tenor, cuán desagradable resulta ver, descubrir, encontrar, seres humanos que ante la flaqueza, el miedo, la ignorancia, la impotencia, la envidia, el rencor o la venganza tienen acciones insidiosas en contra de aquellos ante quienes tiene todas estas lindezas que acabamos de describir.
Así, en los clanes, en los grupos, en las corporaciones, en los partidos políticos, e incluso en las familias, lamentablemente se dan estas actitudes.
Esto es así porque siempre habrá seres humanos alejados de tan siniestras actitudes por que su formación, su evolución y el enriquecimiento de su personalidad les han permitido superar tales bajezas y no hay nada mas alejado para ellos que el actuar de esa manera.
En efecto, cuando en un grupo o clan hay alguien nuevo, o simplemente diferente, y se le conocen sus virtudes o sus capacidades, inmediatamente despierta el miedo y el pánico de aquellos que se sienten inferiores, de los ineptos, de los ineficaces e ineficientes y, al margen de que detenten posiciones que ya crean seguras, siempre tendrán miedos de aquellos que los puedan superar y aventajar con creces en el desempeño de actividades comunes.
Es así que no paran mientes, los mezquinos y los insidiosos, en llenar de San Benitos, de maledicencias y de descalificaciones, las más de las veces inventadas en contra de aquellos a quienes no pueden, no solo superar, sino tampoco emular.
Se entiende la solidaridad que debe de existir en las cofradías, en las sociedades secretas, en las agrupaciones que se unen en pactos de sangre, pero lo que no se puede aceptar es que cuando alguien puede ser requerido para cumplir con una función que realmente pueda enriquecer al grupo, de alguien que tenga claridad en el pensamiento, transparencia en la ejecución del mismo, que lo haya manifestado públicamente a través de los medios o presentaciones personales masivas y diferentes formas de manifestación resulta obvio, incontrovertible el que cuando se le trate de descalificar insidiosamente se está ante un fenómeno de mezquindad.
También existen seres humanos que ya han superado las etapas primigénitas que mencionamos y merced a la educación y a la preparación no guardan rencores ni envidian a nadie y mucho menos utilizan a sus congéneres como escalones para adquirir posiciones, se trata en suma de que pretenden actualizar el dicho de que: “El león cree que todos son de su condición” o el de “piensa mal y acertarás”, la verdad es que en esos extremos de la condición humana también existen los términos medios, no me refiero a los mediocres, si no a gente en vías de superación que sin pretender obtener la santidad, ni ser espíritus puros, si luchan denodadamente por superarse y ser mejores seres humanos cada vez.
Hay quienes hablan de envolverlos con amor y otorgarles el perdón a los malos de la película para hacer una cadena infinita que abarque a todos los seres humanos.
Lo anterior es una bellísima pretensión, pero el movimiento se demuestra andando y siempre existe un principio para hacer las cosas y no se tiene nada que perder y si mucho que ganar si adoptamos una actitud como ésta para auxiliar a nuestros semejantes. Y de paso auxiliarnos a nosotros mismos.
Últimamente lo hemos visto, por ejemplo, en la actividad política, en los tres órdenes de gobierno, en la conformación de los partidos políticos y ahora que se avecinan las elecciones federales del 2009 se notan estas actitudes, sin perjuicio de las conformaciones de los equipos de trabajo en los órdenes de gobierno locales.
La lucha por el poder es intensa, dura, despiadada, eso se entiende y también se comprende que no se va a recurrir a hermanitas de la caridad, pero también se trata de dignificar a la política, para obtener, una vez mas, la confianza y el apoyo de la comunidad a la cual se debe de servir.
Es un imperativo categórico ineludible o usted, auténtico y sincero lector, ¿qué opina?
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