Estudiar psicología

Por Nadia Estrada Martín

Hace unos días una maestra nos decía que se sentía enojada y muy preocupada porque notaba que algunos de nosotros no estábamos realmente interesados en nuestra carrera. Nos aconsejaba que pensáramos en qué era lo que queríamos, y que si no era esta profesión, buscáramos algo que realmente nos llenara. Son duras palabras, pero justas.

Soy estudiante de Psicología, la ciencia que estudia el comportamiento humano. La Psicología es una profesión que por su objeto de estudio tiene aplicaciones en casi cualquier área de la vida: laboral, social, clínica, médica, deportiva, educativa etc. Los psicólogos tratan con problemas humanos de la índole más profunda posible; lidian con expectativas, deseos, traumas, relaciones, motivaciones, necesidades, subjetividades y todo lo que compone mental y emocionalmente al ser humano. Un psicólogo debe reunir muchas características para poder llevar a cabo su labor, como: empatía, autoconocimiento, interés, conocimiento y, por sobre todo. una rigurosa preparación.

Obviamente cualquier profesión requiere de una buena formación, pero la psicología en especial (al igual que otras carreras afines) demanda, por ser las personas su principal foco de atención, de un total compromiso. Pensemos en qué pasa cuando un doctor no prestó atención en clase, no se tomó su formación en serio o no estaba realmente interesado en lo que hacía ¿Cómo nos sentiríamos si esa persona nos diagnosticara equivocadamente? Un psicólogo mal preparado puede ocasionar daños que en muchos casos podrian considerarse irreparables. El error de un psicólogo, aunque más sutil que el error de un médico, puede ser tan o más nocivo que éste. Una pareja al borde del divorcio, una mujer violada, un adolescente que intenta suicidarse, un niño maltratado, la familia de un niño discapacitado, un mal ambiente de trabajo, los métodos de enseñanza poco efectivos y muchas otras, son la situaciones ante las cuales se enfrentan los psicólogos. Solamente nos queda imaginar cual seria la magnitud de las consecuencias de la ineptitud de un pseudopsicólogo.

La carrera de psicología no es aquella que escoges cuando no te gustan las matemáticas o porque piensas heredar una plaza laboral o porque escuchaste que en las empresas puedes hacer mucho dinero. Lo mínimo que se necesita es un verdadero interés en el ser humano, en cualquiera de sus facetas. Es por esto que comparto la preocupación de mi maestra. Me pregunto qué clase de psicólogos llegarán a ser aquellos de mis compañeros a los que les vale las clases y que sólo estudian para pasar una materia.

Ser psicólogo es una responsabilidad, no un pasatiempo o un salvavidas. Requiere de ética, parte de la cual exige que brindemos un servicio adecuado. Para hacer esto no sólo debemos estudiar cabalmente, sino también hacer un profundo autoexamen, analizar nuestras propias motivaciones y necesidades, para conocerlas y ser capaces de mantener a raya nuestra subjetividad de la labor que ejercemos; esta es una labor difícil, que al no ser marcada por el currículo no se hace a no ser que se sienta un compromiso real con aquellos a los que algún día prestaremos nuestro servicio.

No debe existir frustración mayor que trabajar toda tu vida en algo que no disfrutas. Así que mejor ahorremos el daño que podamos causarle a nuestras vidas y a las de aquellas personas que confiarían en nuestro profesionalismo, y hagamos un examen autocritico de nuestra motivación por el estudio de la psicología. No le demos cabida a la mediocridad y la ineptitud.